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August 14, 2023

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Adriana P

En 1916 España le declaró la guerra a los pueblos con el mismo nombre. Hoy aún sobreviven más de 30

En 1916 España le declaró la guerra a los pueblos con el mismo nombre. Hoy aún sobreviven más de 30

Esto que lees lo escribo desde Vigo. El Vigo de Galicia, el del Celta, las luces de Navidad y las Islas Cíes. Quizás pienses que la aclaración está demás, pero no es descabellada. Hay al menos otras dos ciudades con el mismo nombre repartidas por el largo y ancho mundo: una en la región de Miraropa, en Filipinas, y la otra, más próxima, en el Trentino-Alto Adigio, Italia. Lo que sería mucho más difícil es que hubiera un segundo Vigo en España. Al menos desde comienzos del siglo XX, cuando geógrafos y administración unieron fuerzas para poner algo de orden en el desmadrado nomenclátor local, un listado de 9.266 pueblos en el que había ni más ni menos que un millar largo que compartían un nombre idéntico, sin coletillas, añadidos ni referencia toponímica alguna que ayudasen a diferenciarlos.

Aquel cambio transformó el mapa español a las bravas. Pero no ha evitado que lleguemos a 2023 con más de una treintena de pueblos repetidos.

¿Qué pasó en 1916? Que se decidió atajar un problema tan curioso como molesto: las repeticiones de nombres en el listado de pueblos españoles, lo que derivaba en una “extraordinaria y lamentable confusión”. Según recoge el Real Decreto publicado en julio de 1916, de los 9.266 ayuntamientos repartidos por el país había al menos 1.020 que compartían nombres calcados, sin añadidos que permitieran diferenciarlos. Se había encargado de estudiarlo la mismísima Real Sociedad Geográfica, en la que destacó en concreto la labor desarrollada por el historiador Manuel de Foronda, más conocido como marqués de Foronda.

El decreto no se limitaba a exponer el problema. El texto, publicado en la Gaceta de Madrid y refrendado por el conde de Romanones, se encargaba de precisar los 573 municipios que debían cambiar de nombre: Becerril se rebautizó Becerril de la Sierra, Montalbán se reconvirtió en Montalbán de Córdoba, los vecinos de Salceda, en Pontevedra, vieron cómo a la designación oficial de su localidad le salía un “de Caselas” y en Madrid Buitrago extendió su nombre para añadir “del Lozoya”.

La Zarza Ayuntamiento

Imagen de La Zarza, en Badajoz, que comparte nombre con otro pueblo de Valladolid.

¿Fue importante? Y tanto. No solo supuso el cambio de nombre de más de medio millar de pueblos de España. Como recordaba Fernando Arroyo durante la V jornada de la CENG, celebrada en 2017, los topónimos locales se replantearon tras un largo proceso en el que participaron funcionarios e instituciones y, a su modo, marcó también un hito destacado en la administración española.

“Supuso por vez primera una acción directa y dirigida del Estado sobre los nombres de lugar de buen número de municipios”, precisa el experto. Para que el proceso resultase más simple y solventar el gran escollo, que era decidir cuál de los “pueblos repetidos” debía renunciar a su nombre, las autoridades optaron además por una decisión salomónica: conservarían sus designaciones aquellas poblaciones de mayor categoría administrativa o las que sumaran más habitantes.

¿Y cuál es la realidad en 2023? Distinta. Pero no tanto. Aunque lo de las repeticiones de nombres ya no es tan frecuente como a comienzos del siglo XX, lo cierto es que probablemente para desesperación de Foronda y el resto de geógrafos de 1916, en España aún tenemos unas cuantas localidades homónimas. El tema se trató durante la V Jornada de la Comisión Especializada de Nombres Geográficos, celebrada en 2017, en la que Antonio Vázquez y Ayar Rodríguez ofrecieron una ponencia de título esclarecedor: “¿Es necesario un nuevo Marqués de Foronda”.

La pregunta, claro está, no tenía nada que ver con nombramientos aristócratas, sino con el listado de pueblos de España, en el que pese a los denodados esfuerzos de comienzos del siglo XX seguía habiendo 34 localidades con nombres repetidos.

