AMD acaba de presentar sus nuevos AMD Ryzen Threadripper 7000 Series y sus variantes para estaciones de trabajo, los AMD Ryzen Threadripper Pro 7000 WX-Series. Estamos ante la renovada apuesta de AMD para el mercado profesional en el que las prestaciones importan de forma especial.
Dirigido a usuarios avanzados. Los Threadripper 7000 están orientados a usuarios especialmente exigentes en el ámbito del multiproceso. La gran diferencia con los modelos Pro 7000 WX está en la ausencia de soporte para memoria de ocho canales (cuatro canales en estos modelos) o las pistas adionales PCIe 5.0 (hasta 92 aquí, hasta 148 en los PRO).
Núcleos a gogó. Los tres modelos disponibles son los Threadripper 7960X (24 núcleos, hasta 5,3 GHz), los Threadripper 7970X (32 núcleos, hasta 5,3 GHz) y los espectaculares Threadripper 7980X (64 núcleos, hasta 5,1 GHz). Estos últimos marcan la referencia con respecto a los anteriores Threadripper PRO 5995WX de 64 núcleos, que alcanzaban 4,5 GHz como tope.
Rendimiento prometedor. En pruebas internas el Threadripper 7980X era hasta un 94% más potente que el Intel Xeon W9-3495X de 56 núcleos, una cifra sorprendente aunque de media esas mejoras rondaran el 20-30%. Estos micros hacen uso del nuevo chipset AMD TRX50 que también comparten los Threadripper PRO, así que cualquier usuario puede crear su PC de altas prestaciones con micros de hasta 96 núcleos de esa gama.
¿Para qué tantos núcleos? Para ahorrar tiempo, claro. Los procesadores convencionales para usuarios de ordenadores de sobremesa tienen muchos menos núcleos. El recién presentado Intel Core i9-9400K dispone de 24 núcleos, así que, ¿para qué tienen tantos los Threadripper? La razón es aprovecharlos al máximo en aplicaciones con concurrencia máxima, como las que se usan en ámbitos como el científico, industrial, ingenieril o de creación multimedia. Ahí estos núcleos pueden ahorrar bastante tiempo: hasta 27 minutos por cada hora de productividad frente a la competencia, afirman en AMD.
Threadripper Pro 7000 WX-Series. Acompañando a los anteriores tenemos estos procesadores, aún más ambiciosos y dirigidos a estaciones de trabajo. Sus nuevos núcleos con arquitectura Zen 4 mejora el IPC (Instructions per Clock) en un 13%, y se ofrecen además hasta ocho canales de memoria DDR5 (hasta DDR5-5200) para alcanzar hasta 5,2 gigatransferencias por segundo.
Si 64 núcleos te parecían pocos, toma 96. Mientra que la serie “no Pro” llega a los 64 núcleos, aquí tenemos modelos con 96 núcleos y 192 hilos de ejecución. Todo mejora de forma notable respecto a la anterior serie Pro (los 5000 de 2022), y lo hace además con una mejora clara de eficiencia: hasta un 73% menos de consumo por núcleo.
Aprendizaje automático “made in AMD”. Estos procesadores también quieren ser protagonistas en el ámbito de la IA. Según el fabricante, con ellos es posible ejecutar grandes modelos de lenguaje como Llama 2 en local gracias a ese gran número de nucleos. La precisión del comportamiento de este modelo de Meta de hecho llega a ser hasta un 189% mejor si usamos la versión 70B frente a la 13B con estos nuevos procesadores.
Precios y disponibilidad. Los AMD Ryzen Threadripper 7000 Series estarán disponibles el próximo 21 de noviembre de 2023. No hay precios para los modelos Pro 7000 WX-Series, pero sí para las versiones “no Pro”:
OPPO ha anunciado este jueves el OPPO Find N3, un teléfono plegable de gama alta que es prácticamente idéntico al OnePlus Open. La similitud entre estos equipos puede resultar curiosa, aunque tiene sentido si recordamos que ambas compañías pertenecen al conglomerado chino BBK Electronics y, si bien tienen estrategias de mercado diferentes, acordaron trabajar juntas en este proyecto.
El nuevo OPPO Find N3 se presenta como una propuesta completamente premium, destinada claramente a competir con los mejores plegables en formado libro del mercado, como el Samsung Galaxy Z Fold5. Se trata de una evolución interesante respecto del OPPO Find N2 lanzado en el mercado chino el año pasado, un dispositivo que hemos tenido la posibilidad de probar a fondo.
Estamos frente a un dispositivo que llega con dos pantallas AMOLED 2K con una tasa de refresco de 120 Hz. Desplegado nos ofrece un espacio de visualización de 7,82 pulgadas, mientras que plegado de 6,31 pulgadas. Aquí entra en juego su nueva bisagra construida con menos de un centenar de piezas que promete ofrecer una enorme durabilidad. En palabras del fabricante, más de un millón de plegados.
Uno de los puntos más notables del OPPO Find N3 lo encontramos en la parte trasera. ¿Qué lo hace tan particular? Un acabado de cristal disponible en tres tonalidades (verde, negro y dorado). El módulo circular sencillamente se lleva casi todo el protagonismo al ser el hogar de una triple cámara compuesta por un sensor SONY de 48 MP, un teleobjetivo de 64 MP y un gran angular de 48 MP.
No debemos olvidar que también contaremos con una cámara frontal de 32 MP. A nivel interno, además, nos encontramos con el SoC Qualcomm Snapdragon 8 Gen 2. OPPO ofrecer dos versiones: una con 12 GB de memoria RAM y 512 de almacenamiento y otra “coleccionista” de 16 GB de memoria RAM y 1 TB de almacenamiento, versiones que, por cierto, no tendrán todos los colores disponibles.
En cuanto a la conectividad, nos encontramos con NFC, Wifi 7, 5G y Bluetooth 5.3. Si hablamos del software, el sistema operativo que da vida al equipo es ColorOS 13.2, una versión basada en Android 13 pensada para China, mercado en el que acaba de ser lanzado. Si quisiéramos obtener una experiencia lo más similar posible a este en España, deberíamos ir a por el OnePlus Open.
Precio y disponibilidad del nuevo OPPO Find N3
El nuevo OPPO Find N3 ya se puede reservar en la página web del fabricante y estará disponible a partir del 27 de octubre en China. De momento, no hay información sobre su llegada a otros mercados.
OPPO Find N3 12 GB + 512 GB: 9.999 yuanes (1.292 euros al tipo de cambio)
OPPO Find N3 16 GB + 1 TB: 12.999 yuanes (1.680 euros al tipo de cambio)
El mejor OnePlus que he probado nunca. Tanto, que no parece un OnePlus. Este sería mi primer resumen tras haber probado (y disfrutado) el OnePlus Open, su primer plegable. Que nadie se confunda. OnePlus siempre ha fabricado productos excelentes y de alta calidad, pero esta propuesta está tantos niveles por encima de todo lo anterior que, tras haber probado todos y cada uno de los flagships de la marca, este último ha roto bastante mis esquemas.
