El momento ha llegado. Alemania desconectará este sábado 15 de abril sus últimas plantas nucleares en operación, por lo que el apagón nuclear acelerado por el accidente de Fukushima (Japón) está a punto de completarse. Que el Gobierno de este importante país centroeuropeo cumpla una promesa firmada hace muchos años no es noticia (el abandono total de la energía nuclear fue proyectado en 2002). Pero que lo haga en un contexto de crisis energética y emergencia climática como el actual, sí lo es.
Como cabe esperar los detractores de la energía nuclear están celebrando el apagado de los últimos tres reactores nucleares alemanes por todo lo alto. Y, como también podíamos prever, los partidarios de esta forma de generación de electricidad están poniendo el grito en el cielo debido a que albergaban la esperanza de que la coyuntura energética actual obligase al Ejecutivo germano a aplazar nuevamente el tan manoseado apagón nuclear. Ya lo hizo el año pasado forzado por la guerra de Ucrania.
Leonhard Birnbaum, el director de operaciones de la compañía eléctrica E.ON, se ha mostrado decepcionado por la determinación del Gobierno de su país en sus declaraciones al periódico económico alemán Handelsblatt: “Estamos apagando unas plantas muy competitivas que han sido operadas con seguridad y fiabilidad durante décadas por personal altamente cualificado. La era de la energía nuclear en Alemania finalmente ha concluido”. Birnbaum es parte interesada, pero está en lo cierto cuando afirma que este país encara un nuevo periodo.
Un camino repleto de desafíos
Alemania es el motor industrial y económico de Europa, y como tal sus necesidades energéticas son muy importantes. El itinerario que ha fijado el Gobierno persigue cumplir los compromisos climáticos que se ha marcado, y no va a tenerlo fácil. En 2030 planea haber minimizado la generación de electricidad mediante la quema de carbón y lignito (es un tipo de carbón muy abundante de origen mineral). En 2038 esta fuente de energía debe haber sido erradicada por completo, y, por último, en 2045 Alemania deberá alcanzar la neutralidad de carbono, por lo que sus emisiones de dióxido de carbono netas deben ser cero.
La Unión Europea se comprometió en 2019 a alcanzar la neutralidad de carbono en 2050 mediante el Pacto Verde Europeo, por lo que, si sigue su itinerario, Alemania conseguirá cumplir su parte. No obstante, no lo tiene nada fácil. A finales de 2021 las seis centrales nucleares alemanas que permanecían en operación producían 8,5 GW. Desde entonces el apagado progresivo de los reactores ha seguido su curso, y mañana concluirá completamente. Alemania no producirá un solo gigavatio de origen nuclear. El problema es que por el camino este país se ha visto obligado a quemar más gas y más lignito. De lo contrario no podría dar una respuesta eficaz a sus necesidades energéticas.
Ahora mismo esta estrategia lo coloca muy lejos de su compromiso climático porque la quema de gas, y, sobre todo, de lignito, que es una fuente de energía relativamente barata y abundante, es muy contaminante. Durante el Foro Económico Mundial que se celebró en Davos (Suiza) en enero de 2019 Angela Merkel, la excanciller alemana, pronosticó que el gas natural jugará un papel esencial para Alemania durante varias décadas. No hay otra opción. Sin energía nuclear y sin una infraestructura de energías renovables que pueda asumir la tensión a la que está sometido el sistema energético alemán no hay otro camino.
Olaf Scholz, el actual canciller de Alemania, ha declarado que su país necesita instalar cuatro o cinco aerogeneradores cada día durante los próximos años para resolver sus necesidades energéticas. Si tenemos presente que durante 2022 instaló 551 unidades, las cuentas no salen. El Gobierno alemán tiene un desafío titánico por delante.
Hoy un tercio de la electricidad producida en su país se obtiene quemando lignito, y la curva es ascendente debido a que durante 2022 la ausencia de gas ruso provocó que esta fuente de energía altamente contaminante creciese en Alemania un 8%. El propósito de este país a largo plazo es encomiable, pero a corto plazo su plan está repleto de agujeros. Incrementar aún más las emisiones contaminantes, aunque sea temporalmente, no debería aceptarse como una opción.
Imagen de portada: Thomas Springer
Más información: Handelsblatt | Financial Times
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– La noticia Alemania no recula: mantiene el cierre de sus últimas centrales nucleares en plena crisis energética y climática fue publicada originalmente en Xataka por Juan Carlos López .