¿Y cómo es posible? Por varias razones. La principal, que durante el último siglo las instituciones españolas no siempre han conservado el prurito contra la isotoponimia del que hacía gala Manuel de Foronda allá por 1916. Desde entonces el mapa administrativo ha sufrido alteraciones y cuando ha tocado gestionarlas los funcionarios de turno no siempre prestaron atención para evitar solapamientos.

Segregaciones administrativas realizadas entre 1927 y 1930 explican por ejemplo que en Navarra haya un Castejón cuando ya había otro en Cuenca o que ocurriese exactamente lo mismo con El Campillo, Huelva, nombrado de la misma forma que otro municipio que ya existía lejos de allí, en Valladolid. Otros dos casos igual de interesantes los deja Fonfría en Teruel y Rebollar en Cáceres, con nombres que pueden encontrarse también respectivamente en Zamora y Soria.

¿Y el resto de casos? Vázquez y Rodríguez precisan que la administración es responsable de otros ocho casos que afectan a Arroyomolinos, El Molar, Torrent, Mieres, Cabanes, La Zarza, Villanueva de los Infantes y Moya. Que esos nombres aparezcan repetido en el mapa patrio se explica porque en su día las autoridades no lo evitaron. Y no hace falta remontarse muy atrás para encontrar casos.

En 2001 la localidad pacense de Zarza de Alange pasó a llamarse La Zarza, igual que otra localidad de Valladolid. Una década antes había ocurrido algo similar con Cabanas de Girona, que en el censo de 1991 pasó a figurar ya como Cabanes, con la consiguiente confusión con otra localidad homónima de Castellón. A comienzos de los 80 Arroyomolinos de Montánchez cambió a Arroyomolinos, Molá de Tarragona a El Molar, Torrente de Valencia a Torrent y Mieras de Girona a Mieres. Cada uno de esas decisiones pareció razonable en su día, pero dejó solapamientos. Lo mismo ocurrió cuando Sada de Sangüesa, en Navarra, decidió recuperar el nombre que había tenido antes de 1916, el mismo que lucía otra localidad coruñesa.

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Sada, en Navarra. En Coruña hay otra localidad con el mismo nombre.

Pero… ¿Quedan algunos, no? Así es. Habría cuatro casos en los que las repeticiones se remontan ya a los años del marqués de Foronda, por lo que los expertos no les encuentran explicación: Sancti-Spíritus, nombre que comparten villas de Salamanca y Badajoz; Cieza, que designa un pueblo de Cantabria y otro de Murcia; Villaescusa, presente en Zamora y Cantabria; y Sobrado, palabra que puedes encontrar tanto en el mapa de A Coruña como en el de León.

¿Es algo exclusivo de los pueblos? No. Al menos en 2017, Vázquez y Rodríguez señalaban que el problema resulta aún más grave entre las conocidas como EATIM, entidades territoriales inferiores a los municipios. En un listado de más de 3.700 los expertos identificaron 61 nombres duplicados y 13 triplicados. Las reiteraciones de nombre tampoco son extrañas en otros elementos del paisaje, como las carreteras o embalses. Tampoco son algo exclusivo de España.

El año pasado os contábamos la cantidad de veces que aparece Myhailivka en el territorio ucraniano o cómo en Polonia hay 588 pueblos distintos llamados Stara Wies, 434 Podlesie y 373 Piaskis. Incluso hay también poblaciones que se llaman Londres o París más allá de las emblemáticas capitales de Reino Unido y Francia.

¿Y cómo se viven las repeticiones? El Real Decreto firmado por el conde de Romanones en 1916 hablaba de una “extraordinaria y lamentable confusión”. Hoy la situación quizás no sea tan dramática, pero genera también molestias. En 2010  Heraldo hablaba por ejemplo con al alcalde de Alberite de San Juan, un pequeño municipio de la provincia de Zaragoza que explicaba cómo era vivir compartiendo nombre, en su caso con una localidad de La Rioja que se llama también Alberite. Una de las consecuencias del solapamiento: las confusiones con el correo.

“Antes era algo muy habitual —explicaba el regidor—. Ahora ya no tanto porque suele ponerse el código postal, pero en muchas ocasiones nos han llegado cartas al Ayuntamiento que hemos tenido que devolver una vez abiertas o lo mismo por su parte”. A lo largo de la geografía aragonesa hay otros casos más o menos similares, como Aldehuela de Liestos, que comparte nombre con La Aldehuela, de Ávila; o Cabañas de Ebro, que lo hace con Cabañas del Castillo, de Polendos o la Sagra.