Hay una posible explicación a esto y es que… este OnePlus no es del todo un OnePlus. Este teléfono es prácticamente el OPPO Find N3, sucesor del OPPO Find N2 que pudimos probar el año pasado. Pocos fabricantes están al nivel de OPPO en lo que respecta a plegables de tipo libro, y la compañía ha aprovechado la marca OnePlus para traerlo de forma global.
Soy fiel defensor de los móviles plegables y este OnePlus Open no es más que una prueba fehaciente de que el concepto está cada vez más maduro. No tengo muchas dudas: buena parte de los usuarios de teléfonos tradicionales desearían tener este teléfono en el bolsillo. ¿Por qué? Quédate y te lo cuento.
Ficha técnica del OnePlus Open
OnePLus open
dimensiones y peso
Desplegado: 153.4 x 143.1 x 5.9 mm (5.8mm Emerald Dusk)
Plegado: 153.4 x 73,3 x 11.9 mm (11,7 Emerald Dusk)
Diseño y experiencia: todo lo que un plegable debería ser
Móviles plegables que cuando están plegados no parecen plegables. Este es mi concepto perfecto para este tipo de teléfonos. ¿A que me refiero? A que cuando está cerrado, este OnePlus Open es un teléfono “normal”, con una relación de aspecto 20:0:9 (la de un teléfono estándar) y un panel AMOLED LTPO con muy buena resolución, ‘2K’. Este panel exterior tiene un total de 431 píxeles por pulgada, por lo que es bastante nítido. El peso es de 239 gramos, algo pesado, pero en la línea de teléfonos de gama alta como el iPhone 14 Pro Max.
Las dimensiones son bastante comedidas, de tan solo 15 centímetros de alto y un grosor de menos de 12mm cuando está plegado. Para que tengas contexto, es un poco más alto que un iPhone 15 Pro. Compacto, no pesa en exceso, cómodo gracias al cuero vegano, y con un aluminio tratado en el nivel más alto (no todos los fabricantes tratan igual el aluminio).
La calidad de construcción de este teléfono es sencillamente espectacular. De los mejores plegables que han pasado por nuestra mesa de análisis
Incluso el tamaño del Alert Slider se ha pensado para ser especialmente cómodo en este formato
La calidad del cierre es sencillamente perfecta, la mejor que he visto. El marco que rodea la pantalla tiene un pequeño salto hacia el exterior. Como puedes apreciar en la imagen superior, cuando la pantalla está cerrada, los bordes del panel son los que logran un cierre 100% hermético, por lo que no es posible que se cuele polvo o suciedad.
En definitiva, este un móvil muy premium, agradable de usar con una sola mano como teléfono normal y con el que en más de un día no he necesitado desplegar su panel interior. Es tan cómodo como teléfono al uso que la pantalla interior es un gran añadido de valor, pero no un imprescindible (algo que ayudará bastante al ciclo de vida de esta pantalla).
La pantalla externa de 6,31 pulgadas es de una calidad excelente. Aquí no se recorta en resolución ni brillo, con un pico máximo de 2800 nits y un modo HBM (High Brightness Mode) de 1400 nits, cifras bastante espectaculares a nivel de brillo máximo. Como casi todos los fabricantes hacen con los nits, los 2800 son una promesa para ciertas situaciones concretas y zonas determinadas del panel. El dato más real es que este panel se moverá cerca de los 1.400 nits en la mayoría de situaciones, sin un brillo auto en exteriores que lo acerque a 2.000 nits.
El formato del dispositivo ayuda a que no se haga necesario desplegar el teléfono para las tareas diarias, y es perfecto para reproducción multimedia al tener una relación de aspecto “normal”.
Olvídate de la arruga
Cuesta encontrar la arruga en el OnePlus Open. Un milagro.
Cada vez que analizo un móvil plegable, veo de capital importancia dedicar unas palabras tanto a la arruga como al sistema de plegado. En el caso de este OnePlus Open no puedo más que quitarme el sombrero. La arruga es casi inapreciable al tacto, la más moderada que he probado hasta la fecha. En lo visual también es difícil de detectar, tanto que recuerdo con nitidez el día que pensé “anda, si tengo que probar el tema de la arruga”. Tuve que ir a buscarla de forma intencionada.
El trabajo con la bisagra también es impecable. Su interior utiliza un mecanismo de ocho ejes para intentar aliviar la presión ejercida al cerrar y abrir. Las sensaciones son casi inmejorables. Es un móvil que podemos cerrar fácilmente con una mano, pero que ofrece suficiente solidez y resistencia para dar esa sensación de durabilidad que tanto importa en un plegable.
Cuando está desplegado, accedemos a un panel de 7.82” pulgadas, con resolución 2K y un brillo máximo de, también, 1400 nits HBM y 2800 de pico. El aprovechamiento frontal es cercano al 90% y la calidad final es prácticamente idéntica a la del panel exterior. OnePlus no ha querido recortar en ninguno de los dos paneles, algo imprescindible si se quiere ofrecer una experiencia de usuario consistente con el teléfono.
Rendimiento: OnePlus sabe muy bien lo que se hace
Algo esconde OnePlus a la hora de hacer que sus teléfonos rindan. Ya en el curso pasado, con un Snapdragon 8 Gen 1 que se calentaba con tan solo mirarlo, el OnePlus 10 Pro lograba mantenerlo a raya sin menor problema. Este año contamos con un mejorado Snapdragon 8 Gen 2 que no suele calentarse demasiado, aunque montarlo en un teléfono plegable siempre entraña riesgos de cara a la disipación térmica.
Si bien el OnePlus Open no llega a las cifras excelsas del OnePlus 11 (teléfono que también monta este procesador), este no es un plegable que sufra de un throttling (bajada del rendimiento por exceso de calor)excesivo. El test de CPU nos indica una caída del 21%, mientras que en el test de estrés gráfico de 3Dmark, la cifra se mueve en un 35% de caída.
