Por: Vasu Jakkal, vicepresidenta corporativa de seguridad, cumplimiento, identidad y gestión. Hace unos días, compartimos algunas noticias emocionantes sobre el impulso que vemos en la industria de la seguridad. El director ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, anunció que Microsoft Security ha superado los 20 mil millones de dólares en ingresos. Estoy agradecida con todos nuestros […]
Si casi 1.500 euros podía empezar a dibujarse como el techo de los iPhone base, las últimas declaraciones de Gurman vienen para ponerlo en entre dicho. Durante finales de 2022 y este arranque de 2023, viene sonando con bastante fuerza la introducción de un nuevo modelo “Ultra” en el catálogo de Apple. Los últimos datos apuntan a que no será simplemente un remplazo del modelo Pro Max. Será el principio de una nueva línea de iPhone, aún más caros.
No es un remplazo, es el verdadero iPhone premium
Tim Cook lo tiene claro. Según los datos de Apple, los consumidores están dispuestos a gastar más dinero si con ello consiguen el mejor iPhone posible. Cuenta Gurman que, a la pregunta de si el precio medio de venta de los iPhone es sostenible, Cook afirmaba sin miedo que “el aumento de precio no es un problema” y que, de hecho, sería posible persuadir a los consumidores para que gasten aún más. “Creo que la gente está dispuesta a estirarse para conseguir lo mejor que pueda permitirse en esa categoría”.
Ligado a estas declaraciones, tenemos el dato de Apple trabajando de forma interna para debatir la posibilidad de añadir un iPhone de una gama aún más alta a su familia de teléfonos. El primer salto llegará este año, con un iPhone 15 Pro Max en el que se espera un zoom periscópico. Apple ya había hecho ciertas distinciones entre Pro y Pro Max en el pasado, como el tamaño del sensor, pero este 2023 todo apunta a que las diferencias serán aún mayores.
A pesar de que este mejorado 15 Pro Max está sonando bajo los rumores de “Ultra”, la nueva información apunta a que no será hasta 2024 cuando conozcamos al nuevo modelo. ¿El motivo? El iPhone Ultra no vendría para remplazar al iPhone Pro Max, sino para convivir con él. Así, en 2024 tendríamos iPhone 16 Pro, 16 Pro Max y 16 Pro Ultra. Este Ultra estaría por encima de los Pro, mejorando en materiales, procesador y acabados a los modelos Pro.
Un movimiento complejo, ya que convertiría a los iPhone Pro en modelos de segunda, sirviendo como la excusa perfecta para elevar aún más el ticket medio de los iPhone premium llevando el mejor hardware a los modelos Ultra y dejando a los Pro a medio camino.
Sin nada confirmado, por el momento, todo apunta a que bajo el apellido Ultra o No, 2023 será el año en el que Apple empiece a distinguir el modelo más grande como el modelo más premium.
Con años de retraso, pero la muerte del 3G ya ha empezado en España. Las grandes operadoras ya están apagando las redes 3G en nuestro país, siguiendo un plan que se remonta a 2016 y que parecía que nunca iba a llegar. El motivo de este retraso no era otro que la falta de redes 4G, que no estaban suficiente extendidas. Pero ya estamos en 2023, el 5G poco a poco se va extendiendo y finalmente Vodafone y Telefónica han optado por eliminar esta señal.
Apagar el 3G para dejar espacio al 5G. El apagado de las redes 3G dejará mayor espectro de red para dedicarlo al 5G. Inicialmente también estaba previsto que se apagara el 2G, pero las operadoras han decidido que no será así.
España es uno de los países donde el apagado del 3G va con más retraso. Inicialmente estaba programada para finales de 2020, pero se decidió retrasar a 2022-2024. Afortunadamente, tanto Vodafone como Telefónica han optado por no retrasarlo más.
Primero Vodafone, después Telefónica, finalmente Orange. El pasado mes de noviembre, Vodafone comenzó oficialmente el apagado del 3G. Este mes de enero ha sido Movistar quien ha hecho lo propio. Diferente es Orange, quien no tiene planes de apagar el 3G hasta 2025.
El 3G se considera ineficiente. El apagado es una tarea pendiente y le interesa a la mayoría de usuarios. Sin embargo, no se realiza de manera inmediata sino progresiva. El plan es ir reduciendo el espectro dedicado al 3G y dedicarlo al 4G.
En 2025 se dará por terminado. Este apagado progresivo está previsto que finalice antes de 2025 en Telefónica y en 2024 para Vodafone. Para esas fechas, todas las antenas 4G ya habrán sido reconfiguradas.
En estos momentos el 3G en España se centra en la banda 2.100 MHz. El 4G está en las bandas 800, 1.500, 1.800 y 2.600 MHz, mientras que el 5G se focaliza en los 700 MHz. Hasta 2025, está previsto que convivan el 3G, el 4G y el 5G, aunque con cada vez menor presencia del primero.