Imágenes: , Amfeli (Wikipedia) y Jaime Calatayud (Wikipedia)

En Xataka: Dos provincias, cuatro ayuntamientos, tres comarcas: el pueblo más complejo de España es también el de Feijóo


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Adriana P

XQ-58A Valkyrie, el dron de EEUU diseñado para combatir con cazas tradicionales (y que puede ser pilotado por una IA)

XQ-58A Valkyrie, el dron de EEUU diseñado para combatir con cazas tradicionales (y que puede ser pilotado por una IA)

Hay quienes aseguran que los portaviones pueden tener los días contados en el campo de batalla. Si bien este tipo de buques ha sido durante mucho tiempo símbolo del músculo militar de unos pocos países, su utilidad en escenarios bélicos modernos es objeto de debate. Aún así, Estados Unidos sigue apostando por ellos, y el ejemplo más reciente lo tenemos con el carísimo USS Gerald R. Ford (CVN-78) de casi 13.000 millones de dólares.

Si hablamos de cazas polivalentes (aviones diseñados para atacar objetivos en aire y tierra), la mayoría de los analistas coinciden en que su papel es cada vez más importante. Sin embargo, se enfrentan a un problema común del ámbito al que pertenecen: el de los costes elevados. El presupuesto desarrollo y fabricación de nuevas versiones, en general, se dispara generación a generación, y el Pentágono quiere hacer algo al respecto.

Aviones más baratos (y sin pilotos)

En cifras, el Lockheed Martin F-35 se ha ganado el apodo de ser “el avión de combate más caro de la historia”. Cada unidad cuesta alrededor de 100 millones de dólares, un salto extraordinario a nivel presupuestario en relación los aproximadamente 35 millones necesarios para comprar un Lockheed Martin F-16, el avión que reemplaza. Nuevos vehículos aéreos no tripulados de entre cuatro y dos millones de dólares podrían abordar este problema.

Y decimos nuevos porque, al menos en Estados Unidos, los drones vienen operando desde hace décadas. Uno de los más conocidos es el UAV Predator MQ-1 de General Atomics, pero este activo tiene un campo de acción muy diferente. El Pentágono aspira a contar con un avión lo más parecido a un caza, sin piloto y reduciendo al máximo su coste de fabricación, mantenimiento y operación. Aquí, precisamente, es donde entra en escena el Kratos XQ-58 Valkyrie.

Xq 58 F 35 F 22

Se trata de un proyecto impulsado por el programa Low Cost Attritable Strike Demonstrator (LCASD) del laboratorio Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (AFRL). Como sabemos, no es directamente esta organización la encargada de construir sus aeronaves, sino que se apoya en contratistas privados, en este caso en Kratos Defense & Security Solutions, que ha brindado algunos detalles sobre el proyecto.

A simple vista nos encontramos con una aeronave que es muy diferente a un dron convencional y más parecida a un avión de combate. Es que estamos frente a un avión multipropósito. Ha sido diseñado para explorar diferentes áreas con cámaras y sensores enviando los datos recabados al centro de comando y aviones tripulados. Además, puede ejecutar contramedidas armadas para protegerse a sí mismo y al grupo que integra, incluso derribando enemigos en el aire.

Valkyrie Deploys Altius 600

Como decimos, no se trata de un dron convencional. También es una especie de “nave nodriza” que lleva a bordo varios ALTIUS-600 que pueden ser desplegados en el aire (en la imagen superior podemos ver a uno de estos drones desplegarse). Estos pequeños drones fabricados por la compañía de defensa Anduril tienen capacidad merodeadora y pueden retransmitir imágenes, actuar en la guerra cibernética e incluso transportar ojivas para atacar objetivos en superficie.

El campo de acción del Kratos XQ-58 Valkyrie va incluso más allá. Puede escoltar cazas F-22 o F-35 durante las misiones de combate. Como integra el concepto “loyal wingman”, tiene la capacidad de ser controlado por otros aviones, operar como parte de un enjambre de los de su tipo e incluso completar misiones sin intervención humana gracias a una serie de algoritmos de inteligencia artificial entrenados “durante millones de horas” por el AFRL.

