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September 20, 2023

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Adriana P

Un cráneo de 300.000 años desconcierta a los científicos: no encaja con ninguna especie humana conocida

Un cráneo de 300.000 años desconcierta a los científicos: no encaja con ninguna especie humana conocida

Allá por 2015, un grupo de arqueólogos encontraron un cráneo humano en China. Expertos en evolución humana llevan desde entonces tratando de saber más sobre este cráneo de 300.000 años de antigüedad. El motivo es que sus rasgos no encajan con ninguna especie humana conocida. Podría tratarse de un nuevo homínido.

Lo nuevo y lo viejo. Si bien los primeros restos de este cráneo se hallaron en 2015, no fue hasta 2020 que los arqueólogos encontraron parte de la mandíbula inferior de este ejemplar. Es precisamente en los rasgos de la mandíbula de este cráneo donde los investigadores han encontrado parte de esta singular mezcla entre rasgos antiguos y rasgos modernos.

Es decir, observaron que la mandíbula contaba con algunos rasgos semejantes a los propios de especies humanas ya extintas como neandertales (Homo neanderthalensis) y H. erectus, con rasgos propios de la especue humana a la que pertenecemos los humanos modernos (H. sapiens).

“[El cráneo] no presenta una verdadera barbilla, pero tiene algunos rasgos débilmente expresados que parecen anticipar este rasgo típicamente H. sapiens”, explicaba en declaraciones recogidas por CNN María Martinón-Torres, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y coautora del estudio.

Un cráneo de 300.000 años. Los restos del cráneo fueron descubiertos en la provincia china de Anhui, en el este del país, en sucesivas excavaciones entre 2015 y 2020. HLD6, que es como se identificaron estos restos, pertenecía a un joven de unos 12 o 13 años. Fue precisamente en 2020 cuando los arqueólogos se toparon con la parte de la mandíbula que ha sido central para este último análisis.

Los análisis dataron este cráneo situándolo cerca de los 300.000 años de antigüedad, es decir en el pleistoceno, la época geológica que comenzó hace cerca de 2,5 millones de años y que culminó con el fin de la Última Era Glacial hace aproximadamente 12.000 años.

83 mandíbulas. Para realizar su análisis, los investigadores compararon la mandíbula de este fósil con una colección de 83 mandíbulas pertenecientes a distintas especies humanas (neandertales, erectus y sapiens). Tanto neandertales como erectus habitaron Asia a lo largo del pleistoceno.

Comprobaron que, mientras que algunos rasgos, como la ausencia de mentón o barbilla verdadera, acercaban este fósil a las especies arcaicas; otros, como la forma de la mandíbula inferior y la forma en la que encaja con la superior, lo acercaban al H. sapiens.

Los detalles de esta comparativa, la metodología empleada y resultados han sido publicados recientemente en un artículo en la revista Journal of Human Evolution.

¿Eslabón perdido o parientes lejanos? Las interpretaciones del estudio son complejas. Se ha denominado “gente del Hualongdong” al grupo de humanos al que habría pertenecido este ejemplar descubierto en la cueva homónima. La cuestión a dilucidar es si este grupo fue un paso evolutivo entre erectus y humanos modernos, o si por el contrario perteneció a otra rama ya extinta, como neandertales o denisovanos.

Esta segunda posibilidad parece la más fiable. El motivo es que la primera sería más acorde con la hipótesis generalmente descartada de que el origen del H. sapiens, es decir, el punto en el que se diferenció del resto de especies homíninas, estaría en Asia.

Puesto que los restos más antiguos de nuestra especie que hemos descubierto fueron hallados en Etiopía y están datados hace unos 230.000 años, esta hipótesis no suele considerarse probable.

Una hipótesis intermedia. A pesar de ello no puede descartarse que esta especie fuera antecesora de los humanos modernos y que, como nuestros ancestros, saliera también de África.

Martinón-Torres recuerda que existen fósiles con rasgos similares hallados a comienzos de siglo en Jebel Irhoud, en Marruecos. Lo que sí podemos entrever es que son muchos los secretos que esta  gente del Hualongdong podría llegar a revelarnos algún día.

En Xataka | Descubren una nueva especie de humano: el ‘Homo longi’ apunta a ser nuestro relativo más cercano en el árbol evolutivo humano

Imagen | Xiu-Jie Wu et al., 2019


La noticia Un cráneo de 300.000 años desconcierta a los científicos: no encaja con ninguna especie humana conocida fue publicada originalmente en Xataka por Pablo Martínez-Juarez .

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Adriana P

Si quieres un salario alto, hay una elección crítica en tu carrera profesional: qué lenguaje de programación dominas

Si quieres un salario alto, hay una elección crítica en tu carrera profesional: qué lenguaje de programación dominas

La escasez de talento ya es un serio problema en todo el mundo. Las empresas no encuentran personal cualificado para determinados perfiles y los candidatos están muy bien remunerados. El sector tecnológico es uno de los más afectados por la constante actualización de los conocimientos, por lo que elegir el área de especialización y el lenguaje de programación adecuado marca una gran diferencia salarial.

