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Sony X95L, análisis: llevando la tecnología Mini LED de los televisores al límite

By Adriana P

June 30, 2023

Sony ha llegado a la retroiluminación mini LED más tarde que algunos de sus competidores. El año pasado tuve la oportunidad de probar a fondo el Bravia X95K, su primer televisor LCD equipado con esta tecnología, y me impresionó. Lo realmente sorprendente es que no lo tenía nada fácil porque antes de analizarlo había visto en acción varias propuestas mini LED muy bien resueltas de Samsung, TCL y LG, y mis expectativas eran comedidas debido a que sus competidores eran sorprendentemente buenos. Y Sony era una recién llegada al mundo mini LED.

El X95L en el que estamos a punto de sumergirnos es el sucesor de aquel televisor. Actualmente es el modelo con panel LCD más avanzado que tiene Sony, por lo que cabe esperar que los ingenieros de esta compañía japonesa hayan puesto toda la carne en el asador con el propósito de refinar al máximo su tecnología. Sin embargo, al igual que su predecesor, no va a tenerlo fácil. Otros televisores LCD y OLED, como el A95K de la propia Sony, han puesto el listón de la calidad de imagen global muy alto. Altísimo. Veamos qué nos propone este X95L.

Sony X95L: especificaciones técnicas

No es el televisor más estilizado, pero es extraordinariamente robusto

Antes de meternos en harina me gustaría contaros una pequeña anécdota que me ayuda a ilustrar la peculiar construcción de este televisor. Al azar se le antojó que llegase a nuestras oficinas junto al S95C de Samsung y el C3 de LG, ambos equipados con una matriz OLED. La manipulación y la instalación de estos dos televisores debe llevarse a cabo con cuidado debido a que el panel orgánico es muy fino y relativamente frágil. Nada que ver con este X95L. Cuando lo agarras con firmeza para instalar los pies no transmite la más mínima sensación de fragilidad.

Los televisores LCD son perceptiblemente más gruesos que los OLED debido a que en los modelos FALD (Full Array Local Dimming) y los de LED directo la matriz de cristal líquido trabaja en tándem con una lámina adicional de diodos LED que se responsabiliza de entregarle la luz. Más allá de esta característica este televisor es inusualmente rígido. Además, y me temo que voy a haceros un pequeño espóiler, el hecho de contar con un recinto relativamente grueso juega muy a su favor si nos ceñimos a sus prestaciones sonoras. Más adelante indagaremos en este apartado.

En la siguiente fotografía de detalle podemos observar que la parte trasera de este televisor es esencialmente diáfana. En la sección más voluminosa tiene un grosor de 62 mm, y toda la cobertura trasera está fabricada en un policarbonato de buena calidad. No obstante, en gran medida el responsable de la notable rigidez que tiene el recinto de este televisor es el marco. Está impecablemente mecanizado en aluminio cepillado, lo que le da un acabado prémium que encaja como un guante en un dispositivo inequívocamente de gama alta (no debemos pasar por alto que este es el televisor LCD más sofisticado y caro que tiene Sony ahora mismo en catálogo).

Los pies que nos entrega Sony junto a este televisor son de metal, lo que les da una rigidez muy alta. Además, como podemos ver en la siguiente fotografía, son estilizados y apenas ocupan espacio en la superficie en la que decidamos colocar el X95L. No obstante, su peculiaridad más atractiva consiste en que podemos instalarlos en tres ubicaciones diferentes.

La posición que podéis ver en la siguiente fotografía es la central, y en ella los pies quedan relativamente próximos, pero también es posible instalarlos junto a los extremos del televisor en dos posiciones más: con el panel elevado unos centímetros o muy próximo a la superficie sobre la que hemos colocado la tele.

Me parece una gran idea que los usuarios tengamos este margen de maniobra porque puede ayudarnos a adaptar el televisor a la superficie sobre la que queremos instalarlo. La posición de los pies que da al panel la máxima estabilidad es aquella en la que están más alejados y lo sostienen más pegado a la mesa, pero su estabilidad es muy buena incluso en la posición central que podéis ver en la fotografía.

Sony lleva ya muchos años apostando por integrar Android TV o Google TV en sus televisores, y de nuevo volvemos a encontrarlo en este X95L. Me parece una apuesta sobre seguro. Esta plataforma ya no tiene nada que envidiar a Tizen OS o WebOS desde un punto de vista estético, y, además, el SoC de MediaTek que se responsabiliza de lidiar con este sistema operativo nos permite movernos a través de la interfaz con bastante fluidez, así como lanzar y cerrar aplicaciones con una latencia muy comedida. La experiencia que nos propone en este ámbito este televisor es muy similar a la que nos entrega el X95K del año pasado. Nada que objetar.