Xq 58 Drone Runway Independence

“La IA, las operaciones autónomas y el trabajo en equipo hombre-máquina continúan evolucionando a un ritmo sin precedentes y necesitamos los esfuerzos coordinados de nuestro gobierno, academia y socios de la industria para mantener el ritmo”, ha señalado en un comunicado de prensa el general de brigada Scott Cain, comandante de AFR, después de una serie de pruebas con un prototipo.

A nivel de operación, Kratos explica que los XQ-58 Valkyrie todavía están en desarrollo y que podría haber cambios si el Gobierno da luz verde para su producción en masa. En la actualidad dice que montan motores turbofán, pero no especifica su modelo. Sin embargo, señala que puede alcanzar una velocidad máxima de 0.72 Mach (882 km/h), presume de un rango de 5.600 km y un techo de servicio de 14.000 m.

Con una longitud de 9,3 metros, envergadura de 8,2 metros, peso vacío de 1,134 kg y operativo máximo de 2,722 kg, cuenta con una amplia variedad de sitios de lanzamiento. No solo puede despegar desde una pista como un avión tradicional, sino entrar en misiones desde barcos e incluso camiones con estructuras de lanzamiento especiales. Se trata de ventajas a nivel estratégico nada despreciables que podríamos ver en el campo de batalla del futuro.

Imágenes: Fuerza Aérea de Estados Unidos

En Xataka: La industria aeronáutica quiere meter a más pasajeros en sus aviones. Con asientos a dos alturas


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Adriana P

La industria del coche alemana tiene un serio problema de escasez de chips. Uno del que no va a salir pronto

La industria del coche alemana tiene un serio problema de escasez de chips. Uno del que no va a salir pronto

A los consumidores puede darnos la sensación de que el déficit de circuitos integrados que emergió con la pandemia ha pasado a mejor vida, pero, en realidad, se trata de un espejismo. Algunas industrias continúan enfrentándose a una escasez de semiconductores que está lastrando profundamente su negocio, y una de ellas, quizá la que más está sufriendo, es la del automóvil.

Renate Vachenauer es la máxima responsable de aprovisionamiento de componentes en Audi, y parece tenerlo muy claro: “Nos va a llevar años recuperarnos, después de todo. Y eso a pesar de que estamos invirtiendo miles de millones de dólares para solucionarlo”. No cabe duda de que no es un pronóstico muy halagüeño. La industria del automóvil germana, la mayor de Europa, tiene un impacto muy profundo en la economía de Alemania, por lo que es evidente que para este país este es un sector estratégico.

Objetivo: estabilizar la cadena de suministro de circuitos integrados

Alemania tiene un plan para resolver este desafío. En la coyuntura actual de tensión entre la alianza liderada por EEUU y China por un lado, y el déficit de chips por otro, el Gobierno alemán está dando los pasos necesarios para reducir su dependencia de los semiconductores que proceden de Asia o EEUU y repensar toda su cadena de suministro. No cabe duda de que esta es la estrategia más eficaz cuando el objetivo es desvincularse de los vaivenes del mercado global.

Intel está preparándose para construir una planta de chips de 30.000 millones de euros en Magdeburgo

Sin embargo, este plan tiene un problema: requiere mucho tiempo. Esto es, de hecho, de lo que nos habla Vachenauer en su declaración. El Ejecutivo alemán está creando el caldo de cultivo propicio mediante subvenciones millonarias para que los grandes fabricantes de chips pongan a punto nuevas fábricas de vanguardia en suelo alemán. Intel está preparándose para iniciar la construcción de una planta de circuitos integrados de 30.000 millones de euros en Magdeburgo, y TSMC está cerrando la negociación para poner a punto una fábrica de 10.000 millones de euros en Dresde.

Según Ignacio Mártil de la Plaza, catedrático de Electrónica en la Universidad Complutense de Madrid y un experto en semiconductores y energía solar fotovoltaica, “una fábrica de chips de vanguardia tarda no menos de cuatro años en estar plenamente operativa”. Es evidente que, además del tiempo que requiere la construcción del edificio, es imprescindible instalar en él los carísimos y complejos equipos fotolitográficos que intervienen en la producción de los circuitos integrados.

Con toda probabilidad este es el plazo de tiempo durante el que la industria del automóvil alemana va a adolecer en mayor o menor medida de un déficit de circuitos integrados. Mientras tanto Renate Vachenauer defiende que la manera más eficaz de atajar este problema pasa por reducir la variedad de chips que requieren los coches actualmente (unos 8.000 tipos de circuitos integrados distintos): “Tenemos que encontrar la forma de estabilizar la cadena de suministro de semiconductores y surtirla en la medida de lo posible”.