Las empresas no encuentran profesionales especializados. En tecnología siempre ha habido un cierto nivel de déficit de talento debido a la velocidad de innovación a la que se mueve este sector. Sin embargo, en los últimos años se ha agravado especialmente.

Según el Informe de Tendencias de RRHH 2023 elaborado por Randstad, el 72% de las empresas perciben la escasez de talento y no es capaz de ocupar las vacantes en determinados perfiles técnicos. El 53% de esas empresas tiene como principal reto cubrirlos en 2023 y el 42% busca la fidelización de esos perfiles para evitar la rotación.

Experiencia y lenguaje de programación marcan la diferencia. Según el estudio Tech Career Report 2023 realizado por el portal de empleo Manfred, especializarse en un lenguaje de programación adecuado y atesorar más de 10 años de experiencia en el sector marcan la diferencia. Estos dos factores pueden ser los mayores condicionantes a la hora de establecer el rango salarial. La diferencia puede llegar a ser de hasta 11.100 euros al año para un profesional con más de 10 años de experiencia en CSS (52.300 euros/año) o en TypeScript (63.400 euros/año).

Especializarse en frameworks como React o Spring Boot también aporta un buen incentivo salarial, siendo una de las especialidades más demandadas. Un candidato con más de 10 años de experiencia en jQuery puede acceder a un salario medio de 49.200 euros al año, mientras que en React el salario puede ascender a 61.700 euros anuales.

La oferta y la demanda en los puestos de liderazgo. La ley de la oferta y la demanda sale a la luz con claridad cuando hablamos de puestos clave al frente de proyectos. El 34,3% de las ofertas de las empresas corresponden a puestos de Backend Development, mientras que el 19,4% son para Frontend Develop.

Tener una experiencia de entre 5 y 10 años en estos puestos puede suponer un salario entre 31.000 euros/año (25% y 26,8%, respectivamente) y 60.000 euros/año (19,1% y 18%). Los perfiles mejor remunerados son los de Ingeniería, arquitectura de software y Teach Lead, con rangos salariales por encima de los 80.000 euros al año.

Salario Por Puesto Fuente: Tech Career Report 2023 de Manfred

El teletrabajo sigue teniendo mucho peso. Los perfiles tecnológicos son los que más fácilmente pueden adoptar jornadas en remoto, y su presencia en las oficinas no es tan necesaria como el personal creativo, de ventas o ejecutivo. Eso tiene su reflejo en la preferencia de los candidatos.

El 62,8% de estos perfiles prefieren trabajar de forma remota, y tienen su reflejo en que el 85,78% de las ofertas de esta plataforma son en esta modalidad. El 24,1% de los candidatos prefiere alguna de las modalidades de trabajo híbrido. Solo el 13,1% de los candidatos prefiere trabajar de forma presencial en la oficina.

Shut down. Take my money. En muy pocas ocasiones el candidato espera un salario menor que el que ofrece la empresa. De hecho, según el estudio Global Workforce of the Future 2023 de Adecco Group, el 48% de los empleados cambiaría de trabajo en 2023 por un salario mejor.

En cambio, si aspiras a un puesto de Analista de datos, Ingeniero de datos, científico de datos o Product Design puedes llevarte una sorpresa ya que la escasez en esos sectores es especialmente acuciante y las empresas ofrecen incentivos salariales por encima de lo que esperan los candidatos.

Salario Empresa Candidato Fuente: Tech Career Report 2023 de Manfred

La brecha de género es notable. El tecnológico es un sector donde la presencia femenina es especialmente baja, con solo una media del 16% de mujeres. Esa desigualdad también se refleja en los salarios que, a igualdad de experiencia y puesto, puede llegar a ser de unos 1.000 euros al año para los perfiles junior, hasta más de 10.000 euros al año para los senior.

Habilidades que gustan a las empresas. El informe de Manfred revela que también hay una cierta disonancia entre las habilidades que valoran los candidatos y las empresas. Por ejemplo, la formación continua es una habilidad que parece inherente a los profesionales de tecnología, pero no es algo que las empresas valoren especialmente. En cambio, la comunicación verbal con los jefes de equipo, la capacidad de autogestión y la proactividad son cualidades muy valoradas por las empresas.

El inglés es condicionante para ascender. Un dato curioso que aflora en el estudio de Manfred es la importancia del nivel de inglés para conseguir mejores condiciones salariales en el sector de la tecnología. El mayor porcentaje de candidatos con niveles de ingles básico (A2) se concentra en rangos salariales por debajo de los 31.000 euros. Mientras que a medida que se va subiendo de nivel de inglés, su rango salarial también va ascendiendo.

En Xataka | Los trabajos con los mayores sueldos y subidas de España: radiografía de la desigualdad salarial

Imagen | Pexels (Christina Morillo)


La noticia Si quieres un salario alto, hay una elección crítica en tu carrera profesional: qué lenguaje de programación dominas fue publicada originalmente en Xataka por Rubén Andrés .