Los clientes de las OMV de Vodafone, los más afectados. La desaparición del 3G se dejará notar. El caso es que hay varias OMV que siguen sin utilizar las redes 4G/5G para la voz, como es el caso de Lowi que no soporta VoLTE. También es el caso de Lowi, finetwork, Hits mobile, Olephone y otros OMVs que utilizan cobertura Vodafone.
La OMV de Movistar, O2,será menos probable que sufra problemas, puesto que sí cuenta con VoLTE habilitado, al igual que Orange, Jazztel, Yoigo, MásMóvil, Pepephone y Llamaya.
Para estos usuarios por el momento la solución pasa por realizar las llamadas de voz a través de aplicaciones como WhatsApp o Telegram. Sino, notarán una gran bajada de la calidad.
La cobertura 4G debería ser suficiente en el mundo rural. Otros usuarios afectados por el apagado del 3G pueden ser aquellos que dispongan de móviles antiguos o clásicos, que no son compatibles con 4G o 5G.
El apagado del 3G también puede afectar la cobertura de algunas zonas rurales. Hoy en día la cobertura en España del 3G y el 4G es muy parecida, pero puede ser que en alguna población haya diferencias. Se supondrá que ese espectro del 3G pasará al 4G y no debería haber diferencia de cobertura. En los casos donde no, se tirará del 2G, con una velocidad mucho menor y sin poder llamar y conectarse a internet al mismo tiempo.
El 2G sigue. Mientras el cierre del 3G ya está aquí, el apagado del 2G sigue en el aire. Únicamente Orange se ha atrevido a poner una fecha y es en 2030. Esto es debido a que del 2G dependen la mayoría de dispositivos IoT desplegados hasta ahora.
Está previsto que el servicio eCall se actualice para hacerse compatible con el 4G y el 5G, pero por el momento no lo es y los operadores están obligados a que funcione.
Hace más de una década, en un mercado dominado por iOS y Android, Mozilla Corporation sentó la bases de un proyecto cuya esencia era bastante loable. La compañía tenía como objetivo crear un sistema operativo móvil abierto que abordara las limitaciones que representaba crear aplicaciones para un sistema concreto.
Estamos hablando de Boot to Gecko, una propuesta que aproximadamente un año después del inicio de su desarrollo fue renombrado como ‘Firefox OS’. Andreas Gal, el director de investigación de la firma, describía en 2012 a la oferta de sistemas operativos de ese entonces como “jardines amurallados”, es decir, soluciones cerradas.
Firefox OS, sencillo, rápido y abierto
El sistema operativo de Firefox pretendía marcar la diferencia del resto de las opciones disponibles en el mercado. Si bien utilizaba el kernel de Linux, como lo hacía Android, su esencia consistía en estar basado en la web, una característica que le permitiría ser abierto, ligero, fluido y dar pocos dolores de cabeza a los desarrolladores.
Al igual que una página web puede funcionar en cualquier ordenador que tenga el navegador correcto instalado, las aplicaciones deberían poder ejecutarse sin problema en todos los terminales que utilizaran Firefox OS. Eso sí, no siempre se necesitaría contar con una conexión para utilizar las apps, ya que estas estarían disponibles offline gracias a una función llamada WebCache.
En líneas generales, el desarrollo empezó a tomar impulso rápidamente y el 21 de febrero de 2013 se presentó la primera versión. La estructura de Firefox OS es de lo más sencilla. Estaba integrada por la capa Gonk, formada principalmente por el kernel de Linux; Gecko, que se encargaba del HTML, CSS y JavaScript, y Gaia, relacionada a la interfaz de usuario.
La idea era que, al menos en la etapa de despegue, el sistema operativo llegara a teléfonos inteligentes destinados a mercados como Brasil, Colombia, Hungría, México, Polonia, España y Venezuela. Así, Mozilla y Telefónica trabajaron codo con codo para convertir a Firefox OS en una alternativa viable para esos mercados, que más tarde se extendería.
La propuesta era estupenda, pero tenía varios desafíos por delante: seguir conquistando fabricantes, operadores de telefonía y desarrolladores. En paralelo, Mozilla hizo un acuerdo con el fabricante chino Spreadtrum Communications para fabricar sus propios smartphones asequibles, específicamente, terminales de unos 25 dólares.
Como comentaba Javier Pastor hace años atrás, “la plataforma nos hizo ser optimistas, pero poco a poco su impacto se fue reduciendo”. Durante gran parte de su corta vida, las propuestas de hardware de Firefox OS fueron más bien discretas, y nunca alcanzó a vivir en un teléfono gama alta, rango que estaba dominado por Apple y Google.
Y no era que Mozilla pretendiera competir con ellos en el segmento más caro, después de todo su idea era impulsar un ecosistema sencillo y abierto, sino que los teléfonos básicos impidieron que descubriéramos el verdadero potencial de este sistema. También lo hicieron la falta de aplicaciones como WhatsApp, que acabó llegando tarde.
