El verano pasado conocimos por primera vez todos los detalles del nuevo Mercedes GLC. El exitoso SUV de los germanos recibe ahora una nueva generación de su versión coupé, la cual puede ser la última si se cumplen los rumores que se han ido publicando en las últimas semanas.

El Mercedes GLC Coupé mantiene las líneas de diseño del SUV ya presentado pero, sobre todo, llega también con las tres versiones híbridas enchufables que ya vimos en la carrocería anterior. Es decir, el nuevo modelo se podrá elegir con seis combinaciones distintas con pegatina Cero emisiones si sumamos las carrocerías y las motorizaciones.

Ficha técnica del Mercedes GLC Coupé

Los mismos atractivos, con carrocería coupé

El SUV coupé sigue siendo un gran atractivo para buena parte de los conductores de vehículos premium y generalistas. La explosión de modelos que ha vivido el mercado en los últimos años así lo demuestra pero son fabricantes como Mercedes, BMW o Audi los que más partido están sacando al concepto.

Con el Mercedes GLC que ya ha sumado unos meses en el mercado, ahora le toca el turno al Mercedes GLC Coupé que amplía las opciones para el cliente con una carrocería que deja menos espacio en las plazas traseras y reduce el maletero a un rango de entre 390 y 545 litros, perdiendo más de 50 litros. Y todo pese a medir 47 milímetros más de largo que su hermano. Sin embargo, el atractivo estético para muchos clientes sigue siendo definitorio a la hora de optar por estos vehículos.

Por tanto, por dentro poco cambia. El Mercedes GLC Coupé apuesta por el sistema de inteligencia artificial MBUX, presentando la información en sus dos pantallas. 12,3 pulgadas para el cuadro de instrumentos y 11,9 pulgadas para la pantalla central táctil, que puede crecer hasta las 12,4 pulgadas en opción. En este entorno, se suma MBUX Smart Home, encargado de controlar la domótica de casa desde el coche.

Además de las esperadas pantallas de alta definición o el cargados inalámbrico, la apuesta tecnológica del Mercedes GLC Coupé es avallasadora. En opción encontramos el Head-Up Display, la proyección de información sobre la carretera gracias a sus luces digitales (de serie son Full LED y también se pueden encargar los faros LED MultiBeam) o el “capó transparente” que facilita las maniobras fuera de la calzada para no tropezar con un obstáculo.

En cuanto a su dotación en seguridad activa y pasiva, el SUV coupé vuelve a contar con toda la carga tecnológica de la marca, con una enorme oferta de sistemas ADAS. Entre ellos, encontramos: control de crucero adaptativo con capacidad de reaccionar ante vehículos que se encuentran detenidos en la calzada hasta una velocidad de 100 km/h, sistema de centrado en el carril mejorado con la cámara 360º y activo hasta los 210 km/h. El reconocimiento de señales atiende a los cambios dinámicos de los paneles, como nuevos límites de velocidad u obras en la calzada. Los sensores detectan cambios en el asfalto, como la humedad.

El Mercedes GLC Coupé llega con tracción total 4MATIC con eje trasero direccional que permite girar las ruedas traseras en 4,5 grados pero que, en opción, puede ampliarse esta funcionalidad hasta los 10 grados de giro, como sucede en los hermanos mayores.

En cuanto a sus motorizaciones, el Mercedes GLC Coupé está disponible con dos versiones de gasolina y diésel. Todos lo motores son de dos litros de cilindrada y rinden 204 y 258 CV en sus versiones de gasolina y 197 y 269 CV en las diésel. Todas estas opciones cuentan con hibridación suave y, por tanto, están disponibles con etiqueta ECO de la DGT.

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Mercedes GLC: sólo versiones híbridas y más de 100 km de autonomía para las híbridas enchufables

Por encima, el Mercedes GLC Coupé también llega con tres motorizaciones híbridas enchufables. Todas ellas son motores de cuatro cilindros y se asocian con un motor eléctrico de 136 CV que permite circular en modo puramente eléctrico hasta los 140 km/h. La batería es de 25,7 kWh, lo que permite recorrer al SUV entre 100 y 130 kilómetros en modo eléctrico.

Estas motorizaciones estarán disponibles en versión diésel o gasolina. En el caso del diésel, el motor de combustión suma 204 CV y alcanza un máximo de 335 CV en combinación con el eléctrico. Los gasolina combinan motores de 197 CV y 252 CV, para aumentar su potencia máxima hasta 313 y 381 CV.

De serie, el coche admite cargas de 11 kW pero éstas se pueden aumentar hasta 60 kW, lo que permite tener listo el 80% de la carga del coche en 31 minutos. La llegada a los concesionarios de esta nueva carrocería se espera en julio pero no están confirmados sus precios.

