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enero 26, 2023

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Adriana P

Los taxis de Madrid dirán adiós a su mítica letra negra. El motivo: la uberización del sector

Los taxis de Madrid dirán adiós a su mítica letra negra. El motivo: la uberización del sector

Los taxis de Madrid se conocen por ser blancos, con una franja roja en diagonal en el lateral… y una letra en el pilar trasero. Una letra que está a punto de desaparecer y que, realmente, esconde un cambio profundo en su manera de trabajar. El sector del taxi se está uberizando en Madrid.

¿Qué es esa X?. Esa letra significa miércoles y especifica qué día está obligado el conductor de un taxi de Madrid a librar. L, M, J o V, para lunes, martes, jueves y viernes, señalan, respectivamente, al resto de días entre semana en los que el conductor del taxi está obligado a quedarse en casa.

No es el único día que lo hace. Los sábados y domingos, los taxis de Madrid descansan alternándose. Y también están obligados a parar la mitad de los festivos y, en agosto, durante 15 días en días alternativos dependiendo de si son días pares o impares. Una reglamentación que ya anunció Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, que cambiará.

24 horas circulando. Además de esta restricción, un taxi no puede circular más de 16 horas seguidas. “El nuevo texto en el que trabaja la Comunidad de Madrid contempla la posibilidad de que estos profesionales tengan libertad horaria y trabajen todos los días y las horas que quieran”, se lee en la página web oficial de la región. Es decir, eliminar la obligatoriedad de la libranza son las medidas estrella de la nueva reglamentación que está desarrollando la Comunidad de Madrid.

A estos cambios normativos se añade la ampliación de un máximo de 50 licencias de taxi por titular, en lugar del límite de tres licencias que ahora mismo está vigente. Soluciones que, según la presidenta de la región, harán más atractivo al sector del taxi, permitirá crear hasta 3.000 empleos y facturar un 60% más por licencia.

Una uberización. No todos los taxistas creen que esta sea la solución adecuada y apuntan a una precarización del trabajo que permitirá entrar a grandes empresas en lo que, hasta ahora, era un espacio con multitud de autónomos y que creará inseguridad para el pasajero, pudiendo sentarse en un coche con un conductor cansado.

Desde empresas como Free Now sí se han mostrado a favor de algunas de estas reglamentaciones. “Te sacas una licencia de taxi para obtener una rentabilidad y te limitan qué días y qué horas puedes trabajar. Las personas, claro que tienen que tener una limitación de horas, pero creo que deben ser capaces de gestionarse y limitarse las horas y cómo trabajan por sí mismas”, nos aseguraba Isabel García, su directora en España, el pasado verano.

Medidas de VTC. Los precios también es uno de los campos de batalla en los que los políticos madrileños están peleando. Desde Free Now apostaban por una cierta flexibilidad en el precio de las carreras, aunque pedían unos precios suelo para los VTC. La duda es hasta dónde llegará esta flexibilización en los precios que las VTC aprovechan para sacar provecho en los grandes eventos de la ciudad.

Lo que sí se ha adelantado es que los usuarios podrán compartir taxi si dos personas tienen un destino cercano para, luego, compartir gastos. Lo que hasta ahora se hace con amigos para volver a casa pero pasando por una aplicación y con desconocidos. Una especie de Blablacar del taxi.

Dos caminos. Las medidas que tomará la Comunidad de Madrid reflejan, en esencia, la decisión política de optar por un mercado mucho más liberalizado. La opción contraria a la que han optado en Barcelona, donde las VTC quedan restringidas a vehículos de tamaños propios del segmento de lujo.

Una batalla ideológica que se representa metafóricamente en las letras de los taxistas madrileños pero que, en el fondo, esconde dos modelos políticos antagónicos: uno liberal en el que la frontera entre VTC y taxi empezarán a difuminarse y otro proteccionistas que quiere reducir la influencia de las VTC en un sector que, hasta hace no mucho, era terreno del transporte público.

Foto | Jaime de la Fuente


La noticia Los taxis de Madrid dirán adiós a su mítica letra negra. El motivo: la uberización del sector fue publicada originalmente en Xataka por Alberto de la Torre .

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Adriana P

Fuchsia era el más misterioso de los proyectos de Google. Ahora los despidos complican su futuro

Fuchsia era el más misterioso de los proyectos de Google. Ahora los despidos complican su futuro

En Xataka comenzábamos a hablar de Fuchsia en 2017. Esta singular propuesta de Google era singular por decir adiós al kernel Linux que usan en Android, y todo apuntaba a que el proyecto podría ser el plan B con el que este gigante podría reemplazar Android y Chrome OS… o unificarlos. Seis años después todo sigue más o menos igual, pero el futuro se torna complicado para este proyecto.

Despidos. El anuncio de la compañía de despedir a 12.000 empleados ha hecho que muchas divisiones se vean afectadas, pero la de Fuchsia ha sido de las que más. Según The New York Times, el recorte global es del 6%, pero en el grupo de desarrollo de Fuchsia, en el que trabajaban 400 personas, el porcentaje ha sido del 16%.

El misterioso Fuchsia. En Google siempre han mantenido un singular secretismo con el proyecto. Han hablado de él en muy pocas ocasiones, aunque el código Open Source está disponible y hay actividad notable en la página en la que se detectan y corrigen errores. La compañía de Mountain View nunca ha terminado de transmitir qué persigue con este proyecto, pero su aplicación práctica es una realidad desde hace tiempo.

Los dispositivos Nest como conejillos de indias. En 2018 Google publicó una guía para instalar Fuchsia en los Pixelbook y habló de su microkernel Zircon, pero no fue hasta 2021 que lo usaron en la práctica. Los Nest Hub fueron los primeros en estar gobernados por este sistema operativo, dejando de lado el antiguo CastOS que hasta entonces había sido la opción.

Quo vadis, Fuchsia Parecía que Fuchsia podría acabar llegando a más dispositivos, sobre todo tras descubrirse cómo el componente Starnix permitiría ofrecer soporte para aplicaciones Android y Linux. La cosa ahora no está tan clara, y los despidos dejan tocada una división que tras años de trabajo tiene un producto que en la práctica no se está usando en casi ningún escenario.

Google y su cementerio. Lo extraño es que a Google no le suele temblar el pulso a la hora de matar proyectos que no considera rentables o con futuro. Lo hemos visto hace muy poco con Stadia, pero por alguna razón Fuchsia sigue adelante aun sin tener una aplicación práctica clara.

Sin rumbo claro. Tampoco es que lo poco que dice Google ayude a entender cuál es la situación y el sentido de Fuchsia. En 2022 Chris McKillop, jefe de ingeniería del proyecto, dimitió, y en una entrevista comentó como “creo que hay una pequeña posibilidad de que todo lo que Fuchsia ha hecho acabe en el kernel Linux”.

De usuarios finales, (casi) nada. A finales de ese mismo año un miembro del equipo indicó en Hacker News que Fuchsia “no está necesariamente dirigido a usuarios finales o a desarrolladores de aplicaciones. Fuchsia existe para hacer que los productos sean más fáciles de crear y mantener”. Esa frase no aclara demasiado las cosas, aunque desde luego no parece revelar que Fuchsia vaya a ser el futuro sustituo de Android o Chrome OS, al menos en estos momentos.


La noticia Fuchsia era el más misterioso de los proyectos de Google. Ahora los despidos complican su futuro fue publicada originalmente en Xataka por Javier Pastor .