Sostener el sistema en un mundo dominado por como iOS y Android, y sin cumplir los objetivos esperados, era una tarea difícil. En 2016, los responsables del proyecto anunciaron que el desarrollo se había detenido, y con ello también había terminado la posibilidad de que llegara a televisores de Panasonic gracias a un cuerdo que se había establecido a principios de ese año.
Las personas que habían decidido darle una oportunidad a este proyecto se quedaban sin actualizaciones en sus terminales y, por consecuencia, sin nuevas versiones y funcionalidades. El ecosistema estaba muriendo por falta de respuesta del mercado y socios comerciales cuando todavía no había terminado de despegar.
El sistema operativo tuvo una vida muy corta, pero parte de sus componentes siguen vivos en la actualidad. Gecko es el motor del navegador web Firefox, una pieza de software cuyos orígenes se remontan a 1997 y el famoso Netscape. Otros componentes se han utilizado en KaiOS, un SO alternativo pero cerrado.
Curiosamente, KaiOS está presente en una gran cantidad de teléfonos inteligentes. Con el impulso de Google, el SO ha conseguido superar a iOS en el mercado indio, alcanzando una cuota de mercado que supera el 17% en ese país. Aunque, eso sí, poco ha quedado de la filosofía que pretendía impulsar Mozilla en los inicios del proyecto.
De acuerdo, quizás “inesperada” no es la palabra que mejor describe este despropósito. Sobre todo, si tenemos en cuenta que el 11 de diciembre de 1945, ya hubo un señor en Estocolmo que, entre otras cosas, dijo que “el mal uso de la penicilina, con dosis demasiado elevadas, podría hacer que los microbios se volviesen resistentes y revertir así sus beneficios”.
Era Alexander Fleming y hacía 15 años, apenas 15, que había descubierto la penicilina. Un descubrimiento que le valió el Nobel de ese año y que cambió el mundo como pocas personas lo han cambiado hasta ahora. Desde entonces, no hemos hecho otra cosa que darle la razón: las bacterias superresistentes se han convertido en una de las grandes amenazas de la humanidad.
La diferencia entre ganar una batalla y ganar la guerra
Las bacterias son un enemigo temible. No sólo son “una de las formas de vida más antiguas, resistentes y extendidas de la Tierra”, sino que su número y diversidad las hace prácticamente imprevisibles. Se suele decir que en un gramo de Tierra hay 40 millones de bacterias, pero eso no es lo peor. Lo peor es que el 90% de ellas ni siquiera sabemos cómo son.
Es decir, que solo conocemos (con suerte) un 10% de todas las bacterias que existen en el mundo. Pero ese 10% basta para saber que estamos hablando de algo que redefine por completo lo que entendemos por “supervivencia”. Conocemos bacterias capaces de sobrevivir en el espacio exterior, en el cráter de un volcán en activo o en la mitad misma de una montaña de desechos radioactivos. Sin despeinarse.
Por todo esto (y por muchas otras cosas que nos tendrían entretenidos toda la tarde), desde el principio los científicos fueron conscientes de que con los antibióticos estábamos teniendo un enorme golpe de suerte. Y no sólo porque los descubriéramos gracias a que el viejo Fleming era tremendamente desordenado y a que su laboratorio no estaba precisamente limpio y ordenado.
Han sido un ‘golpe de suerte’ porque como hemos aprendido por las malas, no es tan fácil encontrar formas de matar a una bacteria. La mejor evidencia de esto es que, en fin, desde los años 60, no hemos logrado desarrollar una nueva clase de antibióticos efectivos contra las bacterias gramnegativas y su barrera celular. Es decir, las bacterias van fortaleciéndose, pero nuestras armas… no.
Los más buscados… del mundo microbiano
Lo que pasa es que, a menudo, todo el debate de las resistencias es demasiado genérico. Suenan a profecías para asustar-niños y que moderemos el consumo de antibióticos. Profecías terribles, sí; pero profecías al fin y al cabo. Ni siquiera con miles de personas muriendo cada año por las resistencias antibióticas, parece que sea real.
Así que nos hemos preguntado por las bacterias que más se están fortaleciendo a raíz de esta batalla sin cuartel con los antibióticos. Este es el TOP cinco.
La Streptococcus pneumoniae (también conocido como ‘neumococo’) no puede decirse que fuera una bacteria amigable. Es cierto que está detrás de muchas sinusitis, otitis y neumonías poco graves; y que sus septicemias o meningitis no son extremadamente comunes. Pero no es menos cierto que la mayoría de muertes de la ‘Gripe Española‘ se produjeron por neumonías bacterianas secundarias causadas por este bicho. Pues bien, lo estamos haciendo cada vez más fuerte.
