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Ante sequías cada vez más duras, estamos buscando respuestas en algo descartado hace 10.000 años: cereales perennes

By Adriana P

April 20, 2023

Hace 10.000 años, cuando los seres humanos empezamos a cultivar las primeras plantas, cometimos un error garrafal: escogimos los cultivos anuales. Hoy por hoy, la base alimenticia del mundo se basa en plantas que nacen cada año, generan semillas cada año y mueren cada año.

Ahora, con el cambio climático y la sequía amenazando las principales zonas cerealísticas del mundo, es hora de preguntarse si eso sigue teniendo sentido.

Anuales vs perennes. El trigo, el arroz, el maíz o la cebada, por hablar solo de los más consumidos, son cultivos anuales y es lógico que así sea. Hace 10.000 años los proto-agricultores humanos no entendían muy bien lo que estaban haciendo: pero se dieron cuenta rápidamente de que algunas crecían rápidamente y otras no.

Escogieron los primeros y, gracias a que fueron seleccionando las mejores semillas año a año, encontraron variedades que crecían aún más rápido (y producían mayores cantidades de alimento). Así fue como los cereales anuales cimentaron su éxito internacional.

“Un alto precio que pagar”. Jerry Glover, edafólogo del Land Institute, explicaba hace unos años en National Geographic que “pagamos un precio excesivo por nuestra dependencia a producciones altas y raíces poco profundas”. Por ejemplo, “como los  cultivos de raíz anual en su mayoría aprovechan solo la superficie del  suelo, esa capa se agota” y eso obliga “a los agricultores a depender de grandes cantidades de fertilizantes para mantener una producción alta”.

O, centrando el tiro en la sequía, vuelve a los cultivos mucho más vulnerables a la falta de agua superficial. El mejor ejemplo es la foto inferior: en ella podemos ver el tamaño de las raíces de algunas variedades perennes comparadas con la habitual en los cultivos anuales.

¿Qué es un “cultivo perenne”? En principio, son aquellos que “tienen ciclos muy largos, ya que su periodo de vida vegetativo se puede extender más allá de 25 años continuos, tiempo durante el cual, una vez realizada la siembra, pueden obtenerse varias cosechas, ya sea cíclicas o continuas, dependiendo del tipo de plantación”.

Esto se ve claramente con los árboles frutales, pero cuando nos adentramos en materia cerealística la teoría es más difusa. Sin embargo, basta con señalar que la inmensa mayoría de las plantas ‘salvajes’ son perennes y eso les da una ventaja clave: un “sistema de raíces  espesas y profundas que las alimenta para que retoñen cada primavera y las hace tan resistentes y eficientes para aprovechar los recursos”.

Además, son fantásticas contra la erosión. Volviendo sobre un tema anterior, hay algo en lo que las plantas perennes podrían irnos muy bien: funcionan “Las plantas anuales también estimulan el uso abundante de pesticidas o  el labrado de la tierra porque hacen que el suelo quede sin vegetación gran parte del año”. Esto acaba erosionando el suelo.

No hay que olvidar que, en España, el 20% del suelo ya está desertificado y es solo el principio. A eso hay que sumar que la nueva hornada de incendios de sexta generación amenaza con acelerar el proceso de forma nunca vista. Encontrar nuevas formas de cultivar y nuevos cultivos que permitan sobrevivir a los agricultores, puede ser una estrategia ganadora.

¿Cuál es el problema, entonces? Su problema clave es que producen muy poco. Muy poco para las necesidades actuales del mundo, de hecho. Por ello, en los últimos años muchas empresas y grupos de investigación han intentado “empezar de cero” y conseguir cereales perennes que tengan una producción comercialmente viable.

Hay dos grandes caminos para hacerlo (sin ingeniería genética): el primero es cruzar los cereales actuales con variedades perennes que se haya conservado en estado salvaje. La segunda es escoger las especies perennes más productivas y someterlas a un proceso de ‘selección’ hasta optimizarlas al máximo.

En los últimos años, se ha avanzado lo que no se había avanzado en siglos. Sin embargo, esto es todavía poco más que un sueño. Estamos a años luz de que este tipo de cultivos puedan sustituir a los actuales. Sin embargo, sí que marcan el camino: que hay otra forma de hacer las cosas. Y es que se podrán acabar muchas cosas, pero no parece que se nos acabe la creatividad y la constancia.

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Imagen | Darla Hueske

– La noticia Ante sequías cada vez más duras, estamos buscando respuestas en algo descartado hace 10.000 años: cereales perennes fue publicada originalmente en Xataka por Javier Jiménez .