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Adriana P

A toda Apple le llega su Huawei: la presión de China sobre la compañía no ha hecho más que empezar

A toda Apple le llega su Huawei: la presión de China sobre la compañía no ha hecho más que empezar

Apenas unas horas después de la presentación de los iPhone 15 salió una noticia de esas que parecen una muesca más en el cinturón, pero que tienen papeletas para ser el inicio de una bola de nieve que vaya mucho más allá: la de China diciendo haber encontrado “incidentes de seguridad” en los iPhone.

Ya en la semana anterior dejó asomar la amenaza con un potencial veto al iPhone en sus organismos estatales, pero elevar la intimidación hasta considerar inseguros a los iPhone lleva más allá el órdago de una guerra fría que se va recrudeciendo: la complicada relación entre Apple y China.

Todo cambió en 2001

Apple abrió su primera tienda en China hace quince años. Todo era distinto entonces: el iPhone apenas estaba despegando, Apple era una fracción de lo que es ahora, los fabricantes chinos estaban aún lejos de inundar el mercado mundial de telefonía —algunos ni habían nacido— y la república popular ya se había convertido en la gran fábrica del mundo, pero el coste de su mano de obra todavía era muy pequeño.

Quince años después, Apple es la empresa cotizada más grande del mundo, acercándose su capitalización bursátil a los 3 billones de dólares; y China ha casi cuadriplicado su PIB per cápita. De paso, se ha convertido en una región clave para la empresa: no solo depende de ella para la fabricación de la gran mayoría de sus dispositivos, sino que supone casi una quinta parte de su mercado global.

Pese a que la historia tiene momentos de montaña rusa financiera en el impacto de China en las cuentas de Apple, los últimos años han dado paso a una cierta estabilidad, representando algo menos de una quinta parte firme del mercado global de Apple.

El año fue 2001. Ese fue el momento que marcó un antes y un después en la relación de China con el resto del mundo, pues fue cuando fue admitida en la Organización Mundial del Comercio, motivo por el que las gráficas siguientes tienen su origen en el año 2000: es la última estampa de la China previa a su apertura comercial.

Hasta finales de los setenta, la economía china estaba planificada por el socialismo y quedaba aislada del resto del mundo. Luego fue abriéndose gradualmente, y la entrada en la OMC a principios de siglo terminó de hacerles despegar. Su PIB per cápita el año previo a esta entrada equivalía a poco más de 1.000 euros. Hoy supera los 12.000 euros.

Desde 2001, China se ha preocupado no solo por captar inversión y convertirse en la gran fábrica global, sino por crear un ecosistema propicio para esta ambición, haciendo grandes inversiones en infraestructura de transporte, energética y urbana. Lo que ha hecho posible crear grandes cadenas de suministro que emplean a cientos de miles de personas en una misma parcela. Como la de Apple.

La OMC esperaba que la entrada de China tuviese unos efectos en su gobierno que no se han producido, al revés: han servido para reforzar sus ideas previas

El problema que ahora tiene Apple no solo es que ha quedado completamente dependiente de este país, sino que veinte años después, no ha ocurrido lo que la propia OMC esperaba.

Por aquel entonces, confiaba en que la pertenencia a una organización como esta aceleraría su transición hacia una economía de mercado y hacia una democracia.

China reventó las previsiones, que hablaban de la meta de 7.000 dólares para 2015, cifra que superó un par de años antes. Lo que no ocurrió fue lo demás: el Partido Comunista ha usado los beneficios de esta incorporación para reafirmarse en sus ideas. La pandemia terminó de actuar como aislante frente al resto del mundo.

El crecimiento del PIB per cápita chino en lo que llevamos de siglo supera el 1.000%. Ni siquiera la prosperidad financiera de Estados Unidos, que partía de un nivel muy superior; o el de India, otro país en fuerte crecimiento, se asemejan al chino.

No es ningún secreto que el iPhone es el producto que cambió la historia de Apple. Quizás el iPod fue el germen que permitió ponerse a desarrollar el iPhone al mismo tiempo que impulsó su imagen de marca, fertilizando el terreno para cuando llegase la telefonía, pero el iPhone es el gran protagonista de este siglo, y lo que transformó a Apple para siempre.

Los más de 200 millones de iPhone que se fabrican cada año solo pueden hacerse en un lugar: Zhengzhou. Allí está su planta de fabricación, la iPhone City, propiedad de Foxconn, cuya cifra de empleados oscila entre los 200.000 y los 300.000: como si todos los habitantes de Valladolid se dedicasen a fabricar el mismo producto.

China ya no es la misma

A medida que el iPhone ha crecido como éxito comercial, más complicado se ha hecho dejar de depender de Zhengzhou para su fabricación. No es fácil conseguir a corto plazo que otro enclave logre reunir el capital humano, la infraestructura, la logística y el ecosistema de proveedores necesarios para una actividad así.