Ahí va una muy buena noticia antes de seguir adelante: este televisor sale impecablemente calibrado de fábrica. Debería ser lo habitual en un producto de gama alta como este, pero no lo es en absoluto. Buena parte de los televisores prémium requiere una calibración minuciosa para sacar el máximo partido posible a su panel, pero en este X95L no es en absoluto imprescindible. Es posible afinarlo un poco más si recurrimos a una sonda y un software de calibración profesional, pero tal y como lo sacamos de la caja es perfectamente disfrutable incluso en espacios muy iluminados. Punto para Sony.

En la siguiente fotografía podemos ver qué aspecto tienen los dos mandos a distancia que nos entrega Sony junto a este televisor. El de la izquierda tiene una distribución de los botones tradicional, pero el de la derecha es más estilizado e incorpora un sensor de movimiento que activa la retroiluminación de las teclas cuando lo agarramos. El acabado de este último mando a distancia está un poco más cuidado que el del otro, y, además, incorpora seis botones de acceso directo a Netflix, Disney+, Prime Video, YouTube, Crunchyroll (que pertenece a Sony desde 2020) y Bravia Core.

Se lo ha ganado a pulso: esta es nuestra nueva referencia en televisores LCD

Para poner a prueba la calidad de imagen de este televisor recurrí a algunas de las películas en Blu-ray Disc y Blu-ray 4K que suelo utilizar, entre las que merece la pena destacar ‘Dune’, ‘El hombre del norte’, ‘El renacido’, ‘La llegada’, ‘Interstellar’, ‘Blade Runner 2049’ o ‘Spider-Man: Lejos de casa’, entre otras. También utilicé contenido de Netflix y YouTube que conozco muy bien.

La siguiente fotografía del panel la tomé utilizando mi microscopio digital, y en ella podemos ver con claridad la distribución de los subpíxeles RGB de la matriz inorgánica. La lámina utilizada por Sony para incrementar la dispersión de la luz, y, de esta forma, mejorar los ángulos de visión de este televisor, es la responsable de que los subpíxeles no se vean más nítidos. Los paneles VA adolecen de unos ángulos de visión modestos, por lo que es necesario recurrir a una solución de este tipo para subsanar este hándicap.

La siguiente fotografía nos anticipa con claridad qué podemos esperar de este televisor si nos ceñimos a su calidad de imagen global. El procesado de imagen de los televisores de gama alta de Sony está a muy buen nivel desde hace más de una década, pero este modelo, como estamos a punto de descubrir, resuelve las áreas conflictivas de los dispositivos LCD con una suficiencia sorprendente. El vídeo que podéis ver en la captura es muy útil para evaluar la tridimensionalidad de las imágenes, la administración del movimiento y la presencia de ruido de alta frecuencia, y este X95L ha superado estas tres pruebas con sobresaliente.

Los negros que nos entrega este televisor son extraordinarios. No tienen la profundidad abisal que alcanzan los mejores modelos equipados con un panel OLED debido a que la retroiluminación mini LED habitualmente tiene un brillo residual más alto que una matriz orgánica con capacidad autoemisiva, pero son excelentes. Además, este X95L tiene una alta capacidad de entrega de brillo. Ya la tenía su predecesor, el X95K de 2022, y el modelo de este año en este ámbito nos entrega un rendimiento similar: picos de unos 1.500 nits en una ventana que ocupa el 10% de la superficie del panel.

Otra área en la que este televisor sale bien parado es la reproducción del color. Como he mencionado unas líneas más arriba, su calibración de fábrica está muy cuidada, lo que le permite resolver de forma fidedigna una textura que a menudo se les atraganta a los televisores que carecen de una calibración minuciosa: la piel humana. En su liga, la de los televisores LCD, este X95L es un rival realmente duro de pelar. No obstante, esto no es todo. En las secuencias de ‘Dune’, ‘El hombre del norte’ y ‘El renacido’ a las que suelo recurrir en mis pruebas me ha demostrado que es capaz de recuperar muchísimo detalle en las regiones en sombra. En esta área es capaz de intimidar a cualquier televisor OLED y LCD que yo haya probado.

La capacidad de entrega de brillo de este televisor y su excelente contraste juegan a su favor cuando debe lidiar con los contenidos HDR. Se luce especialmente con los que están codificados en Dolby Vision, pero, y aquí llega un tirón de orejas a Sony, no procesa contenidos en formato HDR10+. Es una lástima que un televisor de gama alta tan capaz como este no nos ofrezca un soporte completo de todos los formatos HDR más utilizados actualmente. Panasonic, Philips, TCL y Hisense sí lo hacen, y Sony, Samsung y LG deberían tomar buena nota y seguir el mismo camino que han recorrido antes que ellos estos competidores.

El auténtico talón de Aquiles de los televisores LCD, incluso de los que recurren a la retroiluminación mini LED, es el blooming. Este defecto se manifiesta bajo la forma de unos halos que rodean las zonas más iluminadas de cada fotograma, y aparece cuando el algoritmo y la lógica que se encargan de administrar la atenuación local de la retroiluminación no consiguen actuar con la rapidez y la precisión requeridas.

