Sin ASML Europa sería irrelevante en la industria de los semiconductores. Esta compañía de Países Bajos es la única que es capaz actualmente de diseñar y fabricar equipos de fotolitografía de ultravioleta extremo (UVE), por lo que no tiene competencia en el ámbito de la producción de chips de vanguardia. Sin embargo, los tres fabricantes de circuitos integrados que le compran estas máquinas son TSMC, Intel y Samsung, y ninguno de ellos es europeo.
A principios de febrero de 2022 Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, y Thierry Breton, el comisario europeo de mercado interior y servicios, anunciaron que Europa estaba preparando su propia ley de los semiconductores. La directiva ‘Chips Act’, que es como se la conoce, persigue poner al Viejo Continente en el mapa mundial de los circuitos integrados, y para hacerlo posible movilizará 43.000 millones de euros entre inversión pública y privada.
Una parte de ese dinero, unos 11.000 millones de euros, serán ayudas directas procedentes de los fondos de la Unión Europea, los estados miembros y los países asociados. Suena bien, pero para poner estas cifras en contexto nos interesa recordar que a corto y medio plazo Estados Unidos invertirá 52.000 millones en su industria de los chips. Y solo en 2024 Corea del Sur prevé invertir en este mismo campo 21.000 millones de dólares; y China, cuya industria de los chips está amenazada por las sanciones de EEUU y sus aliados, 16.600 millones de dólares.
El problema de Europa: alcanzar a EEUU y Asia requiere mucho más esfuerzo
“Necesitamos megafactorías de chips. Todas las posibles. Si empezamos una de cero en 2022 quizá podríamos abrirla en 2026”. Esta reflexión de Thierry Breton está bien como declaración de intenciones, pero no basta. Está en lo cierto cuando insinúa que se necesitan al menos cuatro años para poner en marcha una planta de chips de vanguardia, pero el esfuerzo que va a hacer Europa no es suficiente para acabar con su fuerte dependencia de EEUU, China, Corea del Sur y Japón. Quizá lo sería si actualmente tuviese un nivel de desarrollo similar al de estos países, pero no lo tiene.
En Europa hay fábricas de circuitos integrados, pero ninguna de ellas es una planta de chips de auténtica vanguardia. Y, además, las instalaciones más avanzadas en suelo europeo no pertenecen a empresas europeas; son propiedad de Intel, GlobalFoundries y otras compañías extranjeras. Intel invertirá 17.000 millones de euros en las dos fábricas que va a poner a punto en Madgeburgo (Alemania), y se ha comprometido con Europa a invertir durante esta década un total de 80.000 millones de euros con el propósito de reforzar el rol del Viejo Continente en la industria de los chips.
Además, GlobalFoundries y STMicroelectronics construirán juntas una fábrica de chips en Crolles, una localidad del sureste de Francia. Costará 5.700 millones de euros, estará lista en 2026 y dará trabajo a unas 1.000 personas altamente cualificadas, pero no será una planta de chips de vanguardia (producirá circuitos integrados de 18 nm para la industria de la automoción y los dispositivos conectados a internet). Europa aspira a atraer a TSMC y Samsung, y anhela producir dentro de sus propias fronteras chips de 2 o 3 nm, pero por el momento este propósito es solo eso, un anhelo.
Hace apenas 24 horas la Unión Europea ha ratificado la directiva ‘Chips Act’ propuesta por la Comisión Europea en febrero de 2022 y respaldada en aquel momento por Thierry Breton. Esto significa, sencillamente, que esta iniciativa va a prosperar con el propósito de conseguir que en 2030 el 20% de la producción mundial de circuitos integrados proceda de Europa. Es posible que este plan surta efecto y este objetivo se materialice, pero, aun así, el Viejo Continente seguirá estando a la zaga de EEUU, China, Corea del Sur y Japón. Y seguirá ahí mientras no dé los pasos necesarios para hacer posible la fabricación en suelo europeo de semiconductores de auténtica vanguardia.
Imagen de portada: Intel
Más información: Reuters
– La noticia Europa tiene 43.000 millones de euros para su industria de los chips. Su plan (improbable): competir con Asia y EEUU fue publicada originalmente en Xataka por Juan Carlos López .