El Enterococcus es más bien un género entero (29 especies a día de hoy) que cuentan con una ventaja increíble frente a las demás: ya están dentro de nosotros, en nuestra flora intestinal. No suelen ser problemáticas, porque allá en el sistema digestivo compiten con otras bacterias, pero al estar tan expuestos a los antibióticos orales… se están convirtiendo en un problema. De hecho cuando cogen vuelo, puede estar detrás de todo tipo de endocarditis, peritonitis y abscesos intraabdominales.
La Escherichia coli también es una vieja conocida. Se trata de una bacteria esencial para el buen funcionamiento del proceso digestivo y tiene un papel clave en la producción de las vitaminas B y K. Sin embargo, sus infecciones se están convirtiendo en algo cada vez más complicado de tratar porque las “formas resistentes a los antibióticos tipo penicilina, cefalosporina y aminoglicosida son cada vez más habituales”.
La Klebsiella pneumoniae, es uno de esos ejemplos paradigmáticos de lo que llamamos ‘enfermedades oportunistas’. Es conocida por colonizar la piel, el tracto gastrointestinal y las vías respiratorias de pacientes hospitalizados. Y es que ese es el terreno en el que se encuentra cómoda: personas con sistemas inmunitarios debilitados. Está asociada a infecciones urinarias y respiratorias en esos pacientes y, sí, quizás por prosperar en ambientes hospitalarios, también se está fortaleciendo a marchas forzadas.
Otra oportunista es la Pseudomonas aeruginosa. Como curiosidad, diré que este bicho es capaz de vivir y prosperar en combustibles como el queroseno o el gasóleo. Sin embargo, no es eso lo que nos preocupa de ella. Nos preocupa que, una bacteria que ya era naturalmente resistente a muchísimos antibióticos, no deja de hacerse más y más dura de roer. Eso la hace ser protagonista de infecciones nosocomiales con cada vez más frecuencia (sin hablar de las complicaciones que causa en pacientes con fibrosis quística).
Este es un TOP cinco, sí; pero se podría hacer sin esfuerzo un TOP500. La situación, pese a las noticias que a veces aparecen en la prensa, se está complicando a gran velocidad y eso es un enorme problema. Volver a un mundo en el que los antibióticos no funcionan es volver a una pesadilla. Una pesadilla de la que será muy difícil despertar.
Vamos a explicarte qué es el SSH y cómo lo puedes configurar en tu PC o portátil con Windows 11. Se trata de una herramienta dirigida principalmente a administradores de sistema y no tanto a usuarios de a pie, y que tiene alternativas más sencillas, pero que nunca está de más conocer.
Vamos a empezar el artículo explicándote de una manera breve pero entendible qué es exactamente este protocolo para conectar dos ordenadores. Y después, pasaremos a decirte cómo puedes configurarlo para usarlo en tu ordenador con Windows 11.
Qué es el SSH
El SSH o Secure Sheel, es un protocolo que sirve para conectar dos ordenadores entre ellos de forma inalámbrica. Para hacerlo, configura un acceso remoto mediante un canal seguro, donde la información viaja cifrada entre ordenadores. Además del protocolo, SSH también es el nombre del programa que lo implementa.
Por lo tanto, es una especie de acceso remoto para poder intercambiar archivos entre ordenadores. Viene a ser una tecnología a otros protocolos como el FTP y Telnet, aunque más enfocado a administradores de sistema. A nivel de usuario, tienes otras alternativas más sencillas como los escritorios remotos o las nubes para el intercambio de archivos.
Además de conectar ordenadores e intercambiar archivos, también te permite copiar datos de forma segura desde un ordenador a un cliente externo que se haya conectado utilizando claves RSA, que son más claves seguras que las contraseñas de inicio de sesión, o simular sesiones FTP cifradas para poder intercambiarlos.
A su favor está el que sea un protocolo bastante versátil, ya que permite conectarte al ordenador que configures como servidor tanto desde una red interna como de forma remota. Vamos, que no vas a depender de que estén compartiendo la misma red o de que estén cerca el uno del otro.
Eso sí, para tener esta libertad en la conexión entre ordenadores primero necesitas configurar uno como servidor SSH, y luego ya podrás conectarte a él desde otros dispositivos.
En su contra está el que, al estar pensado para ámbitos profesionales, es todo un poco complejo de utilizar, y que un usuario sin muchos conocimientos informáticos quizá se vea intimidado. Porque al final, lo más rápido y sencillo a si no tienes mucha idea es simplemente configurar un escritorio remoto o compartir archivos en la nube para acceder a ellos desde cualquier ordenador.
Actualmente, vas a poder recurrir al SSH prácticamente desde cualquier ordenador independientemente de su sistema operativo. Esto es así porque es una función que se implementa sobre todo a través de múltiples aplicaciones de terceros. Algunas son complejas y requieren utilizar la línea de comandos, pero nosotros nos vamos a centrar en facilitártelo al máximo.