OnePlus open
IPHONE 15 PRO MAX
Xiaomi 13 Ultra
ONEPLUS 11
SAMSUNG GALAXY S23+
PROCESADOR
Snapdragon 8 Gen 2
Apple A17 Pro
Snapdragon 8 Gen 2
Snapdragon 8 Gen 2
Snapdragon 8 Gen 2 (for Galaxy)
RAM
16 GB
8 GB
16 GB
16 GB
8 GB
GEEKBENCH 5/6 (SINGLE/MULTI)
1.069 / 4.210 (6)
2.637 / 7.103 (6)
1.982 / 5.492 (6)
1.176 / 4.960 (5)
2.019 / 5.308 (6)
3D MARK Wild Life Unlimited
13.668
13.667
13.978
14.018
14.250
3D MARK Wild Life Stress Unlimited
13.668 / 8.938
15.375 / 9.170
13.926 / 12.788
14.250 / 11.186
14.018 / 13.968
PCMARK WORK
10.816
–
15.048
11.406
15.823
Datos más que correctos que se traducen en un teléfono que no le teme a largas partidas de ‘PUBG Mobile’ en gráficos máximos y calidad HDR, así como jornadas intensivas en las que ha logrado mantener una buena tasa de FPS (casi siempre por encima de 50) en ‘Genshin Impact’. En el resto de usos cotidianos, es un móvil que vuela. Fluido, optimizado y con una de las mejores experiencias en relación software-hardware que nos pueda ofrecer un plegable.
Biometría
A nivel biométrico, este OnePlus Open cuenta tanto con un lector de huellas lateral como con sistema de desbloqueo facial. Este es quizás uno de los puntos en los que menos ha brillado la propuesta asiática. El lector de huellas es rápido, pero he encontrado algunas resistencias con las manos no del todo limpias (después de entrenar, después de limpiarme las manos y que estén ligeramente húmedas, etc.).
En lo que respecta al sistema de reconocimiento facial, tan solo funciona cuando las condiciones lumínicas le son favorables. Cuando empieza a caer la luz el rendimiento es pobre hasta el punto de que no funciona en la mayoría de ocasiones.
Sonido: probablemente, el mejor sonido en un plegable
Wow. Cuando me refería a que este OnePlus no parece un OnePlus, me refería a apartados como el del sonido. Este OnePlus tiene, probablemente, el mejor sonido que haya probado en un plegable. Es contundente por encima de lo esperado (los plegables suelen sonar alto, pero este Open es brutal).
Pero no me ha sorprendido solo por el volumen máximo, sino por el control de la distorsión en los máximos rangos de volumen, el buen trabajo de ecualización, equilibrio de graves y agudos, etc. Es toda una experiencia sonora escuchar música o ver películas con este teléfono.
Software: más OPPO que OnePlus
Un terreno en el que rivales como Samsung suelen partir con la batalla ganada es en el software. Pocos se acercan al gigante coreano, ya que no es sencillo optimizar un teléfono plegable a nivel de sistema operativo. OnePlus ha querido acercarse, y la jugada le ha salido bien. Hemos de tener en cuenta que OxygenOS ya no es una ROM basada en Android Stock. Es, básicamente, ColorOS (la ROM de OPPO) con algunos cambios.
Lo primero que llama la atención con este dispositivo es el dock inferior que se activa cuando abrimos el teléfono, una función que llegó de la mano de Android 13L, la propuesta de Google para pantallas de gran tamaño. Esto es prácticamente imprescindible en un teléfono nacido para la multitarea y el cambio rápido entre aplicaciones con el panel abierto.
El grupo OPPO se ha tomado en serio la interfaz de su plegable.
El dock tiene una división triple: aplicaciones fijadas, aplicaciones recientes y archivos recientes. Podemos configurar al gusto cómo se mostrarán estos elementos del dock, por lo que no estamos atados a la configuración nativa.
Al ser un móvil con una relación de aspecto tan tradicional, al abrirlo es prácticamente como tener dos teléfonos el uno junto al otro, por lo que a la hora de navegar, leer y demás, es bastante sencillo tener una buena adaptación con las aplicaciones.
Lo que no convence tanto es la reproducción multimedia. Algo que tiene sentido, siendo un dispositivo tan orientado al consumo multimedia. 1.0758 : 1 no es una relación de aspecto amigable con ningún tipo de vídeo. Más allá de esto creo que el propósito de este plegable tiene mucho sentido: un teléfono completamente normal cuyo potencial se desbloquea al abrirlo.
Autonomía: el día intensivo está garantizado
Ciclo 80% 5G y 20% WiFi. 31% restante de batería con más de cuatro horas de pantalla.
Otro de los apartados en los que brilla este OnePlus Open es en la autonomía. 4,805 mAh, una ROM relativamente limpia, uno de los procesadores más eficientes a nivel energético. El cóctel lo tiene todo para que el resultado sea dulce, y lo es.
Este plegable soporta las jornadas de uso intensivo con algo más de seis horas de pantalla
He conseguido más de seis horas de pantalla en uso intensivo, combinando ambos paneles en este OnePlus. Lo primero que he notado es que usar el panel interior no entraña demasiados compromisos. El consumo es relativamente similar al utilizar el panel pequeño y el panel grande. Que ambas pantallas sean LTPO parece ayudar, y la eficiencia energética de ambas es sobresaliente.
Estos días apenas he pisado mi casa, por lo que los ciclos han sido mayoritariamente bajo redes móviles y con poco WiFi. Con este escenario, brillo alto, mucha cámara, Google Maps… No he notado drenajes en ningún momento. Como puedes ver en las gráficas, los momentos en los que lo he dejado quieto hay planicie en la gráfica. El gasto en reposo es mínimo.
El sistema de carga rápida es de 67W, lo cual se traduce en cargar este teléfono en tan solo 40 minutos. No es una cifra récord como los 120W de algunos gama alta pero, desde una perspectiva personal, cargar un teléfono con casi 5.000mAh que dura más de un día de uso y en menos de media hora es motivo de celebración.
Es marcada, eso sí, la ausencia del sistema de carga inalámbrica. OnePlus nos explica que los retos técnicos a la hora de crear este conjunto tan equilibrado a nivel de hardware ha conllevado algunos sacrificios, y la carga inalámbrica ha sido uno de ellos.
Cámara: de nuevo, este OnePlus no parece un OnePlus
Había dos factores que podían traducirse en resultados pobres en lo fotográfico con este OnePlus. El primero es que algunos rivales tienen un discurso de tan solo dotar a los flagship tradicionales de la mejor cámara, dejando sensores de segunda para sus plegables. El segundo, es que la cámara es la debilidad histórica de OnePlus, y ningún modelo de su gama número ha logrado competir de tú a tú con los mejores exponentes del momento.
Te hago el spoiler sin demasiados rodeos: la cámara de este OnePlus Open no es ya solo una de las mejores (si no la mejor) que hayamos probado en un plegable, es también una de las mejores cámaras del mercado, al menos en el apartado fotográfico (del vídeo ya hablaremos más adelante).
Este es un teléfono que prescinde del clásico Sony IMX que reina con mano de hierro en la gama alta tradicional. El sensor principal es un Sony LYT-T808, la nueva generación de sensores de Sony. No es el mejor sensor de su familia (el LYT90001 de una pulgada está por encima), pero es el segundo en su categoría.