Hay un problema añadido: conseguir atraer y retener a los empleados de estas cadenas de producción es mucho más difícil que antes. El crecimiento económico del país ha abierto más oportunidades laborales que las que había hace diez años.

Y los salarios no han hecho más que aumentar. De poco más de 50.000 yuanes anuales a casi 120.000, y subiendo. El bajo coste de la mano de obra china de otras épocas ya no lo es tanto.

Esto también ha provocado desbandadas de empleados que han derivado en producciones inferiores a las fijadas. Y a la llegada de medidas para evitar que se repitan situaciones similares: los trabajadores de la mencionada planta de Zhengzhou que fabrica los iPhone van a recibir un bonus de casi 900 dólares.

La planificación para no depender tanto de estas plantas chinas viene de mucho tiempo atrás. En 2019, antes de una pandemia que rompió el stock de varios productos por las fuertes medidas de control gubernamentales, Foxconn ya aseguró que estaba preparada para derivar la fabricación de todos los iPhone destinados a Estados Unidos a otros países, principalmente, India y Vietnam.

Así fue ocurriendo. A principios de este año, entre el 5% y el 7% de los dispositivos de Apple se fabrican en India, y los planes pasan por dar un fuerte empujón a esta diversificación que permita que no hablemos del 7%, sino del 25% para dentro de dos años.

India encandila

Por supuesto, el gobierno indio va a poner facilidades para que esto ocurra, vengan las inversiones de Apple o de cualquier otro fabricante tecnológico, como Dell o HP. Para ello va a destinar 550 millones de dólares en incentivos por cada fabricante.

India es la quinta economía mundial, por encima del Reino Unido y por debajo de Alemania, pero ocupa el 120º puesto en PIB per capita, entre Cabo Verde y Bangladesh. También es el segundo país del mundo en población, con casi 1.400 millones de habitantes, muy cerca de China y muy lejos de Estados Unidos, el tercero.

Es un país, ante todo, con muchísimo potencial de crecimiento, y así lo entiende Goldman Sachs, que dijo recientemente que prevé que supere a la economía estadounidense en 2075.

También Apple se muestra optimista con India. Literalmente: Tim Cook insistió en que era “muy muy optimista con India” en una llamada con inversores de 2017. No fueron palabras vacías y no solo hacía referencia a la fabricación. Este año, tras más de 500 repartidas por el mundo, la empresa ha abierto sus dos primeras tiendas físicas en el país. Señales.

Según Nikkei, Apple lleva años planeando este movimiento, llegando a un 30% de la producción en India y tras planificar junto a los proveedores el coste de este cambio en la fabricación.

Porque una cosa es un movimiento como este, y otro es el que tuvo que hacer años atrás, aparentemente mucho más forzoso: la inversión de 275.000 millones de dólares que hizo en secreto para poder operar en China.

Ocurrió en 2016, fue en última instancia un requisito para seguir operando allí sin muchos problemas y estuvo acompañado de medidas de las que uno tiene que hacer mirando hacia el suelo, como modificar Apple Maps a petición del gobierno chino, trasladar los datos de los usuarios chinos a servidores nacionales o renunciar a herramientas orientadas hacia la privacidad en este mercado, desde varias VPN de terceros en la App Store hasta Private Relay, una solución nativa.

Llevamos dos años desde que finalizó aquel acuerdo sin saber si ha habido otro nuevo. El anterior beneficiaba tanto a China que hasta implicaba el desarrollo en energías renovables.

Ahora, en cambio, ve a una Apple encandilada por India, una India receptiva para esquilmar producción a China, otras naciones como Vietnam y Malasia, que ya fabrican para otros grandes de la tecnología, pidiendo cita; y Singapur erigiéndose como un enclave ideal —por su ubicación, su neutralidad, su tamaño reducido y sus buenas relaciones tanto con China como con Japón, algo inusual en Asia— para que las grandes tecnológicas abran allí sus oficinas.

La guerra fría de un mercado que roza el 20% de su negocio y supera el 90% de su fabricación

Por otro lado, Apple lleva dos años fabricando un pequeño porcentaje de sus iPhone en otro territorio: Brasil. Solo con los modelos no-Pro, y también de la mano de Foxconn.

Y en este contexto es cuando China ha decidido mover el alfil. Quizás amenazando veladamente a Apple para que se replantee deslocalizar su producción hacia India y compañía. Quizás también como contramedida ante el país que tumbó a Huawei y comenzó con los vetos a TikTok.

Lo bueno para Apple es que el mercado del resto de países de Asia y el Pacífico, excluyendo a China y a Japón, solo le supone un 7% de su mercado global. Si las influencias chinas se extendieran a otros países, y difícilmente serían todos los del listado que forman este grupo, el impacto no sería tan grande como si se comprometiese su negocio europeo (casi un 25%).