Cómo configurar SHH en Windows 11
Para configurar el SSH en Windows 11, tienes que activar un ordenador como servidor. Para ello, enciende el PC donde vayas a tener los datos a los que quieras acceder desde otros, abre el menú de inicio y escribe services.msc , y pulsa en la aplicación Servicios aparecerá para abrirla.
Esto te llevará a la ventana de servicios de Windows. En ella, tienes una lista de servicios, y en ella tienes que hacer click derecho sobre el servicio OpenSSH SSH Server. En el menú emergente puedes hacer dos cosas: pulsar en Iniciar para simplemente lanzar el servidor SSH, o pulsar en Propiedades para poder configurarlo.
Si lo vas a configurar, dentro de las propiedades puedes configurar su inicio como Automático dentro de la pestaña General. Así, cuando se encienda el ordenador siempre se va a activar este servidor por defecto.
Ahora, lanza la aplicación Terminal de Windows. En esta consola, como entrando como administrador, escribe el comando New-NetFirewallRule -Name sshd -DisplayName ‘OpenSSH Server (sshd)’ -Service sshd -Enabled True -Direction Inbound -Protocol TCP -Action Allow -Profile Domain.
Cuando hagas esto, habrás habilitado todo lo necesario y abierto el puerto 22 para poder acceder a este ordenador con un cliente SSH desde fuera de tu red doméstica. El último paso será saber y anotarte la IP de este ordenador, algo que puedes hacer desde una web sencilla como ipinfo.io/ip.
Ahora, ve al ordenador desde el que te quieras conectar al que has configurado como servidor. Tendrás que descargar en él un cliente SHH. Nosotros usaremos un programa llamado PuTTY que puedes obtener desde aquí. Descarga su instalador para tu versión de Windows e instálalo.
El proceso de instalación es sencillo y limpio, sin adware ni nada complicado. Sólo tienes que elegir carpeta de destino o si quieres accesos directos, y no se te intentará meter ninguna aplicación que no quieras.
Y una vez lo hayas instalado, usar PuTTy es sencillo. Sólo tienes que escribir la IP donde pone Host Name y pulsar en el botón Open, indicando primero que es un SSH. Si quieres, puedes pulsar en el botón Save para guardar esta dirección y sesión, y si eres un usuario con conocimientos avanzados, esta herramienta te ofrecerá decenas de opciones.
La próxima sucursal de Renfe no estará en ningún municipio de la geografía española, ni grande ni pequeño, ni de costa ni de interior. Su siguiente oficina se irá más allá de los Pirineos, a Francia, donde la compañía quiere aprovechar los vientos de liberalización. La misma tendencia que le ha supuesto un reto aquí, en España —desde 2021 varias empresas privadas le disputan la clientela en algunos de los principales corredores de pasajeros—, se traduce al otro lado de la frontera gala en una oportunidad para tantear nuevos y prometedores mercados.
No son deseos, ni planes, sino una ofensiva ya en marcha.
Una nueva “casa” en Francia. Eso es lo que tiene Renfe en mente: dotarse de una nueva sucursal en tierras galas. Su Consejo de Administración ya ha adoptado la decisión y acaba de trasladársela al Ministerio de Hacienda. El objetivo —detalla la firma— es “acometer con éxito la implantación de Renfe Viajeros en el mercado francés y seguir expandiendo la actividad de Alta Velocidad en los corredores de mayor densidad e interés económico”. Con la sede quiere facilitar la firma de contratos, comercialización, emisión de facturas y búsqueda de personal.
Voluntad de echar raíces. La operadora española señala que la nueva infraestructura demuestra su “voluntad de apostar por el mercado francés y permanecer a largo plazo”. “Es una pieza fundamental en el plan estratégico de expansión internacional para convertirse en un operador de referencia a través de la prestación de servicios de calidad, seguros y eficientes”, argumenta.
Fruto de esta cooperación, @Renfe ofrecerá antes del verano sus servicios ferroviarios en los trayectos Barcelona-Lyon y Madrid-Marsella, y entre Lyon y París antes de que termine del año.
¿Y más allá de la nueva oficina La sucursal es solo una pieza más en los planes de Renfe de abrirse camino en el mercado galo. No la primera. La compañía ya ha logrado los certificados necesarios para operar en las líneas Barcelona-Lyon y Madrid-Barcelona-Marsella. El 16 de enero se iniciaron de hecho las pruebas de los trenes AVE que circularán entre Francia y España y la operadora avanza que, una vez finalice la formación de los maquinistas y logre las habilitaciones para operar en las líneas, definirá un plan de transportes. Por lo pronto, ya tiene una idea de cómo expandirse: de forma progresiva hasta sumar 28 circulaciones semanales.
Sus planes van sin embargo algo más allá. Renfe trabaja ya para conseguir el certificado de seguridad que le permitirá operar en toda Francia. El propósito es claro y desde la operadora española lo reconocen con franqueza: “Aprovechar la incipiente liberalización que el Estado francés y SNCF han anunciado”.