Estos sensores LYTIA llegan con una nueva arquitectura de píxeles que mejoran la captación de luz en un espacio físico aún más reducido. Según Sony, esta nueva generación de sensores logra un mayor rango dinámico y mejorar la calidad final de imagen sin necesidad de aumentar la superficie física del sensor. En concreto, la configuración de cámaras es la siguiente:
La aplicación de cámara, desarrollada en colaboración con Hasselblad, es bastante intuitiva y con un funcionamiento más que correcto. Tenemos integración con Google Lens, modo Pro con disparo en RAW, la opción de escoger la distancia focal predeterminada (24, 28 o 35mm), modo manual, etc.
Otro de los puntos que me ha gustado tiene que ver con la vista previa. Es de bastante calidad y muestra cierto procesado del HDR en tiempo real. Tras disparar, la fotografía se acaba de procesar en la galería con las pertinentes correcciones, pero no es una vista previa en la que aparece prácticamente todo quemado.
Fotografía con la cámara principal
Modo auto | Recorte 100%, muy buen nivel de detalle.
Cuando fotografiamos durante el día, tenemos unos resultados bastante agradables. Me gusta especialmente el trabajo con el balance de blancos y lo bien que trabaja el HDR. No es una cámara que quiera levantar las sombras a toda costa, lo que deja algunas zonas algo oscuras, pero los resultados son bastante naturales. El trabajo con las altas luces es sobresaliente, una de las mejores correcciones de HDR que he probado en gama alta.
La interpretación del color es correcta, quizás con un toque de sobresaturación en naranjas. Los cielos los respeta mucho y aquí el tono azul es muy preciso, sin virar hacia el cian o saturar de más (algo muy habitual en los tiempos actuales). Las imágenes tienen ese look OPPO tan característico, pero sin alejarse demasiado de la realidad.
El balance de blancos, tono y calidez de la imagen denota un nivel muy alto en estos apartados.
Este ejemplo me llamó la atención, ya que le estaba pidiendo al teléfono que expusiese la zona central de un objeto en movimiento (aire), con un atardecer de fondo y bastantes sombras en el árbol. El resultado ha sido prácticamente perfecto.
El tono cálido de la imagen es justo el que había a las 19:00h, las altas luces de la parte de atrás son muy sutiles, sin quemado alguno, y ha levantado las sombras justas para que la imagen no quede oscura. Ejemplos sencillos y cotidianos que ponen a prueba muchas decisiones a nivel computacional.
Este OnePlus Open no fuerza demasiado los bordes, práctica a la que están recurriendo buena parte de sus rivales.
Incluso en interiores, con bastante contraste entre la luz de fuera de casa y la de dentro, me ha gustado el procesado. Ampliando bastante más allá del 100%, podrás apreciar que los bordes del mapa no están demasiado marcados. Es práctica habitual incluso en los mejores teléfonos abusar de sharpening para intentar rescatar más detalle de forma artificial. El OnePlus y su nuevo sensor no necesitan nada de esto.
Sí que podemos apreciar en este ejemplo cómo, cuando el HDR empieza a trabajar al máximo (el sol estaba bastante alto y lo más normal hubiese sido quemar el cielo), empezamos a tener importantes distorsiones en el color. El cielo y el amarillo de la zona en la que más procesado de HDR hay, están sobresaturados al máximo.
Fotografía en modo automático, sin modo noche.
Incluso cuando cae la noche los resultados son dignos y naturales. No hay un lavado en exceso del ruido, vuelve a sorprender la precisión del balance de blancos y la colorimetría en este caso concreto ha sido incluso mejor de lo habitual. En definitiva, una cámara polivalente, en la que podemos confiar, y sin miedo ninguno a las situaciones complicadas.
Zoom y ultra gran angular
Por el ultra gran angular pasaré rápido: es la cámara más justa del conjunto. Hay una clara falta de nitidez y al sensor le falta bastante músculo. Es una cámara algo testimonial que aporta versatilidad al teléfono, pero con la que no he tenido demasiadas tentaciones a la hora de usarla.
3x.
Con el zoom sí estoy más satisfecho. El x3 se comporta bastante bien incluso en escenas donde la luminosidad empieza a escasear. Los resultados en colorimetría son muy consistentes y similares a los vistos en el sensor principal y ultra gran angular, aunque la cosa no se queda aquí.
1x | 6x
El OnePlus Open es capaz de disparar un 6x lossless mediante recorte del sensor, una táctica que habíamos visto por el momento en algunos de los mejores 2x, pero no en este tipo de escenas. Para mi sorpresa, el resultado es espectacular. Tanto, que compite prácticamente con algunos teleobjetivos x5 ópticos que he probado este año.
Modo retrato
Tintes algo rojizos en la piel y recorte mejorable. Nivel de detalle más que correcto, aunque algo artificial.
El modo retrato tiene su parte buena y su parte no tan buena. En el lado positivo, tiene un bokeh bastante agradable y logra controlar el HDR incluso en este modo de disparo. Lo que no me ha gustado tanto es el trato de la piel en escenas de alto contraste. Las aclara ligeramente y se nota que procesa más de la cuenta. El nivel de detalle es bueno, pero bastante artificial.
Selfie
El selfie no me ha gustado demasiado, ya que rompe un poco la filosofía de la cámara trasera. Aquí sí encontramos colores algo más sobresaturados, tonos de piel rojizos, un control del HDR más artificial… Todos los buenos aprendizajes con la cámara trasera se diluyen a la hora de hacer selfies con la cámara principal (externa). La interior es aún más justa, y está más pensada para videollamadas que para realizar fotografías con ella.
Vídeo
Con el buen sabor de boca que me deja esta cámara en el apartado fotográfico, hay algunas sorpresas del vídeo que no termino de entender. En primer lugar, pese a contar con un Snapdragon 8 Gen 2, este teléfono no es capaz de grabar en resolución 8K, ni siquiera a 24 FPS. No es un formato de grabación demasiado estandarizado, pero dado que el procesador lo soporta, siempre viene bien contar con ello.
Nos tenemos que conformar con un 4K 60 FPS que nos ofrece una calidad correcta, pero lejos de los mejores exponentes. Ampliando vemos fácilmente artefactos y algunos errores de procesado que impiden brillar al sensor con luz propia. Es un vídeo digno y de calidad, pero aquí no se han puesto tantos esfuerzos como en el procesado fotográfico.
OnePlus Open, la opinión de Xataka
El mejor plegable que he probado hasta la fecha. Este es el OnePlus Open. Tiene un apartado de diseño sobresaliente, sistema de doble panel 2K con el brillo más alto del mercado, audio espectacular y, lo más importante para mí cada vez que analizo gama alta (más aún en este precio) un apartado fotográfico de la gama más alta, la mejor cámara que he probado en un OnePlus.