De hecho, solo su negocio en Japón ya casi equivale al de la combinación de ese otro grupo, formado por Corea del Sur, Filipinas, Vietnam, Tailandia, Birmania, Malasia, Australia, Camboya…

Una vía para reducir la dependencia de China, su ecosistema de producción y su capacidad para lograr la mano de obra necesaria es la de la automatización de la producción de dispositivos, algo que Apple lleva muchos años implementando pero cuyo estado actual deja muy lejos todavía un escenario de automatización total.

No es una cuestión menor para Apple: un iPhone requiere unos 1.200 trabajadores por línea de producción, mientras que los fabricantes chinos de Android apenas requieren unos 100. La diferencia en los estándares de calidad explica esta desproporción.

Reducir la cantidad de humanos necesarios para fabricar un iPhone se persigue desde hace mucho con los avances en robótica e IA, pero un ex ingeniero relacionado con ese  proyecto dijo que faltan al menos veinte años para que se complete esa automatización total.

Precedente Samsung

El fuerte sentimiento identitario chino impulsado por el Partido Comunista puede terminar de presionar si sus habitantes empiezan a preferir otras opciones, preferentemente nacionales, que no sean un iPhone.

Algo así ocurrió ya con Samsung justo en la época del batterygate del Note 7, que coincidió en el tiempo con una crisis diplomática entre China y Corea del Sur, país de origen de Samsung, originada por el despliegue de una batería antimisiles en acuerdo con Estados Unidos. En 2015, Samsung tenía un 10% de cuota de mercado en China. En 2023 no llega ni al 1%. Vivo, Honor, Oppo, Xiaomi y compañía ocuparon su lugar. Fabricantes nacionales.

Y ahora, por cierto, Huawei plantea teléfonos cada vez más interesantes tras la pinza que supuso la guerra comercial y le obligó a reinventarse con ayuda del gobierno chino. El mejor ejemplo, el último modelo que ha lanzado, un Mate 60 Pro que en condiciones normales sería de lo mejor de la gama alta Android a nivel global.

Ahora queda ver si la presión ejercida por China, empezando por ese veto al uso (e incluso el simple transporte) del iPhone en edificios estatales tiene no solo un impacto por sí mismo, sino un efecto dominó sobre la conciencia civil respecto a Apple.

O si Apple vuelve a tirar de talonario para que Pekín le vuelva a dejar tranquila por un tiempo, sin comprometer a una quinta parte de su negocio y a una mucho más elevada parte de su fabricación. En el retrovisor está una Micron que ya sabe lo que son las sanciones chinas, y lo mucho que tiene en juego. Concretamente, el 50% de sus ingresos en China.

Y de fondo, el temor a que no se trate de un órdago, sino un movimiento de manual del Partido Comunista chino: promover a sus propias empresas entre su población y obstaculizar cada vez más el acceso de empresas occidentales a su mercado. Sobre todo en un contexto desfavorable para su economía, que se asoma a la deflación mientras el resto del mundo trata de lidiar con la inflación.

En Xataka | China está empezando a perder su posición dominante como fabricante tecnológico. Arrancando por el iPhone.

Imagen destacada | Xataka con Midjourney.


La noticia A toda Apple le llega su Huawei: la presión de China sobre la compañía no ha hecho más que empezar fue publicada originalmente en Xataka por Javier Lacort .

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Adriana P

Australia ha aguantado tres meses sin declarar oficialmente El Niño. Eso acaba de cambiar y tiene implicaciones

Australia ha aguantado tres meses sin declarar oficialmente El Niño. Eso acaba de cambiar y tiene implicaciones

Semana tras semana, el Bureau of Meteorology australiano se ha ido reuniendo para evaluar los datos que tenían sobre El Niño y, semana tras semana, han concluido que los indicios disponibles no eran suficientes.

En un país cualquiera, podríamos pensar que es una simple curiosidad, de un fallo gubernamental o de falta de los medios necesarios. Pero Australia no es un país cualquiera: el subcontinente australiano es uno de los lugares del mundo que más se juegan con golpe del fenómeno y, sin lugar a dudas, tienen medios más que suficientes.

No era una decisión fácil. No declarar oficialmente ‘El Niño’ conllevaba retrasar los esfuerzos del Gobierno, los empresarios y la sociedad para prepararse ante sus efectos. Para plantarse frente a la opinión de la NOAA, de la Organización Meteorológica Mundial y de miles de expertos de todo el mundo, hay que tener mucha entereza.

Ayer, por fin, tras meses de espera, el BoM dijo que, por primera vez en ocho años, se daban las condiciones para decir que El Niño había vuelto.

¿Qué ha cambiado? Durante estos meses, el BoM ha aguantado estoico porque “la diferencia en la presión atmosférica entre Tahití y Darwin todavía no se comporta de la manera que esperaríamos que lo hiciera un El Niño clásico”. Es decir, pese a que el océano daba claras señales de estar calentándose, lo cierto es que la atmósfera no se estaba comportando como debería.