Este televisor no es inmune a él, pero lo resuelve mejor que la mayor parte de los dispositivos LCD que he analizado hasta ahora. De hecho, consigue atenuarlo tanto que al reproducir contenido convencional el blooming es imperceptible. El único televisor que me ha impresionado más que este en esta área es el fabuloso MASTER Series ZG9 de la propia Sony. Un apunte más: la matriz de diodos mini LED entrega la luz con una uniformidad irreprochable. Otro punto más a su favor.

Como acabamos de ver, este televisor se siente muy cómodo con el contenido cinematográfico, pero su calidad de imagen cuando habilitamos el modo para juegos no se resiente lo más mínimo. Para evaluar su rendimiento en este escenario de uso recurrí a nuestra Xbox Series X y a varios títulos que son muy sensibles a la latencia, como ‘Mortal Kombat X’, ‘Forza Horizon 4’, ‘Gears 5’ y ‘Ori and the Will of the Wisps’.

Durante mis pruebas he medido una latencia de entre 14 y 16 ms tanto a 1080p como a 2160p y 120 Hz. No es una cifra de récord, pero está realmente bien. Eso sí, en este ámbito le pongo dos pegas que no puedo pasar por alto. La primera es que solo las entradas HDMI 3 y 4 implementan la norma 2.1. Y, además, echo de menos la compatibilidad con las tecnologías de refresco adaptativo G-SYNC Ultimate de NVIDIA y FreeSync Premium de AMD.

La siguiente fotografía está tomada intencionadamente a oscuras. En ella podemos ver que la cobertura antirreflejos que han puesto a punto los ingenieros de Sony para minimizar los destellos de alta intensidad que inciden sobre el panel cumple su cometido con eficacia. Un televisor de gama alta como este no puede permitirse fallar en este apartado, y, afortunadamente, este X95L está a la altura.

Durante nuestras pruebas este televisor ha arrojado un consumo máximo ligeramente superior a los 283 vatios, una cifra coherente con la exigencia energética que podemos esperar que nos entregue un dispositivo LCD LED de última hornada con una diagonal de 65 pulgadas. Nada que objetar en este ámbito.

Este televisor suena realmente bien. De hecho, suena inusualmente bien

Unos párrafos más arriba os anticipé que el recinto de este televisor juega a su favor si nos ceñimos a su capacidad de resolver el audio, y sí, en la práctica es así. Incorpora dos tweeters, otros tantos altavoces para medios y dos woofers para graves, así como seis amplificadores de 10 vatios que trabajan en clase D. Esta potencia es suficiente para que cada amplificador excite con solvencia el altavoz con el que está emparejado. Además, la lógica de este televisor le permite procesar sonido Dolby Atmos, Dolby Audio y DTS Digital Surround. Nada que objetar hasta aquí.

En cualquier caso, el hardware es solo una parte de la ecuación. Lo realmente importante es su sonido, y el de este televisor es fantástico. Logra restituir una escena sonora muy amplia, tiene una gran capacidad dinámica, separa los diálogos del sonido de ambiente con una precisión quirúrgica, y, de propina, es capaz de entregarnos un nivel de presión sonora importante, y, a la par, de mantener la distorsión bajo control. Quien quiera mejorar sus prestaciones sonoras se verá obligado a invertir en una barra de sonido realmente lograda, o, mejor aún, en un equipo multicanal dedicado. Una barra de sonido de gama media difícilmente sonará mejor que este X95L.

Sony X95L: la opinión y nota de Xataka

Hay vida más allá de los televisores OLED. Este dispositivo con panel LCD y retroiluminación mini LED nos recuerda que esta tecnología ha alcanzado una madurez envidiable. De lo contrario no podría entregarnos una calidad de imagen global tan alta. Un punto a su favor que lo desmarca de la mayor parte de sus competidores es la habilidad con la que atenúa el blooming. Además su capacidad máxima de entrega de brillo le permite lucirse con los contenidos HDR. Y, de propina, suena de lujo. De hecho, a quien no le seduzca el sonido multicanal no tendrá que invertir ni un solo euro más en una barra de sonido.

La lástima es que sus muchas cualidades quedan un poco empañadas por unas carencias que están presentes desde hace años en los televisores de Sony. Y es una lástima. La más evidente es que no procesa contenidos HDR10+; solo Dolby Vision, HDR10 y HLG. Además, solo las entradas HDMI 3 y 4 implementan la norma 2.1, cuando lo ideal sería que lo hiciesen las cuatro entradas. Y, por último, no tiene Wi-Fi 6E; solo nos propone Wi-Fi 5. Aun así, es un televisor magnífico que merece la pena tener en cuenta siempre que su precio encaje en nuestro presupuesto. En el mundo LCD ahora mismo, en mi opinión, no hay nada mejor.

Este televisor ha sido cedido para este análisis por Sony. Puedes consultar nuestra política de relaciones con las empresas .

Más información: Sony

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– La noticia Sony X95L, análisis: llevando la tecnología Mini LED de los televisores al límite fue publicada originalmente en Xataka por Juan Carlos López .