Los 1.899 euros de partida son una importante barrera de entrada pero, si lo comparamos con su competencia directa, este es uno de los teléfonos que liderará el segmento. Hace check punto por punto, y sus únicas debilidades son el haberse alejado de la personalidad propia de la antigua OxygenOS y algunos apartados fotográficos como el selfie o el vídeo. Por todo lo demás, el OnePlus Open es uno de esos teléfonos que tendría en mi día a día. Y no de cualquier teléfono podría decir esto.
9,3
Diseño 9,5
Pantalla 9,5
Rendimiento 9,25
Cámara 9,25
Software 9
Autonomía 9
A favor
El diseño y calidad de construcción son sencillamente superlativos.
Las mejores pantallas que hemos probado en un plegable. Casi sin arruga, brillo alto y resolución elevada.
El apartado fotográfico está por encima de lo esperado en un plegable.
En contra
El precio sigue siendo una importante barrera de acceso.
Que OnePlus se haya alejado de Android "puro" sigue doliendo un poco.
La GeForce RTX 4090 es objetivamente la GPU para equipos de sobremesa más capaz que podemos comprar actualmente. Su precio la coloca fuera del alcance de la mayor parte de los jugadores (es difícil encontrarla por menos de 1.800 euros), pero quien tiene la oportunidad de hacerse con ella sabe que podrá jugar a la mayor parte de los títulos de última hornada a 2160p y con la mejor calidad gráfica disponible sin que la cadencia de imágenes por segundo se resienta.
A los procesadores gráficos para PC se les da bien la inteligencia artificial. De hecho, la arquitectura de los chips que diseña NVIDIA expresamente para este escenario de uso, como los modelos A100 y H100, es muy similar a la de una GPU para jugar. La principal diferencia consiste a grandes rasgos en que aquellos subsistemas que tienen un impacto más profundo en el rendimiento al ejecutar procesos de inteligencia artificial suelen sobredimensionarse en los chips diseñados específicamente para afrontar esta tarea.
Sea como sea la GPU GeForce RTX 4090 es una auténtica bestia. Tiene 76.000 millones de transistores, 16.384 núcleos CUDA, 512 núcleos Tensor de 4ª generación y una capacidad de cálculo de operaciones FP32 de nada menos que 90 TFLOPS. Precisamente esta abrumadora potencia es lo que la ha colocado en el punto de mira del Gobierno de EEUU. Y lo que ha llevado a la Administración liderada por Joe Biden a prohibir a NVIDIA que continúe vendiendo esta tarjeta gráfica en China.
NVIDIA saldrá malparada cuando entren en vigor las nuevas sanciones de EEUU
El Departamento de Comercio de EEUU ha anticipado que el próximo 16 de noviembre entrará en vigor un nuevo paquete de sanciones que persigue poner fuera del alcance de China, Rusia, Irán y otros países afines algunos semiconductores y equipos de litografía que hasta ahora estaban siendo comercializados legalmente en estos mercados. Después de cinco años de sanciones resulta sorprendente que EEUU aún tenga margen para seguir incrementando la presión sobre China, pero esta medida demuestra que lo tiene.
NVIDIA ya no podrá vender en China sus chips para inteligencia artificial A800 y H800
A partir de ese momento NVIDIA, que es una de las empresas más afectadas por estas prohibiciones, ya no podrá vender en China sus chips para inteligencia artificial A800 y H800, que hasta ahora sí estaba vendiendo porque satisfacían los requisitos impuestos por la Administración estadounidense. Además, como os hemos anticipado desde el titular de este artículo, tampoco podrá continuar vendiendo a las empresas chinas su GPU más potente. Un apunte: otra de las compañías que está viendo cómo sus cuentas se resienten debido a las sanciones es ASML.
Es evidente que al Gobierno de EEUU no le importa que los jugadores chinos se hagan con una tarjeta gráfica GeForce RTX 4090. Lo que quiere impedir al incluir esta GPU en el nuevo paquete de sanciones es que el Gobierno chino la utilice para aplicaciones de inteligencia artificial. El parámetro en el que se ha fijado hasta ahora el Departamento de Comercio para identificar los chips que no pueden ser vendidos a China y los países de su órbita es su capacidad de transferencia de información. Sin embargo, en adelante lo que importará será su rendimiento. Esto es lo que ha colocado a la GeForce RTX 4090 en el punto de mira.
Vamos a explicarte cómo usar el popular filtro de Halloween para tus fotos en TikTok, creando un vídeo en el que se ve una transición que convierte cualquier foto en una imagen terrorífica. Esta foto la vas a crear mediante la aplicación independiente CapCut, de la misma empresa de TikTok, que le añadirá también una música de terror para darle más ambientación.
La parte negativa es que solo vas a poder hacer unos pocos intentos gratuitos para crear la animación. La parte positiva es que el resultado es alucinante, y que vas a poder exportarlo a tu móvil para subirlo como historia a cualquier otra red social.
Haz tus TikToks de Halloween con IA
Lo primero que tienes que hacer es descargar la aplicación CapCut en tu teléfono móvil. Podrás descargarla en Google Play para Android y en la App Store para iOS. Una vez la tengas, puedes iniciar sesión con tu cuenta de TikTok para que queden vinculadas.
Ahora, tienes que ir a TikTok, y concretamente puedes entrar en el hashtag de #TikTokHalloween, ya que en él es en el que se suben estas creaciones. Una vez veas uno de estos vídeos, pulsa en el botón de CapCut – Probar esta plantilla que te aparecerá encima de la descripción.
Esto te llevará a una pantalla en la que se te va a mostrar la plantilla y se te enseña quién la ha hecho y la manera en la que se utiliza. En esta pantalla, pulsa el botón Usar una plantilla en CapCut que te aparecerá.
Esto abrirá CapCut y te llevará directamente al perfil de esta plantilla. En esta pantalla, pulsa en el botón Utilizar plantilla. Si te fijas, encima de ese botón también te va a aparecer la cantidad de usos gratuitos de la plantilla que tienes disponibles.
Ahora, la aplicación te pedirá permiso para acceder a la galería de fotos. Una vez estés dentro de ella, tendrás que seleccionar la fotografía que quieres usar para crear la animación. Cuando pulses la foto verás que te aparece dos veces seleccionada abajo, esa es porque una de las selecciones será para la creación. Es normal, tiene que aparecer dos veces la misma. Ahora, pulsa en Vista previa.
Irás a una pantalla en la que aparecerá tus fotos. Después de unos segundos de espera para que la IA haga su trabajo, aparecerá la creación con la transición fotográfica. Ya tendrás hecho tu vídeo de Halloween con una foto que se convierte en terrorífica. Aquí, ahora pulsa en el botón Exportar que te aparecerá arriba.