Imagen de portada: Dan RO

Más información: Reuters

En Xataka: La industria del coche miraba con esperanzas al Perte VEC 2. Ahora tiene un problema: las elecciones


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Adriana P

Un éxito silencioso llamado Wikiloc: 12 millones de usuarios y referencia mundial made in Spain

Un éxito silencioso llamado Wikiloc: 12 millones de usuarios y referencia mundial made in Spain

Jordi Ramot, ingeniero informático, lleva mucho tiempo corriendo, esquiando y yendo en bici por montaña. En 2006, como parte de su tiempo libre, combinó sus dos facetas, la de ingeniero y la de deportista aficionado, con la creación de un proyecto personal al que llamó Wikiloc. En él volcaba la información sobre sus rutas de fin de semana con la bici, acompañándola con consejos útiles y algunas fotos.

Era la época de los inicios de la web social y los portales de intercambio de información entre usuarios, así que una plataforma orientada a que aficionados al deporte en exteriores compartiesen sus rutas tenía muchos ingredientes para salir bien.

Lo que quizás no pudo cuantificar Jordi en ese momento, cuando solo era un proyecto personal, es que esa plataforma hecha en su tiempo libre iba a crecer tanto: Wikiloc tiene más de doce millones de usuarios, veinticuatro empleados y lidera su categoría a nivel mundial.

Recientemente vendió un 40% de la sociedad a Miura, un fondo inversor, por una cantidad no revelada; quedando el otro 60% en manos de los dos fundadores, Jordi (CEO) y Montserrat Jordi (COO).

Pero eso no es lo importante para Jordi.

Identidad e historias de titanes tecnológicos

“Esto empezó hace un par de años”, explica Jordi, iPhone 11 Pro Max sobre la mesa y Garmin Forerunner 965 en la muñeca, refiriéndose a la operación con Miura. “Queríamos encontrar a alguien que nos ayudase a crecer. Ya éramos rentables desde hacía mucho, pero sentíamos la obligación de buscar ese crecimiento, casi era irresponsable no hacerlo simplemente por sentirnos ya cómodos. A partir de ahí valoramos muchos posibles socios, buscábamos su track-record, cómo eran las empresas que habían entrado en ellos y cómo habían evolucionado… Nosotros no queríamos que cambiase nuestra identidad. Nos tomábamos esto como un campo base sobre el que seguir construyendo, no queríamos apagar e irnos”.

Esas valoraciones implicaban confiar en un fondo que les permitiese seguir con su identidad habitual, sin renunciar  a cosas como la adherencia a 1% for the Planet creado por la marca Patagonia, que compromete a entregar el 1% de la facturación bruta a la preservación del medio ambiente. “Al final todos disfrutamos del monte, pero para disfrutarlo tiene que estar ahí, tenemos que cuidarlo. Es un 1% y queremos que sea más en el futuro”, dice Jordi.

Team

3Parte del equipo de Wikiloc. Imagen: Wikiloc.

Precisamente esa búsqueda de una continuidad garantizada tiene que ver con la negativa de la empresa ante las ofertas de compra que ha recibido en los últimos años. “Incluso alguno de los titanes del sector, pero al no ver esa continuidad garantizada, pensábamos que supondría sacrificar el potencial de hacer algo de lo que estuviéramos orgullosos”. Una fuente del sector que prefiere no dar su identidad nos corrobora esta versión: “Ofertas han tenido varias, pero siempre han tenido claro que querían crecer a su manera, por su cuenta, con su marca… La opción fácil era coger el dinero y correr, pero siempre se han negado”.

Esa relación con los titanes viene de lejos. En 2008, por ejemplo, cuando las rutas de Wikiloc se integraron en Google Earth. Fue fruto casi de la casualidad: Wikiloc se presentó a un premio organizado por Google para desarrollos sobre la API de Maps. Lo ganó, y parte del galardón era un viaje a Google Plex para conocer a los equipos de Google Maps y Google Earth. Por allí incluso estaba la gente de Panoramio, poniendo fotos sobre los mapas. Hablando con los ingenieros acabó saliendo esta posibilidad… y se hizo realidad.

