En el año 79 d. C, la erupción del Vesubio, un volcán ubicado cerca de Nápoles, causó una de las mayores tragedias conocidas en la historia, dejando completamente sepultadas dos de las ciudades más gloriosas del Imperio romano: Pompeya y Herculano. Eso significó que cientos de libros, documentos y pergaminos de la época fueron enterrados bajo 20 metros de ceniza volcánica.
Afortunadamente, en 1752, durante las excavaciones de una antigua villa en Herculano, se encontraron aproximadamente 1.100 papiros carbonizados, ahora conocidos como “los rollos de Herculano”, fueron recuperados de un edificio que se creía que era la casa del suegro de Julio César. Según la Universidad de Kentucky, esta colección es la única biblioteca de gran tamaño conocida de la antigüedad clásica.
Los excavadores de aquella época se dieron cuenta rápidamente de un problema: los papeles chamuscados y carbonizados se desintegraban al desenrollarlos. En el pasado, los papirólogos sólo podían estudiar estos papiros desenrollándolos físicamente, un proceso que inevitablemente dañaba aquellos que habían sido carbonizados por el calor de los escombros volcánicos que los enterraban. Así que sólo podían analizar los que estaban abiertos.
De hecho, más de 600 rollos, la mayoría conservados en la Biblioteca Nacional de Nápoles, y unos pocos en el Reino Unido y Francia, permanecen intactos y sin abrir. Incluso en la actualidad, aún cuando los investigadores comenzaron a utilizar imágenes en 3D y técnicas computacionales para revelar digitalmente su contenido oculto, los intentos han sido infructuosos.
Hasta ahora.
Un joven de 21 años ha sido capaz de descifrar el texto de uno de esos pergaminos carbonizados. Pero para entender su hazaña hay que saber qué es el Vesuvius Challenge y cómo un torneo para cerebritos de la computación de 1.000.000 dólares está revolucionando la ciencia.
El Vesuvius Challenge ofrece una serie de premios, entre los que destaca uno principal de 700.000 dólares por leer cuatro o más pasajes de un pergamino enrollado. Con esa meta sobre la mesa, alrededor de 1.500 equipos comenzaron a debatir y colaborar a través de la plataforma de Discord para conseguirlo. Los premios se diseñaron en fases y, a medida que se alcanza cada hito, se publicaba el código ganador para que todos puedan aprovecharlo.
Hace una semana, los organizadores anunciaron que Farritor, un joven de 21 años que siempre había estado interesado en la historia y aprendió por sí mismo latín cuando era niño, había ganado el primer premio por leer más de 10 caracteres en un área de papiro de 4 centímetros cuadrados carbonizado. Este provenía de la antigua ciudad romana de Herculano y había sido ilegible desde la erupción volcánica.
Cómo se ha llegado hasta aquí
Para conseguirlo, Luke Farritor, de la Universidad de Nebraska-Lincoln, desarrolló un algoritmo de aprendizaje automático que detectó letras griegas en varias líneas del papiro enrollado. Utilizó diferencias sutiles y de pequeña escala en la textura de la superficie para entrenar su red neuronal y resaltar la tinta. “Cuando vi la primera imagen, quedé impactada”, señalaba Federica Nicolardi, papiróloga de la Universidad de Nápoles en Italia y miembro del comité académico que revisó los hallazgos de Farritor.
El “desenvoltorio” virtual comienza con la tomografía computarizada, un procedimiento de rayos X que se utiliza para escanear cada papiro enrollado y deformado. Después de seguir las capas curvas en el escaneo, los investigadores aplanan virtualmente los pergaminos y los exploran utilizando IA avanzada que ha sido entrenada para encontrar la tinta en la página. La tecnología fue creada por el profesor de informática Brent Seales de la Universidad de Kentucky.
La palabra griega descifrada es πορφύρας, que significa “púrpura”, un término que aún no se había encontrado en los rollos de Herculano abiertos. Tal y como se comenta en este estudio de Nature sobre el hallazgo de Farritor, el tinte morado era muy buscado en la antigua Roma y se elaboraba a partir de glándulas de caracoles marinos, por lo que el término podría referirse al color morado, a las túnicas, al rango de personas que podían permitirse el tinte o incluso a los moluscos.
Pero lo importante aquí no es la palabra en sí, sino que gracias a esta técnica se podría leer casi cualquier cosa. Por ejemplo, para descifrar cientos de textos de la única biblioteca intacta que ha sobrevivido de la antigüedad grecorromana. “El avance nos da potencialmente la posibilidad de recuperar el texto de un pergamino completo, incluido el título y el autor, para que las obras puedan ser identificadas y fechadas”, señalaba la Universidad de Napoles.
Imagen: Vesuvius Challenge
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– La noticia Un joven de 21 años ha descifrado un papiro carbonizado de hace 2.000 años que hasta ahora no había podido ser leído fue publicada originalmente en Xataka por Albert Sanchis .