Cuando pulses en el botón de Exportar, podrás elegir dónde quieres publicar el vídeo con tu creación. El botón más grande y la opción principal es la de compartirlo en TikTok, pero también vas a tener opciones para publicarlos en otras redes sociales, y si pulsas en Otro podrás incluso bajarlo a tu móvil.
Y ya está. Si has elegido Compartir en TikTok, si has vinculado las cuentas iniciando sesión con la de TikTok en CapCut irás directamente a tu perfil y al proceso de publicar la imagen. Y si eliges otras opciones, tendrás que proceder en la aplicación de la red social que hayas elegido.
Hablamos de un fenómeno mundial. No hay que olvidar que, día de hoy, mueren más personas por obesidad que por accidentes de tráfico y, desde 1975, la obesidad infantil se ha multiplicado por diez. Es una de las grandes epidemias de nuestra época y, por primera vez, tenemos un abordaje farmacológico que funciona.
En cuestión de meses, el Ozempic se ha convertido en un enorme laboratorio médico y social de lo que serán los tratamientos contra la obesidad en el futuro. Y si tenemos que hacer caso a los expertos, ese futuro es brillante: el mercado de Ozempic y medicamentos contra la obesidad del mismo estilo moverá 30.000 millones de dólares a final de esta década. Hablamos de un 10% de todo el presupuesto de EEUU en medicamentos. Una auténtica barbaridad que sí, va a cambiar el mundo.
¿Qué es el Ozempic?
‘Ozempic‘ es uno de los nombres comerciales de la ‘semaglutida’. Hay muchos otros como ‘rybelsus‘ o ‘wegoby‘ y también hay compuestos (como la ‘saxenda‘/ ‘liraglutida’ o la inminente ‘tirzepatida’) que funcionan muy parecido. Independientemente del nombre, se trata de un medicamento diseñado para ayudar a mejorar los niveles de azúcar en sangre en adultos con diabetes mellitus tipo 2 y reducir su riesgo de enfermedad cardiaca.
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Pero no se ha hecho famoso por eso. Se ha hecho famoso porque, aunque no es un medicamento para perder peso, ayuda a perder peso. De hecho, fue toda una sorpresa para Novo Nordisk, la farmacéutica que lo desarrolló: los participantes de los estudios señalaron que estaban perdiendo peso y, al estudiarlo, descubrieron que era cierto.
Desde 2021, hay algunas formulaciones como ‘wegoby’ o ‘saxenda’ que están indicadas específicamente para peder peso en EEUU (y desde hace un poco menos, en Europa también). Todos ellos necesitan prescripción médica.
¿Cómo funciona Ozempic?
La semaglutida funciona como un análogo de la hormona GLP-1. Esta hormona es sintetizada en las células L del intestino durante nuestro proceso digestivo (de hecho, su secreción depende de la presencia de nutrientes en la luz del intestino delgado).
La GLP-1 parece muy centrada en el control de la concentración sanguínea de la glucosa (por eso Ozempic funciona con la diabetes), pero desempeña otras muchas funciones relacionadas con la homeostasis metabólica después de la absorción de nutrientes. Esa es la hormona que estos medicamentos tratan de emular.
Así pues, aunque “la forma exacta en que actúan” no se conoce aún; a efectos prácticos, lo que hace Ozempic es ralentizar el tránsito intestinal y fomentando así la sensación de saciedad. Esto hace que consumamos menos alimentos y, en conjunción con una dieta equilibrada y ejercicio, permite perder peso.
¿Realmente hace perder peso?
Aunque la mayoría de estudios no están hechos para comprobar (y evaluar) el potencial de la pérdida de peso, los que tenemos sugieren que sí. Por ejemplo, el más conocido es este que nos dice que tras estudiar a más de un millar de adultos diabéticos con un peso medio de 90 kilos, los resultados fueron bajadas de peso de entre dos y cinco kilos.
Nada demasiado espectacular, pero hablamos de una medicación para la diabetes en la que la pérdida de peso es interesante, pero secundaria.
Más información tenemos de la liraglutida. Según la Agencia Europea del Medicamento, este compuesto se ha demostrado ser eficaz para reducir el peso corporal en 5 estudios principales en los que participaron más de 5 800 adultos que padecían obesidad o sobrepeso.
La administración del medicamento como parte de un programa de pérdida de peso (que incluía asesoramiento sobre dieta y actividad física) dio lugar a una reducción del peso corporal del 7,5 %, en comparación con una reducción del 2,3 % en los pacientes que tomaron placebo. La pérdida fue más pronunciada en las mujeres que en los hombres
Quizás lo más reseñable de esto es que los pacientes mostraron “una disminución continua del peso corporal durante las primeras 40 semanas de tratamiento”, pero después la pérdida de peso alcanzada se mantuvo. La pérdida de peso fue más
pronunciada en las mujeres que en los hombres.
Lo cierto es que una de las bazas fuertes de estos homólogos de la hormona GLP-1 es que son muy seguros. Vienen de usarse en pacientes de una enfermedad llena de complicaciones y han demostrado que (con todas las limitaciones y salvedades que queramos ponerle) reúnen las condiciones para convertirse en medicaciones de uso amplio.
No obstante, como todos los medicamentos, pueden generar alergia o tener contraindicaciones y efectos secundarios. Según los estudios actuales, cosas como las náuseas, y los problemas gastrointestinales entran dentro de lo frecuente o muy frecuente, mientras que las pancreatitis y los problemas de riñón entran dentro de lo raro (pero posible).
También (y esto es difícil que sorprenda a alguien al tratarse de una medicación que regula el nivel de azúcar en sangre) se pueden dar hipoglucemias. Sobre todo, en el periodo inicial. No obstante, al tratarse de medicaciones que necesitan prescripción, los detalles de todo esto se pueden comentar con facilidad con el médico de cabecera.
Hace unos días se conocía la noticia de que el cantante y famoso reggaetonero Pitbull iba a convertirse en el nuevo accionista de la liga de jai alai (cesta punta) de Miami. Un icónico deporte que reinó en los estados del sureste del país americano en la década de 1970 y que tiene sus raíces en España, concretamente en el frontón o pelota vasca.
Ahora este deporte vuelve a ver un resurgimiento de popularidad con celebridades apoyando un proyecto inesperado: la World Jai Alai League.
Lo primero: qué es el jai alai. Ernest Hemingway lo calificó como su espectáculo favorito: “Es rápido, vistoso, alegre y encierra además mucho peligro para los que lo practican”, declaró el escritor. Y no le falta razón. El jai alai es, de hecho, el juego de pelota más rápido del mundo, ya que la bola alcanza velocidades de hasta 300 km/h. Nació hace siglos en el País Vasco, donde se llama “cesta punta” o jai alai (“fiesta alegre” en euskera).