Jordi

“Eso supuso un crecimiento enorme, cuando te agarras a uno de los grandes, enseguida te hacen volar”, recuerda el CEO. Y añade un pasaje de aquella integración que ejemplifica la insistencia por mantener su identidad: “Tuve que pelear mucho para que las rutas no quedasen anonimizadas, sino que se mantuviese la atribución de su autor, con el enlace a su página de perfil. Hubiese preferido no salir en Google Earth si no hubiesen respetado eso, pero al final lo conseguimos”.

Hay otras propuestas que ha declinado en estos años, como integrar publicidad de marcas de ropa deportiva, o usar la base de datos de correos de sus usuarios para anunciar productos. “Suponen un beneficio claro y medible, pero sabemos que no es lo correcto. Hay un tema de percepción, afinidad, confianza… Eso es lo que te hace dormir bien por la noche”.

Otro episodio de Wikiloc con los titanes tecnológicos fue su primera gran aproximación a Apple. “Teníamos buena relación con ellos, aunque con mucho secretismo. Un día nos dicen de acudir a Cupertino por una propuesta para una integración con un hardware nuevo que iba a salir, sin decirnos qué es. Era para un nuevo modelo del Apple Watch. Fuimos un diseñador, un ingeniero y yo. Nos implicamos muchísimo para que todo saliese perfecto, sin ningún bug… Les gustó cómo quedó y la sorpresa fue que nos mencionaron en la keynote. Aparecimos en ella. Estábamos todos en la oficina viéndola y fue algo espectacular, sobre todo para un equipo pequeño que trabaja desde España. Nos hizo muchísima ilusión”.

keynote

Wikiloc en pantalla durante la presentación del Apple Watch Series 5, en septiembre de 2019. Imagen: Apple.

Si hay una palabra que define a Wikiloc es “comunidad“. Son sus usuarios quienes proporcionan el contenido, lo ilustran, lo consumen, lo perfeccionan y lo dotan de conversación. Wikiloc es fuerte en el descubrimiento de rutas, ya sea para corredores de asfalto, corredores de montaña, ciclistas de carretera, senderistas, jinetes o ciclistas de montaña. Algo idóneo para quien está lejos de casa, de viaje o en una segunda residencia, y quiere conocer lugares óptimos para practicar su deporte.

Del nicho a algo más

En su origen, usar Wikiloc, como cualquier propuesta similar, era café para cafeteros: había que buscar las rutas desde el ordenador, descargarlas en local y transferirlas a dispositivos GPS mucho más toscos que los que podemos conocer hoy. Las fotos que las acompañaban, con una cámara digital. Más tarde, cuando lanzaron las aplicaciones para iOS y Android, todo empezó a ser muchísimo más fácil. Y le permitió crecer mucho más. “Aquello abrió muchísimo el público objetivo de Wikiloc. Y nos hizo dar un gran salto en crecimiento”.

Sus usuarios españoles fueron quienes empezaron a crear rutas fuera de nuestras fronteras, algo que hizo de Wikiloc una herramienta global de forma orgánica. Después, la compañía sí se preocupó por derribar la barrera lingüística, incorporando idiomas a la aplicación, que ya habla más de veinte lenguas.

Wikiloc es desde sus inicios una herramienta pensada para los deportistas, especialmente en entornos rurales y montañosos, pero ha habido dos pequeños giros recientes que cambian ese axioma.

Por un lado, la pandemia, que hizo que mucha gente empezase a realizar actividad física fuera de casa, algo que apalancó su crecimiento de esta última etapa.

Por otro lado, el hábito de uso de esta aplicación, que ha acabado haciendo que muchos de sus usuarios empiecen a darle un enfoque más allá del deportivo. Por ejemplo, con rutas para llegar hasta zonas desde la que se pueden ver las estrellas con nitidez; o con recorridos urbanos vinculados a un estilo arquitectónico común.

Es decir, que Wikiloc, sin cambiar su esencia, sea visto más allá del deporte. “El reto es no hacer algo súper técnico, que no tengas que ser un atleta, ni tampoco un geek: que sea fácil de utilizar para cualquiera. A veces uso a mi madre de beta tester, si ella hace bien la interacción es que hemos acertado”, cuenta Jordi riendo. “El objetivo es que no sea un producto para gente especializada, sino que todo el mundo se sienta cómodo. Y sobre todo, que crezcamos para aprovechar los efectos de red que tiene Wikiloc: cuantas más personas haya en la comunidad, más rutas, fotos, valoraciones subirán, y eso hará que el producto sea mejor para toda la comunidad, es un círculo virtuoso”.