Y todo esto… ¿Por qué ahora La palabra clave es esa que cita Renfe: la liberalización del mercado ferroviario. Como explica SNCF, la compañía estatal gala, el proceso de apertura a la competencia viene ya de atrás, pero el calendario que maneja el sector es muy claro: “A partir de diciembre de 2023, las autoridades organizadoras —el Estado francés y las regiones— deberán licitar sus contratos”. La liberalización, abundan desde SNCF, afecta a servicios de alta velocidad, que pueden ser proporcionados por múltiples operadores, y a contratos públicos.
Un tema candente… y al más alto nivel. El tema estuvo sobre la mesa durante la cumbre hispano-francesa de enero. Una vez finalizada, el Ministerio de Transportes lanzó una nota en la que garantiza que su homólogo galo trabaja para que “los operadores ferroviarios españoles puedan operar en el país vecino en un entorno liberalizado”. Y desliza: “Raquel Sánchez ha celebrado que Renfe vaya a ofrecer antes de este verano sus servicios ferroviarios en los trayectos Barcelona-Lyon y Madrid-Marsella, y ha aplaudido el compromiso de Beaune de que Renfe empiece a operar servicios entre Lyon y París antes de que termine del año.
¿Y aquí, en España Aquí, en el mercado que ha dominado con comodidad durante décadas, el escenario también se ha vuelto más complicado para Renfe. En España la liberalización del tráfico de pasajeros se activó a finales de 2020, pero el COVID marcó sus primeros compases y realmente no empezó a cuajar hasta 2021. Aprovechando esa apertura, en mayo de 2021 SNCF empezó a ofrecer su servicio de alta velocidad “low cost” en la lína Madrid-Barcelona bajo la marca Ouigo.
El escenario es ahora bastante más complicado que en 2020, antes de la crisis sanitaria. En vez de un único servicio de alta velocidad en manos de Renfe, como ocurría antes, el mercado cuenta con cuatro actores: AVE, Avlo —la marca low cost lanzada en 2021 por Renfe para adaptarse a un mercado más competitivo—, Ouigo e Iryo, un operador que se estrenó hace solo unos meses y está apoyado por un consorcio empresarial integrado por Air Nostrum, Globalvia y Trenitalia. Lógicamente, las marcas privadas se centran en ciertos corredores.
Un mercado interesante, pero no nuevo. Francia pude ser un mercado estratégico para Renfe, pero no nuevo. En 2013 la operadora española y SNCF crearon una alianza para gestionar el servicio entre ambos países, un vínculo que les permitió mover millones de viajeros en las rutas entre Barcelona, Lyon y París y Madrid y Marsella. Las cosas cambiaron sin embargo hace justo un año, en febrero de 2022, cuando SNCF anunció su decisión de romper la cooperación. El paso se dio hace solo unos meses, cuando “Renfe-SNCF en Cooperación” dejó de prestar servicio. Poco antes, recordemos, se había estrenado Ouigo, con SNCF detrás.
Surfeando la ola del éxito de ‘The Last of Us’, el decano programa televisivo de humor ‘Saturday Night Live’ aprovechó que contaba con el propio Pedro Pascal como presentador de esa semana para montar una parodia de ‘Mario Kart’ llena de guiños a la franquicia de Nintendo. E hizo el viejo chiste de volver seria, oscura y “adulta” a una saga tan colorista y despreocupada como la del fontanero italiano.
En el sketch, Mario conduce por un entorno apocalíptico lleno de autopistas, lo que sirve para convertir a Mario y Peach en una alternativa con efectos sonoros retro de Mad Max e Imperator Furiosa. Y por supuesto, con los inevitables invitados especiales: Yoshi, Toad, Bowser y un buen plantel de enemigos icónicos de la saga. Y todo en un futuro devastado en el que el Reino Champiñón se ha convertido en un páramo desolado.
Pero lo más gracioso es que este enfoque apocalíptico de Super Mario… ya existe desde los noventa. Y de forma oficial, además: la película oficial del personaje, de 1993, ya mandaba a Mario y a Luigi (Bob Hoskins y John Leguizamo) a una versión pseudofuturista de Nueva York, Dinohattan, donde había dinosaurios evolucionados y guiños en clave futuroide de los iconos visuales y mecánicos de los juegos de Nintendo.
La película de ‘Super Mario Bros’ tenía unos cuantos detalles a favor para triunfar: una fiebre por las adaptaciones de videojuegos que nos dio películas de éxito como ‘Street Fighter’ o ‘Mortal Kombat’ y una pareja de directores que venían de la popular e influyente ‘Max Headroom’. Sin embargo, los detalles futuristas no cuajaron y pasó a la historia como una de las peores adaptaciones de videojuegos de la historia, aunque con el tiempo se haya ganado una curiosísima consideración de culto. Lo que está claro es que ‘Saturday Night Live’ no se está inventando nada.