¿En qué consiste? La disciplina se practica en una cancha de frontón y cada jugador (pelotari) lleva una particular cesta de mimbre bien sujeta a su mano mediante un guante de cuero para que esta se convierta en una perfecta prolongación de la mano. El objetivo es atrapar con ella la pelota que ha lanzado el oponente y lanzarla a su vez con todas las fuerzas, intentando ponérselo lo más difícil posible al rival para que no la atrape. La verdad, es todo un espectáculo visual.
El auge en Estados Unidos. Durante el siglo XIX se expandió por América Latina y a principios del XX llegó a un país donde inesperadamente acabaría obsesionando a sus ciudadanos: Estados Unidos. Lo que comenzó como un deporte tradicional en el norte de España, acabó convirtiéndose en un símbolo del Nueva York de los años 30 y del Miami de los años 70, por la llegada de inmigrantes vascos que se afincaron allí.
En 1938 abrió las puertas el célebre teatro Hippodrome en Nueva York para ofrecer un espectáculo nunca visto en la ciudad que nunca duerme. Esta vez ni circo ni boxeo, ese año se vio jugar cesta punta por primera vez, de la mano de los mejores pelotaris del mundo. La idea fue del empresario Richard Berenson, quien convenció a otro magnate del mundo del boxeo, Micke Jacobs, para abrir un frontón en el Bronx.
A la popularidad de esta disciplina le acompañó décadas más tarde otro fenómeno en Miami: el consumo de cocaína. En esos años Florida se convirtió en la puerta de entrada a EEUU de la droga que llegaba de Colombia. El dinero y la droga se movían por doquier. Y una de las claves del éxito del jai alai en la Florida de aquellos tiempos fue precisamente que era una de las pocas actividades legales para apostar, junto a la hípica y las carreras de perros. Eso atrajo a ricos, celebridades y, sobre todo, gánsters, que aprovechaban este deporte vasco para lavar el dinero negro del tráfico de droga y otras actividades delictivas.
La caída. En 1981, una oleada de crímenes estalló en Miami, que cerró el año con 671 asesinatos. Entre ellos destacaba el de Roger Wheeler, quien había descubierto una trama de corrupción en World Jai Alai, empresa que operaba una tercera parte de los frontones del país y estaba infiltrada por la mafia. Un año después, tuvieron lugar otros dos asesinatos relacionados con este deporte, uno el del presidente de World Jai Alai, John Callahan.
Los evidentes escándalos de corrupción hicieron que el jai alai perdiera relevancia ya en los 80 y otra serie de eventos acabaron por darle la puntilla a este deporte. En 1986 se autorizaron los “casinos flotantes”, que comenzaron a operar en Miami y áreas cercanas. Y en 1988 Florida legalizó la lotería. Ambas actividades suponían una competencia directa al jai alai al atraer miles de apuestas que antaño habían recaído en los frontones.
Un resurgimiento inesperado. Pero la modalidad de pelota vasca que llenó frontones en Florida, La Habana, México D.F, Yakarta o Manila vive hoy un nuevo auge. Esta disciplina parecía condenada a su desaparición, pero hay empresarios que ahora están impulsado su renacimiento. ¿Cómo? Creando la World Jai Alai League, un proyecto de cesta punta profesional ubicado en el frontón del Casino Magic City de Miami y que cuenta con 32 jugadores de cuatro nacionalidades diferentes: España, EEUU, Francia y México
Para hacerlo más atractivo al público general se han reducido las dimensiones del campo y modificado las reglas del juego, convirtiéndolo en algo más parecido al tenis, con un ritmo más rápido y puntos más cortos. “Estamos reinventando el deporte del jai alai”, aseguraba Scott Savin, director de operaciones del casino Magic City. Pero, sobre todo, lo que está impulsando el fenómeno son las redes sociales y, otra vez, las apuestas online. En TikTok la cuenta oficial de la liga ya supera los 300.000 seguidores, la mayoría Millennials o Gen Z que desconocen lo que representó el jai alai en el Miami de los 80.
¿Por qué Pitbull y otros famosos se han vinculado? Como decíamos antes, el último inversor en unirse a esta obsesión por el jai alai ha sido el artista Armando Christian Pérez ‘Pitbull’, que se ha convertido en accionista de esta promotora. Ha imitado a otras figuras que se han involucrado en esta iniciativa, como el tres veces campeón de la NBA Udonis Haslem, propietario de los Rebote Renegades, o de Jorge Masvidal, exluchador de UFC, que también tiene a su cargo a los Dejada Devils. También otros exdeportistas reconocidos, como el miembro del Salón de la Fama de la NFL Ray Lewis o las tenistas Eugenie Brouchard y Mónica Puig se han vinculado de alguna manera a este organismo.
“Convertirme en inversor de la World Jai Alai League no es sólo negocio, es honrar la cultura y la historia de Miami. Vamos a redefinir el juego y a atraer a una nueva generación de aficionados”, señalaba el reggaetonero. El jai alai nunca murió.
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El coche autónomo está ganando adeptos y enemigos al mismo tiempo y al mismo ritmo. Tanto que empresas como Cruise, que han hecho de San Francisco su base de pruebas, está buscando nuevos espacios donde probar su tecnología y extender su negocio. La compañía tiene a parte de la ciudadanía en contra, incluyendo pequeños actos de boicot a su funcionamiento poniendo conos en el capó del coche para impedir que siga funcionando.
El funcionamiento, en líneas generales, ha sido bueno hasta ahora. De hecho, poco a poco han recibido el visto bueno para aumentar sus operaciones. Pero tienen un problema evidente: cada error provoca un auténtico caos. Y si el problema no pasa del típico atasco, todo termina con el enfado del resto de conductores. Sin embargo, todo es mucho más grave cuando tienen que actuar los servicios de emergencias.
El problema del coche autónomo no es tanto su baja tasa de errores, el verdadero problema es que un error en un automóvil puede ser completamente fatal para el conductor, los pasajeros del propio coche y del resto de vehículos que circulan alrededor o ciclistas, motoristas y peatones con los que comparten espacios.
La gota que ha colmado el vaso se vivió hace unos días cuando una mujer atropellada vio cómo el conductor del vehículo se daba a la fuga e, inmóvil en el suelo, tenía que asistir a cómo un vehículo de Cruise aparcaba sobre sus piernas. La única manera de rescatar a la víctima pasó por apagar el coche por parte de los servicios de emergencia.