Al fin y al cabo, esa diferencia de presión está directamente relacionada con el debilitamiento  de los vientos alisios y es una métrica clave para medir El Niño. Tan importante que, para los australianos, la tendencia “debe persistir durante  semanas” antes de certificar que El Niño está en marcha. Eso es lo que acaba de pasar.

Si alguien tenía alguna esperanza, ya puede olvidarla. Es curioso, no obstante, que el BoM haya escogido este momento para hacerlo. Mientras escribo esto, Australia está sufriendo una enorme (e inusual) ola de calor en todo el este del país. Algo que no está relacionado, pero imagino que ha precipitado la decisión de los meteorólogos australianos.

Al fin y al cabo, es un buen momento para decir que el calor no va a irse a ningún lado. Braganza reconoció que la superficie del océano ha “estado en temperaturas récord desde abril” y aseguró que “este verano (austral) será más cálido que la media y ciertamente más cálido que los  últimos tres años”.

Y mientras tanto… Ecuador ya ha elevado a naranja la alerta ante la “inminente” llegada de El Niño. En Perú, las muertes por Dengue se han multiplicado por cinco este año respecto al anterior en uno de “los infinitos eslabones de la cadena de consecuencias de El Niño Costero”. Y la NOAA tiene claro que el fenómeno no da señales de debilitamiento.

Las probabilidades de un evento de El Niño “fuerte” o más que fuerte han aumentado al 71%.

Prepararnos para lo peor (aunque no llegue a pasar). Sobre todo, porque lo peor es muy malo. A priori, El Niño más intenso  del que tenemos registros fue en 2015 y la zona de referencia alcanzó un  máximo de 2,6 °C; el siguiente en la lista fue en 1997 y llegó a los  2,4 °C. Teniendo esto en mente, si los pronósticos de la Oficina  Australiana se cumplen, las pérdidas se van a contar por billones.

Nik Martin, hace unos meses, recordaba que las estimaciones económicas dicen que, tras El Niño de 1982-1983, los efectos  financieros duraron media década. Fueron unos 4,1 billones de dólares, según el Dartmouth College. El Niño de 1997-1998 produjo un daño al crecimiento económico mundial de 5,7 billones de dólares.

Eso es un 3% del PIB  estadounidense entre 1988 y 2003. En países como “Perú o Indonesia,  donde la agricultura supone hasta el 15 % del  PIB, sufrieron una caída  del 10 % en 2003”. Es, en términos globales, un desastre.

En Xataka | “Es tan extremo que es difícil de creer”: las previsiones de El Niño dibujan un evento de una intensidad inédita

Imagen | BoM


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Adriana P

Coches eléctricos a precio de combustión: la drástica caída del precio del litio abre un nuevo escenario

Coches eléctricos a precio de combustión: la drástica caída del precio del litio abre un nuevo escenario

El coche eléctrico tiene, entre los potenciales compradores, dos barreras que salvar. La primera de ellas es convencer que el vehículo puede ser útil en el día a día y, en muchos casos, lo suficientemente polivalente para garantizar viajes largos sin recurrir a malabares o abrirse la cabeza con la planificación de la ruta. Por suerte (y aunque en España vamos más lentos) la red de recarga sigue avanzando y la Unión Europea se ha puesto seria con este asunto.

El segundo y más problemático es el precio. Aunque si echamos cuentas comprobamos que cuantos más kilómetros hacemos más barato nos sale un coche completamente eléctrico, certificado por los propios taxistas, el desembolso inicial puede ser alto y, por tanto, espantar a quien está valorando este tipo de energía como una posibilidad más en su garaje.

Del precio, buena parte del sobrecoste frente a un coche de combustión se lo lleva la batería. Por los materiales utilizados y la escasez de recursos, el precio de las baterías se había elevado sensiblemente, especialmente entre las NCA y NMC, acumuladores de energía de mayor coste frente a las LFP por las materias primas utilizadas.

Ahora, sin embargo, llegan buenas noticias. El precio del litio, clave en la producción de las baterías, está cayendo con fuerza, lo que reduce el coste final de producción de las mismas. Según recoge Benchmark Mineral Intelligence, consultora especialista en el mercado del litio y otras materias primas, su precio ha caído por debajo de 100 dólares/kWh. Una cifra que no se veía desde hace dos años.

La frontera de los 100 dólares/kWh

La cifra de los 100 dólares/kWh es importante porque se considera que puede ser un punto de inflexión para abaratar los precios de las baterías de coches eléctricos y, por tanto, de los propios automóviles en último término.

Según los datos de la consultora, en su último informe se estimó que el litio tenía un coste de 98,2 dólares/ kWh. La cifra refleja una caída sustancial y tendida del precio. Sólo en agosto se estimó que el precio se había reducido en un 8,7%. En diciembre de 2022, el coste del litio superaba los 125 dólares/kWh y salvo ligeras correcciones intermedias, su coste no ha dejado de descender. Ahora, el litio cuesta un 33,3% menos que en marzo de 2022, cuando se situaba en 146,6 dólares/kWh.

