Aunque EEUU, Europa, Canadá o Australia llevan años intentando reforzar su posición en el complejo tablero de las tierras raras, China sigue jugando un papel crucial. Las cifras hablan con claridad. Se calcula que en 2022 el gigante asiático aglutinaba el 70% de la producción minera mundial y casi el 85% de la capacidad de procesamiento. Porcentajes que se vuelven todavía más cruciales si se tiene en cuenta el valor de estos recursos para la fabricación de baterías, turbinas o incluso el campo de la defensa. Ahora y con las tensiones con Washington como telón de fondo, Pekín ha decidido ponerse (todavía más) seria con su exportación.
Y eso significa por crear un nuevo protocolo que garantice que no podrán meterse ni sacarse tierras raras del país sin que el Gobierno de Xi Jinping esté al tanto.
Objetivo: un control más estricto. China sabe que su peso de la cadena industrial de las tierras raras es rotundo. Y con un telón de fondo cuanto menos delicado, marcado por la tensión con EEUU y los intentos de Occidente por aflojar su control, ha decidido hacer valer esa fuerza. El Ministerio de Comercio de China (Mofcom) ha decidido revisar la lista de productos cuya exportación e importación debe someterse al control de las autoridades. Y por primera vez, como confirma Global Times, ligado al Partido Comunista Chino, ha incluido las tierras raras.
Bajo la supervisión de Pekín. En una circular publicada el martes, el Ministerio aclara que las empresas deben informar de forma inmediata sobre los envíos, cantidades y fechas de exportación de todas las mercancías a granel que se incluyen en la lista. Todos esos datos pasarán a las cámaras de comercio, que los recopilarán, analizarán y trasladarán luego al Gobierno. Global Times asegura que el objetivo es mantener registros estadísticos, pero matiza el valor “estratégico” de las tierras raras y las posibilidades que abre el nuevo protocolo oficial.
“La medida proporcionará datos exhaustivos sobre las exportaciones de tierras raras, incluidos el volumen y el precio, con el propósito de garantizar el desarrollo saludable y estable de estos valiosos recursos en la era digital”, señala al periódico asiático Wang Guoqing, director de investigación del Centro de Investigación de Información sobre el Acero de Pekín Lange. Otro de los objetivos, precisa el diario, es “formular políticas apropiadas” para la exportación y reforzar la industria.
Nuevo, sí; sorprendente, no. Las nuevas restricciones se extenderán a priori durarán dos años, hasta octubre de 2025, y afectarán también a la importación de otras mercancías valiosas, como el petróleo, el mineral de hierro o los fertilizantes potásicos. La decisión de Pekín quizás sea nueva, pero no novedosa y desde luego resulta poco sorprendente. En 2010 China ya cerró el grifo de las tierras raras a Japón durante una crisis diplomática entre ambos países y durante los últimos meses ha hecho algunos movimientos en una dirección similar.
En julio Mofcom publicó un protocolo precisamente para controlar las exportaciones de germanio y galio, dos metales cruciales para los semiconductores y la industria de la automoción eléctrica; y en octubre anunció una medida similar que afectaba al grafito. Pekín también ha planteado restricciones a su tecnología para la producción de imanes. Bajo la etiqueta “tierras raras” se incluye un grupo de 17 elementos químicos, como tuli o cerio, muy apreciados por la industria.
El contexto, esencial. Para entender la decisión de China es fundamental comprender su contexto, marcado sobre todo por las tensiones con Washington. Con ayuda de sus aliados, EEUU ha restringido de forma severa el acceso de China a su tecnología, una presión que aún se plantea reforzar: hace poco os contábamos como la administración de Biden trabajaba en un nuevo paquete de prohibiciones con el que pretende impedir la llegada de cierta tecnología a China y sus países afines. Curiosamente, al anuncio de Mofcom llega solo unos días antes de que el propio Biden y Xi Jinping se reúnan en la había de San Francisco.
Pasos para aflojar el control. El protocolo del Ministerio de Comercio chino no es la única novedad en el sector de las tierras raras. Mientras Pekín endurece sus restricciones, Occidente sigue buscando la forma de aflojar el férreo dominio de la industria china. Hace días Reuters informaba de movimientos de la minería canadiense, alemana y australiana en esa dirección y Finlandia sacaba pecho también a finales de octubre por el hallazgo en el yacimiento de Solki de kukharenkoita y cordilita, minerales clave para las baterías.
Imagen de portada: Wikipedia (Kallerna)
– La noticia China tiene un peso aplastante en las tierras raras. Y acaba de endurecer las condiciones para exportarlas fue publicada originalmente en Xataka por Carlos Prego .