Todo ello ha provocado que Cruise se reafirme en que están trabajando para conseguir un mejor comportamiento de sus vehículos ante la llegada de los servicios de emergencia. Uno de los mayores retos es hacerle entender al coche desde dónde se emiten las luces y los sonidos propios de estos vehículos para conseguir que no interfieran en su trabajo. El rebote en el sonido de los edificios, por ejemplo, confunde a los automóviles.
Pero desde Cruise han decidido que, de momento, la solución no pasa por ellos y pasan la pelota a los servicios de emergencia: “en situaciones de emergencia, nuestros equipos permitirán acceder al vehículo autónomo y moverlo manualmente”, señalan desde la compañía.
Es decir, algo así como decirle al equipo de bomberos: “mira, si tanto te molesta, quítalo tú mismo”.
A Canal+ le ocurrió algo difícil de imaginar para una cadena, y más de pago, en días de plataformas de suscripción, streaming y una apabullante —¿indigestible?— sobreoferta de contenido audiovisual como los que vivimos. Fueses o no abonado, tuvieses o no su legendario descodificador negro tamaño reproductor VHS bajo la tele del salón, era imposible vivir en España y no conocerla.
Y no hablo de la marca, el logo o una idea más o menos difusa de su programación. No. Hablo de conocerla igual que conoces los hábitos y costumbres de tu vecino de arriba.
Entre finales de los 90 y primeros de los 2000 el canal de la crucecita negra y el aro multicolor, más tarde reconvertido en una simple y mucho más sobria enseña blanca con fondo negro, formó parte del atrezo patrio. Lo mismo que las ovejitas de Carmen Sevilla o las vaquillas del ‘Grand Prix’.
Salvo que fueses un ermitaño recluido en una cueva de la Mariña lucense conocías los acordes de guitarra de Manolo Sanlúcar de su sintonía, conocías ‘Lo + Plus’, los guiñoles de Michael Robinson e Hilario Pino, el partidazo, ‘El día después’, las sobremesas con ‘Friends’, las molestas líneas grises con su baile desafinado y, sí, sí, también aquellas pelis porno de madrugada que supuestamente podías ver aunque no fueras abonado con ayuda de un folio de papel cebolla o un colador.
Si entrabas en un bar, allí estaba su decodificador negro debajo de la tele y si visitabas a un amigo afortunado que estuviera abonado al “Plus” lo más seguro es que tuviera su revista mensual abierta sobre la mesa de la cocina con el despliegue de programación de las siguientes semanas.
Y es justo que “el Plus” fuera tan conocido.
Una cadena con personalidad propia
Al fin y al cabo, y con permiso del efímero Canal 10, fue la primera cadena de pago que triunfó en una España acostumbrada a una parrilla televisiva tan escuálida, tan rematadamente paupérrima, que sonaría a ciencia ficción a cualquier centennial acostumbrado a Netflix y HBO.
Da vértigo decirlo, pero los orígenes de Canal+ se remontan a la España de la década de los 80, la de Felipe González y la que cenaba viendo el ‘Un, dos tres’ o ‘El precio justo’ de Joaquín Prat. Fue su Ejecutivo el que en 1988 decidió sacar a concurso tres licencias para la tele privada analógica.
Una fue para Antena 3. Otra para Telecinco. Y la tercera para un actor que tal vez le sonase menos a los telespectadores de la época: Sogecable, luego reconvertida en Prisa TV. Eso sí, con condiciones especiales. Debía emitir seis horas en abierto. De ahí salió Canal+ y su peculiar oferta de contenidos: una cuarta parte del día con barra libre, tres cuartas partes con su galimatías de barras, inteligible solo para quienes pudiesen hacerse con uno de sus decodificadores por 3.000 pesetas al mes.
Poner a andar el proyecto requirió de algún tiempo y rodaje. Las emisiones en pruebas empezaron en junio de 1990 y tres meses después, ya a las puertas del otoño, se arrancó de forma regular. El rasgar de guitarra de Sanlúcar, la crucecita negra, el aro multicolor… Y a tirar.
Los telespectadores de la época no tardaron en familiarizarse con su peculiar estética, los saltos entre contenidos en abierto y codificado y una programación cuidada y de calidad. Acabó haciéndose un hueco en la presintonización de canales de la tele. Y a través de él en los propios hogares.
En el 97, aún con la década sin cumplir, el proyecto dio un paso más con la creación de Canal Satélite y el salto al mundo digital, ampliando su despliegue con Canal+ Azul y Canal+ Rojo. Años después, ya en el XXI, tras la fusión de Canal Satélite Digital y Vía Digital, se lanzaba Digital+.
Por si lo de su condición de pionera no fuera suficiente para ganarse un hueco en la crónica televisiva patria, “el Plus” destacó desde muy pronto por su apuesta de contenidos: taquillazos de estreno, una oferta deportiva que acabó convirtiéndolo en casi un imprescindible para cualquier bar que quisiera hacer caja los domingos, series del tirón de ‘Friends’ o ‘Seinfeld’, cine porno y habilidad a la hora de escoger formatos, algo en lo que le ayudaba la experiencia del Canal+ francés.
Las entrevistas de Swchartz, Pradera y García-Siñeriz en ‘Lo + Plus’ —por su plató desfilaron desde estrellas de Hollywood a políticos, futbolistas e intelectuales de primer nivel—, los análisis deportivos con acento extranjero del ‘El día después’, la calidad de los montajes de ‘El zapping’ o las noticias del guiñol dejaron de los mejores momentos de la tele española de la época. Se comparta o no esa impresión, premios tiene desde luego que reconocen al menos cómo cuidaba el diseño.
En su empeño por innovar llegó a tontear incluso con formatos como el 3D (hola Canal+3D).
La de Canal+ fue una historia ligada a la propia crónica televisiva nacional. En su alumbramiento. En su evolución. Y en su jubilación. El siguiente gran cambio, tras su nacimiento y el lanzamiento en el 97 de Canal Satélite, llegó en 2005, cuando cesaron sus emisiones en abierto.
El hueco analógico que dejó lo ocupó un nuevo canal, Cuarto, cien por cien en abierto. En un gesto que marcó su primer adiós los contenidos se quedaron en la plataforma de pago Digital+.
El siguiente capítulo clave llegó en 2014, cuando Telefónica compró Canal+, al que siguió el lanzamiento de Movistar+. Fue un aviso, un anticipo de un cambio ya más radical que marcaría, este ya sí, el fin de una época: en febrero de 2016 “el Plus” cedía su lugar a una nueva cadena, #0.
Su marca se mantuvo en la plataforma de Movistar, pero su identidad, aquella que la hizo famosa en los 90 y los primeros 2000, la que todos conocíamos como al vecino de arriba, quedaba ya atrás.
Queda su recuerdo, su lugar histórico en la crónica televisiva nacional.
Y una montaña de leyendas urbanas, como si realmente el papel cebolla daba para tanto.