Intel no se rinde fácilmente. Si echamos la vista atrás por un instante y observamos con objetividad la historia de esta compañía comprobaremos que ha logrado sobreponerse a los traspiés que ha dado. Porque sí, los ha dado, y algunos de ellos en su momento la colocaron en el punto de mira de los usuarios. A bote pronto me viene a la memoria el famoso y polémico error de la unidad de coma flotante de las primeras versiones del procesador Pentium, pero ha cometido otros deslices.
Aún es pronto para describir como un fracaso el regreso de la compañía liderada por Pat Gelsinger al mercado de las tarjetas gráficas dedicadas, pero, aun así, parece razonable concluir que no le está yendo tan bien como cabía esperar en un principio. Es evidente que era muy poco probable que lograse colocar en las tiendas una solución gráfica capaz de competir con lo mejor que tienen actualmente NVIDIA y AMD, pero tenemos motivos para prever que a medio plazo su objetivo es competir de tú a tú con estas empresas en el ámbito de las tarjetas gráficas para equipos de sobremesa.
Intel ha aprendido una lección, y asegura que la pondrá en práctica
Tom Petersen, que es un reputado ingeniero de Intel que trabajó en las filas de NVIDIA durante casi una década y media, ha confirmado a Hardwareluxx que su equipo ha aprendido una lección muy valiosa durante la puesta a punto y el lanzamiento de los procesadores gráficos Arc Xe (Alchemist) que le permitirá afrontar con más garantías el de las GPU Arc Xe2 (Battlemage). Su calendario actual refleja que su próxima generación de procesadores gráficos llegará en 2024, así que cabe la posibilidad de que en menos de doce meses algunas de estas GPU ya estén listas.
La próxima familia de procesadores gráficos de Intel tendrá solo dos variantes: Xe2 LPG y Xe2 HPG
De las palabras de Petersen se desprende que los responsables de la división de Intel que se encarga del diseño de los procesadores gráficos consideran que fue un error diversificar tanto la microarquitectura de la primera hornada de GPU Arc. Su propósito era adaptar las características de estos procesadores gráficos a las máquinas con las que iban a convivir, como los ordenadores portátiles, los equipos de sobremesa o las estaciones de trabajo, pero esta diversificación, al parecer, introdujo una complejidad en las fases de análisis y validación que podían haberse ahorrado.
Según Petersen están utilizando una estrategia diferente durante el desarrollo de las GPU Arc Xe2 (Battlemage), y consiste, sencillamente, en segmentar menos su microarquitectura. De alguna forma esta filosofía equivale a abarcar menos con el propósito de refinar más lo que tienes entre manos. Parece razonable. Sea como sea la próxima familia de procesadores gráficos de Intel tendrá solo dos variantes y no cuatro, que es lo que habían previsto inicialmente con la familia Arc Xe: Xe2 LPG y Xe2 HPG. Esto será todo.
Después de Battlemage (Xe2) llegarán Celestial (Xe3) y Druid (Xe Next Architecture), y presumiblemente estas dos últimas iteraciones de GPU también se beneficiarán de todo lo que Intel está aprendiendo mientras recorre este camino. Confiemos en que esta nueva estrategia permita a esta marca entregar a los usuarios un producto más competitivo y con unos controladores a la altura. De una cosa podemos estar seguros: para los consumidores sería una gran noticia que Intel consiga competir de tú a tú en este segmento de mercado con NVIDIA y AMD. No va a tenerlo fácil, pero una mayor competencia siempre nos favorece a nosotros, los usuarios.
Queda fuera de toda duda si ‘Hogwarts Legacy‘ es un juego recomendable para fans de Harry Potter. Después de sumergirnos durante horas en su vastísimo terreno de juego, de catar todas las posibilidades que nos ofrece y de comprobar el detallismo que este título demuestra en prácticamente todos sus aspectos, hay pocas dudas. ‘Hogwarts Legacy’ es cita obligada para potterheads.
Pero eso ya lo sabíamos: tiene todo el sentido del mundo que el juego esté pensado para (y por, que también se nota) fans de la franquicia. Lo consigue, además, ubicando sin problemas su acción en Hogwarts y alrededores, donde se desarrolla la inmensa mayoría de la acción en las películas y los libros. Es más complicado hacer algo por el estilo con Marvel o ‘Star Wars’, por ejemplo, donde la multiplicidad de espacios se traduce en una atomización de los espacios icónicos (aunque existen, desde luego: del Daily Bugle a la Estrella de la Muerte). Pero la academia de magia de Hogwarts garantiza algo muy útil: un solo espacio con múltiples posibilidades.