La monetización de Wikiloc es simple: ofrece su aplicación de forma gratuita, con algunas funciones capadas, como la posibilidad de enviar mapas a relojes inteligentes o buscar rutas que atraviesen un lugar, no solo partan desde él. Para quien quiere desbloquearlas, el camino a pasar por caja se llama Wikiloc Premium: 9,99 euros al año.

Las cuentas salen: en 2021, el último ejercicio completo en el que la empresa depositó sus cuentas en el Registro Mercantil (es normal que no lo haya hecho aún con las de 2022), las ventas fueron de algo más de cinco millones de euros, con un EBITDA de casi tres millones de euros, un resultado neto por encima de los dos millones y un gran crecimiento respecto al año anterior a la pandemia.

El margen del resultado neto también es notable: por encima del 40% de las ventas. Llegó a ser del 52% en 2020.

Ahora su próximo reto es el crecimiento para el que ha comenzado a caminar de la mano de Miura, el escogido para un recorrido que no comprometa su identidad y lo que le ha llevado hasta aquí. Pero el roadmap apenas es a unos meses vista. “No miramos muy a largo plazo, queríamos un socio que nos entienda, que no quiera cargarse esto, que entienda las sensibilidades que hay, que entienda la comunidad que tenemos detrás… Cuanto más grandes seamos, si seguimos con los mismos valores e identidad, más valor ofreceremos a la comunidad”, añade Jordi.

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Imagen destacada | Xataka, Mockuuups Studio.


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Esta desalinizadora “made in Málaga” quiere atajar la sequía e impulsar el hidrógeno verde. Su arma: el sol

Esta desalinizadora

Andalucía tiene sol, mucho sol. Y mar, mucho mar, una extensa franja de Mediterráneo y Atlántico que se extiende a lo largo de 853 kilómetros de litoral. También necesita agua dulce, una realidad muy presente en tiempos de sequía. Un grupo de jóvenes ingenieros malagueños ha decidido meter todos esos factores en una coctelera y crear un dispositivo que ya les ha valido un premio internacional y el interés de industria y medios. Su invento, ADSOL, es una planta desaladora flotante que se alimenta de energía solar y presume de alcanzar un nivel de eficiencia notable sin apenas generar residuos de salmuera.

No solo eso. Sus creadores aseguran que ADSOL puede ser interesante en otro frente igual de crucial para el futuro: la generación de hidrógeno verde.

¿Qué es eso de ADSOL? Una planta desaladora. Una especial, eso sí. Básicamente es un dispositivo flotante que funciona con energía solar y está pensado para la desalinización y condensación de agua. Cada uno incorpora una estructura cónica —en forma de pirámide invertida—, colectores para la radiación solar, una estructura para la filtración y canalizaciones. Gracias a su diseño puede captar agua, calentarla hasta que se condense y recoger las gotas desalinizadas.

Las diferentes estructuras modulares flotantes integran a su vez 48 módulos y ocupan un área de unos 16 m2. Justo en el centro de la base se sitúa el sistema de condensación y desalinización, que va unido a una plataforma flotante que permite que el dispositivo pueda usarse en instalaciones offshore. Sus creadores aseguran que su diseño permite obtener más cantidad de agua que los sistemas solar still tradicionales que también se aprovechan el calor del sol y suelen ofrecer una producción de entre uno y cuatro litros de agua por cada metro cuadrado.

¿Y en qué se diferencia Aunque durante los últimos años se han planteado alternativas basadas en la diálisis o incluso campos magnéticos, probablemente la tecnología de desalinización más común es la de osmosis inversa. Su dinámica es bastante sencilla: se bombea agua salada a través de una serie de membranas concéntricas de filtrado a alta presión para, de esa forma, eliminar partículas.

El problema es que el proceso presenta algunos hándicaps importantes. No consigue eliminar todos los residuos del líquido y su factura energética es elevada. Los creadores de ADSOL han querido desarrollar un nuevo método más eficiente y que sea capaz además de competir con otras alternativas para desalinizar líquidos, como la nanofiltración, los hidratos gaseosos o la destilación solar tradicional.