Pero a la caída del precio del litio hay que sumar la de la mayoría de materias primas, lo que provoca que el coste final de la batería. Entre la batería de cifras destaca:

  • Caída del precio del cátodo (41,6%) y el ánodo (17,6%), claves en las reacciones químicas que se producen dentro de las baterías.
  • Caída del carbonato de litio (52%) y del hidróxido de litio (48%), productos que se obtienen a partir del litio y que, esenciales para la fabricación de baterías, habían sido víctimas de compras de pánico.
  • Caída del precio del níquel chino un 25%.
  • Precio del cobalto en China de 100,1 dólares/kWh, el más bajo según los registros de la consultora.

Todo lo anterior permite que el precio final de las baterías de los coches eléctricos ya roce los 100 dólares/kWh. Con estos precios, la producción a gran escala permitirá a los fabricantes acercar sus productos de los eléctricos al de los hermanos de combustión. Evan Hartley, analista de Benchmark, lo resume así:

La disminución de los precios de las células podría permitir a los fabricantes de equipos originales vender vehículos eléctricos de mercado masivo a precios comparables a los vehículos ICE (combustión), con el mismo margen, mejorando el atractivo de la transición de vehículos eléctricos tanto para los consumidores como para los fabricantes de automóviles

Desde Benchmark señalan que la caída en el coste en la producción de baterías no solo es una cosa de China. El resto de mercados donde se producen baterías para coches eléctricos también están reduciendo sus precios, lo que puede ser realmente atractivo para los fabricantes que están apostando por instalaciones fuera del país, como acicate para aumentar su producción.

A todo lo anterior hay que sumar que la demanda de coches eléctricos no para de crecer. Más allá de las decisiones de Europa de caminar hacia el vehículo eléctrico, el Gobierno chino ha mantenido las ayudas estatales para que los fabricantes locales sigan produciendo a un ritmo similar al que lo venían haciendo hasta ahora. En Europa, la cuota en las ventas del coche eléctrico ha pasado por primera vez del 20%.

Y a lo anterior hay que sumar que la búsqueda y la producción de litio está aumentando de manera exponencial. Incluso las marcas han llegado a invertir para asegurarse este mineral a un precio inferior al de mercado, impulsando la construcción de minas de litio. Aunque sus resultados no son palpables en este momento, seguirán sumando toneladas de litio disponible en el mercado.

Hasta ahora, para hacer de un coche eléctrico rentable habíamos visto cómo la marca tenía que encarecer sensiblemente el precio final para el consumidor. Vehículos como el Ford Mustang Mach-E habían perdido su rentabilidad pese a encarecerse miles de euros y un Mercedes EQE era mucho más caro que un Mercedes Clase E.

Con los precios tan caros, es difícil que el consumidor se decida por el coche eléctrico frente a la combustión. Una menor demanda provoca una menor producción, costes fijos más caros por unidad y, por tanto, un precio que sigue alto. Es la pescadilla que se muerde la cola.

Por tanto, el coste de las materias primas es clave para revertir la situación, que la rueda gire en la otra dirección y coja inercia. Si la producción es más barata se podrá competir con precios más bajos que capten a un mayor número de clientes, aumente la producción y todo el proceso, en definitiva, se mueva en la dirección opuesta a lo que hemos vivido hasta ahora.

En Xataka | “Así no puedes ganar dinero”: Ford tiene claro que las baterías de 1.000 kilómetros son un problema

Foto | Mercedes


La noticia Coches eléctricos a precio de combustión: la drástica caída del precio del litio abre un nuevo escenario fue publicada originalmente en Xataka por Alberto de la Torre .

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Tras años atiborrando su catálogo, Netflix ha decidido dar un giro: más calidad, menos cantidad

Tras años atiborrando su catálogo, Netflix ha decidido dar un giro: más calidad, menos cantidad

Hace no demasiados meses hablábamos de Netflix como un contenedor en el que cabía de todo: algunos estrenos llamativos y mucha programación de relleno, a veces procedente de geografías remotas y, a priori, no muy atractivas para el consumidor autóctono. Un tiempo después, Netflix parece haber llegado a la conclusión de que los atracones no son buenos, y aunque sigue favoreciendo el binge-watching en sus lanzamientos, parece que va a ser algo más selectiva.

Tiempos duros para el streaming. Lo llevamos notando desde hace unos meses: hay un descenso generalizado en la producción que obedece a recortes de gastos. Estos han sido más notorios y urgentes en el caso de Warner, que ha renombrado plataformas, eliminado decenas de producciones de su catálogo de HBO Max y, en general produce menos -algo que comparte con Disney+– y más sibilinos en el caso de Netflix.

No compartir y ahora, no atosigar. En el caso de Netflix, la economía de guerra viene con nuevas imposiciones a sus suscriptores, como la de no compartir cuentas, así como la aparición de nuevos tiers con publicidad. Por el momento, no se está notando un descenso claro en términos de producción propia y compras exclusivas para la plataforma, pero esa situación podría estar cambiando también.