De ese modo, y con Hogwarts como núcleo, el juego despliega todas las mecánicas concebibles en un sandbox de Harry Potter. El ambiente colegial, por ejemplo, tiene tanta importancia como la aventura mágica, y buena parte de las horas que invertir en el juego serán entre clases, minijuegos con los compañeros de la escuela, conversaciones con profesores, etc. Poco a poco la aventura, la acción y el peligro irán tomando protagonismo, pero antes habremos podido hacer cosas como crear nuestra propia Sala de los Menesteres (un lugar donde fabricar pociones, cultivar suministros y que podremos configurar, gracias a la magia, completamente a nuestro gusto).
Y por supuesto, esto es solo el inicio: el juego es un auténtico despliegue de guiños y fan service para los devotos de Harry Potter. Desde criaturas que hemos visto anteriormente en la franquicia, como los fantasmas amistosos de la escuela o los centauros, a ampliaciones de actividades que en las películas se pasa de puntillas, como la compra de equipo o la elaboración metódica de pociones (una buena forma de racionalizar la mecánica, siempre en estos juegos, de andar recogiendo todo lo que nos encontramos tirado por los suelos u olvidado en baúles). Aparte, por supuesto, de todos los conjuros que en las películas y los libros aparecen y que aquí tendremos ocasión de poner en práctica.
Pero… ¿y para quien no sea fan de Harry Potter?
Porque sí, en efecto: se está hablando de ‘Hogwarts Legacy’ como el sandbox del momento, ¿pero realmente tiene atractivo si el jugador no encuentra a las peripecias en Hogwarts un valor en sí mismo? Ahí es donde le podemos achacar algún “pero” aunque en términos generales estamos ante un mundo abierto de altísima calidad (con sus problemas gráficos menores, aunque es muy posiblemente que se vean resueltos con los inevitables parches iniciales): visualmente la apuesta de Avalanche Software es deslumbrante, con unas cinemáticas en las que destaca la expresividad y detallismo de rostros y trajes.
Del mismo modo, el mundo abierto está muy bien planteado: con el castillo de Hogwarts como núcleo central y una serie de espacios paralelos, como el pueblo de Hogsmeade o el Bosque Prohibido, a los que se puede acceder rápidamente gracias al transporte instantáneo al que recurrir una vez vamos visitando por primera vez los distintos sitios. Es un sandbox bien organizado y que aunque tiene su arranque tedioso, como es habitual en el género, pronto estamos salvando grandes distancias con rapidez.
El problema más acuciante de ‘Hogwarts Legacy’ es, posiblemente, que el enfoque de la historia tiene un punto infantil que, aunque sostiene un libre breve o una película puntual, tiene sus complicaciones en una aventura de sesenta horas. Como no devoto de Harry Potter, me he acabado viendo obligado a saltarme diálogos tediosos, planísimos y de una ingenuidad que no tiene nada que ver con la franquicia en sí, sino con que no es un mundo tan profundo y lleno de claroscuros y matices como para soportar una aventura gigante. La Magia Antigua, la rebelión de los duendes, todo ello no solo suena a superficial, sino a ya visto en otros juegos de este tipo.
Eso también se traslada a la acción: aunque técnicamente está bien resuelta (es una especie de versión de los ‘Arkham’, pero con varitas), el sistema de selección de hechizos y las propias invocaciones tienen ciertos límites. El mapeo de cuatro hechizos en el mando para su acceso rápido ralentiza la acción cuando se quiere acceder al resto, y aunque el sistema de protecciones que se contrarrestan con colores es ingenioso y divertido, la acción no profundiza mucho más allá de que la combinación rápida de hechizos en una especie de combos mágicos funciona con fluidez y es muy divertida. Además las misiones rara vez tienen más de una forma de abordarse: el sigilo o la escoba solo se pueden usar cuando el juego lo permite, y en general, el desarrollo siempre lleva de la mano al jugador.
¿Un mal juego? Ni remotamente: cuando pasado el inicio y sus múltiples tutoriales el juego comienza a desplegar un sinnúmero de misiones secundarias, y se abren las posibilidades, ‘Hogwarts Legacy’ pone sobre la mesa su gran fuerza: exprimir al máximo un escenario tan versátil y lleno de posibilidades como la escuela de magia, aunque algunas posibilidades, como el vuelo o la posibilidad de adiestrar criaturas mágicas quedan muy por debajo de las posibilidades sobre el papel. Los típicos árboles de habilidades para mejorar hechizos y otras características están bien pensados y, en general, no hay nada grave que achacar a esta propuesta
Posiblemente, no es demasiado importante si el juego es o no una grandiosa obra maestra para los ajenos a las creaciones de J.K. Rowling. Porque para quien sí esté dentro de ese universo, ‘Hogwarts Legac’ va a garantizar una cantidad de horas en las que un mero paseo por los pasillos de la escuela ya supone un regalo. Desde ese punto de vista, nada que objetar, pero quizás nos hubiera gustado que Warner no hubiera predicado solo para los conversos.