Pero… ¿Cuál es su estrategia Lo que busca ADSOL es generar “agua de alta pureza” mediante destilación solar controlando las acumulaciones de salmuera. La última idea es importante: los desechos con altas concentraciones de sal y residuos son uno de los grandes quebraderos de cabeza de los sistemas de desalinización.

Para lograrlo ADSOL presume de varias ventajas, como una tecnología que le permite captar y concentrar la radiación solar para la destilación del agua salada y  modular la temperatura del sistema. Lo primero le ayuda a evitar bombeos de alta presión, con el consiguiente ahorro en el consumo de energía; lo segundo, regular el vertido de salmuera y minimizar así el impacto ambiental de su trabajo.

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Adsol

¿Qué dicen sus creadores? “El objetivo principal del proyecto ADSOL es desarrollar una unidad básica de desalinización mediante energía solar a partir de sistemas modulares que permitan su acoplamiento a estructuras preexistentes —abundan sus creadores—. La suma de un conjunto de estos elementos modulares formaría una planta desaladora solar flotante, que estaría fundamentada en la destilación mediante energía solar y la minimización de residuos salinos”.

¿Manejan cifras? Algunas, sí. Aseguran que el consumo de energía se reduce alrededor de un 83% con respecto a los sistemas de osmosis inversa y la calidad del agua mejora de forma notable. Todo con un recorte considerable de la factura. Los responsables de ADSOL estiman que los costes operativos de su sistema se reducen un 47%, cifra que se explica en parte por los gastos que se ven obligados a asumir otras tecnologías: los sistema de osmosis inversa, por ejemplo, incorporan membranas de filtrado que deben reponerse cada cierto tiempo.

¿Útil para el hidrógeno? A eso aspiran sus creadores, que plantean las posibilidades que abriría sumar fuerzas con el sector eólico y sacar aún mayor partido de sus plantas flotantes. “Tras tres años de desarrollo y protección de la tecnología, encontramos una oportunidad de colaborar con empresas líderes en aerogeneradores marinos —reflexionan—. Juntos, podríamos liderar un proyecto para la generación de hidrógeno verde a partir de nuestra agua purificada y energía eólica, uniendo fuerzas para impulsar una solución todavía más sostenible que optimizase los rendimientos de la producción de energía renovable offshore”.

No es una propuesta lanzada al aire. El equipo asegura que al no ser capaz de eliminar todos los residuos sólidos del agua e incurrir en un elevado consumo energético, la osmosis pierde atractivo para la producción de hidrógeno.

Tech2ocean

¿Y ahora, qué? El proyecto nació en 2019 y en cuestión de cuatro años ha logrado captar la atención de empresas e instituciones, como el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT). El equipo ha registrado su patente tanto a nivel nacional como internacional y afronta ahora la fase de optimización y pruebas para avanzar hacia un piloto real. “Hay nueve niveles y estamos en el tres. La idea está validad a nivel teórico. Ahora estamos entrando en una fase de testeo real, saliendo del laboratorio y probando el producto en un entorno real para validar la tecnología”, explica a The Objetive el CEO de ADSOL, Ignacio Colombo.

Los ingenieros miran ya al potencial que su sistema podría tener en diferentes ámbitos, como las firmas agrícolas que necesitan acceso a fuentes fiables para el riego o del sector manufacturero o petroquímico necesitadas de agua. Su foco se ha centrado también en comunidades y empresas especializadas en las energías renovables, incluidas las enfocadas hacia la generación de hidrógeno verde.

¿Quiénes están detrás? Una de las grandes señas de identidad de ADSOL es que detrás tiene talento nacional. En julio La Opinión de Málaga precisaba que el equipo lo formaban seis estudiantes y un director de la universidad malagueña. De hecho la institución se hacía eco hace un mes de cómo ADSOL había logrado ganar el certamen ClimateLaunchpad. Su dispositivo les ha valido también el galardón Green Manufacturing Ward, otorgado por la EIT Manufacturing.

 The Objetive precisa que ha logrado además captar el interés de media docena de entidades, entre ellas una empresa israelí. No está mal para una idea que surgió en 2019, como sus mismos responsables reconoce, con el propósito de resolver la escasez de agua en Andalucía con una estrategia renovable: energía solar.

Imágenes: ADSOL Tech

En Xataka: La desalinización siempre ha sido la gran promesa contra la sequía y a la vez demasiado cara. Hasta ahora


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