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La noticia Nuevo Mercedes GLC Coupé: características, precio y ficha técnica fue publicada originalmente en Xataka por Alberto de la Torre .

La GeForce RTX 4090 es la tarjeta gráfica más potente que los entusiastas de los videojuegos podemos comprar ahora mismo. La Radeon RX 7900 XTX, que actualmente es el modelo insignia de AMD, se atreve a tutearla en algunos juegos, sobre todo a 1080p, y, en ocasiones, a 1440p, pero a 2160p y con el trazado de rayos activado el procesador gráfico más ambicioso de NVIDIA no tiene rival.

Parece razonable prever que quien se gasta la pequeña fortuna que cuesta esta tarjeta gráfica (las propuestas de la mayor parte de los ensambladores superan los 2.000 euros) debería poder disfrutar cualquier juego a 2160p, con la mejor calidad gráfica y el ray tracing habilitado con una cadencia de imágenes muy alta. Y sí, de acuerdo con nuestras pruebas la GeForce RTX 4090 lo mueve todo con una soltura apabullante, especialmente si recurrimos a la reconstrucción de la imagen utilizando la tecnología DLSS 3 en aquellos títulos que la soportan.

No obstante, si queremos ser rigurosos es necesario que maticemos la frase anterior cambiando ‘lo mueve todo’ por ‘lo mueve casi todo’. Resulta sorprendente, pero si pisamos el acelerador a fondo y nos ponemos extremadamente exigentes conseguiremos sacar los colores incluso a un hardware tan ambicioso como lo es el de la GeForce RTX 4090.

No necesitamos rebuscar mucho. En ‘Cyberpunk 2077’ a 2160p, con el trazado de rayos activado y sin DLSS 3, sufre (arroja una cadencia media de unos 41 FPS). No obstante, hay al menos un juego mucho más antiguo que también hace palidecer a este monstruo gráfico después, eso sí, de modificarlo para mejorar su calidad gráfica introduciendo el trazado de rayos. Un título, de hecho, que llegó a nuestros ordenadores en 1998. Hace la friolera de 25 años. Ahí queda eso.

El software siempre ha ido por delante del hardware. Y esto no cambiará en el futuro

Para muchos de los jugadores que tuvimos la oportunidad de disfrutarlo a finales de los 90 ‘Half-Life’ es un videojuego irrepetible. Basta pasarse por cualquier foro para percibir con claridad el cariño que la comunidad tiene a este título de Valve. En su momento sus gráficos eran una maravilla, pero es evidente que dos décadas y media después han sido claramente superados. ¿Cómo es posible entonces que la tarjeta gráfica más potente que existe sufra al lidiar con él?

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La respuesta a esta pregunta reside en uno de los mods que la comunidad ha desarrollado para refrescarlo, y, en cierta medida, ponerlo al día. Esta modificación mantiene las texturas originales, pero introduce una mejora que da a ‘Half-Life’ un aspecto más realista: el ray tracing. En el siguiente vídeo podemos ver la buena pinta que tiene este juego con este tipo de iluminación, aunque es evidente que mantiene intacta su esencia de juego clásico porque su acabado gráfico no se ha visto modificado.

Nuestros compañeros de JVTech (es una publicación francesa hermanada con Xataka) han llevado a cabo un experimento muy interesante: lo han probado en un PC de última hornada equipado con una GeForce RTX 4090. Y, para sorpresa de todos nosotros, este equipo sufre al introducir el trazado de rayos en el cauce de renderizado de ‘Half-Life’. De hecho, apenas consigue mantener una cadencia media de 60 FPS y las caídas son muy frecuentes. Quién lo diría. Eso sí, al activar la tecnología DLSS esta cifra se incrementa hasta los 120 FPS estables, lo que nos permite disfrutar este clasicazo de una forma mucho más plena.

Esta prueba confirma algo que todos sabemos: el ray tracing representa un auténtico desafío incluso para el hardware más potente que tenemos a nuestro alcance actualmente. El esfuerzo al que somete la GPU es enorme, y ni siquiera una bestia como la GeForce RTX 4090 puede lidiar con él sin inmutarse. Cuando pisamos el acelerador a fondo con la calidad gráfica y la resolución las tecnologías de reconstrucción de la imagen, como DLSS de NVIDIA o FidelityFX Super Resolution de AMD, ayudan. Ayudan mucho. Tienen detractores, pero, aun así, tienen sentido. Este experimento lo demuestra.

Vía: JVTech

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La noticia Ni siquiera la tarjeta gráfica más potente que existe puede con este juego de hace 25 años mejorado con un “mod” fue publicada originalmente en Xataka por Juan Carlos López .