Primeras señales en el TIFF. El Toronto International Film Festival es uno de los mercados de cine y series más importantes del mundo, quizás junto al de Cannes. En él, The Wrap cuenta que se ha visto a una Netflix especialmente activa, comprando películas de índole muy comercial y para todos los gustos, y que cubren géneros que la plataforma sabe que tienen un público fiel entre sus suscriptores: true crime y comedias románticas.

Algunos títulos. Por ejemplo, Netflix ha adquirido películas como el debut como directora de Anna Kendrick, ‘Woman of the Hour’ (un true crime sobre un psicópata que escoge sus víctimas en un programa televisivo de citas), así como lo nuevo de Richard Linklater, el thriller sobre un asesino a sueldo ‘Hit Man’, y dos documentales. Uno es sobre parajes y costumbres exóticas, ‘Mountain Queen: The Summits of Lhakpa Sherpa’, y otro sobre el músico Jon Batiste ‘American Symphony’.

20 millones, o menos. Todas estas películas comparten que su precio no es muy alto: la de Kendrick ha costado a Netflix 11 millones de dólares, la de Linklater 20 millones, y los documentales, como es natural, mucho menos. Comparado con lo que gasta Netflix en una serie de alto presupuesto como ‘One Piece‘ o ‘Stranger Things‘, son migajas.

La calidad es lo que se busca. Pero ante todo, son películas que pueden encontrar un público sin dificultades por su gancho (la protagonista de ‘Dando la nota’, el director de la trilogía ‘Antes de amanecer’) y que no han obligado a la plataforma a invertir una fortuna. Netflix sigue siendo el negocio de streaming más rentable, pero posiblemente ha visto que su técnica de “superservir” no funciona, ni a nivel financiero ni, posiblemente, a nivel de imagen, ya que transmite que estrenan películas y series “al peso”.

Calidad por encima de cantidad. The Wrap recoge en este contexto la opinión de un anónimo ejecutivo de una distribuidora: “En este mercado, los estudios y las empresas de streaming, además de Netflix, prefieren gastar mucho dinero en una o dos películas que les entusiasmen, en lugar de gastar un montón de dinero para llenar listas o poner a rebosar el canal con contenido mediocre”. Está claro que se acabaron los tiempos de los atracones.

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La noticia Tras años atiborrando su catálogo, Netflix ha decidido dar un giro: más calidad, menos cantidad fue publicada originalmente en Xataka por John Tones .

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Adriana P

Cómo bloquear programas y aplicaciones en Windows 11 sin instalar nada

Cómo bloquear programas y aplicaciones en Windows 11 sin instalar nada

Vamos a explicarte cómo puedes bloquear programas y aplicaciones concretas en Windows 11 sin necesidad de instalar nada. Además de esto, la función también te servirá para no poder lanzar programas que son funciones sensibles de Windows, como el registro del sistema.

Lo único que vas a tener que hacer es entrar en la función de editar directivas de grupo, y allí tienes una opción que es específica para bloquear el lanzamiento de aplicaciones. Aquí, tendrás que escribir el nombre del archivo .exe a bloquear, por lo que si no conoces el del programa que quieres bloquear tendrás que buscarlo primero.

Bloquea el lanzamiento de archivos .exe en Windows 11

Gpedit

Lo primero que tienes que hacer es lanzar la función de Editar directiva de grupo. Para eso, abre el menú de inicio y escribe gpedit.exe, y cuando lo hagas pulsa sobre la opción que aparece como resultado.

No Ejecutar

Entrarás en la pantalla del editor de directivas. Aquí, tienes que navegar en la columna de la izquierda entrando en Configuración de usuario, luego en Plantillas administrativas, y una vez aquí pulsa en Sistema. Dentro de Sistema, a la derecha busca la opción No ejecutar aplicaciones de Windows especificadas, que aparecerá casi abajo del todo.

Editar

Una vez aquí, tienes que hacer clic derecho en No ejecutar aplicaciones de Windows especificadas. Cuando lo hagas, en el menú contextual pulsa en la opción de Editar, para cambiar este valor.

Habilitar

Esto abrirá la pantalla con las opciones de No ejecutar aplicaciones de Windows especificadas. En ella, tienes que activarlo eligiendo la opción Habilitada en la parte de arriba. Cuando lo hagas, ahora pulsa en el botón Mostrar de la lista de aplicaciones no permitidas.

Aplicaciones No Permitidas

Esto abrirá una pantalla en la que simplemente tienes que escribir los nombres de archivos .exe que quieres bloquear en Windows 11. Los nombres de estos programas quedarán bloqueados en cualquier cuenta de este ordenador con Windows. Una vez escribas los que quieras, pulsa en Aplicar y reinicia el ordenador.

En Xataka Basics | Windows 11: 42 funciones y trucos para exprimir al máximo el sistema operativo


La noticia Cómo bloquear programas y aplicaciones en Windows 11 sin instalar nada fue publicada originalmente en Xataka por Yúbal Fernández .

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