Mi Blog

June 26, 2023

Technology
Adriana P

El secreto para construir casas más eficientes y sostenibles estaba en el cannabis: el cáñamo

El secreto para construir casas más eficientes y sostenibles estaba en el cannabis: el cáñamo

En su búsqueda de materiales más sostenibles y un menor impacto medioambiental los arquitectos han recurrido a menudo a soluciones tan prometedoras como llamativas. La lista es larga: hormigón elaborado con pañales o mascarillas, ladrillos de vidrio, bloques fabricados con plástico, tejas y planchas fotovoltaicas o sencillamente un retorno a la madera. A todas esas soluciones se añade ahora otra igual de prometedora, igual de llamativa: el cáñamo.

Ya se sabe: viejos recursos, nuevos usos.

¿Casas con cáñamo? Exacto. Quizás resulte chocante, pero en el sector de la construcción hay gente convencida de que el cáñamo puede resultar un material valioso para conseguir construcciones más respetuosas con el entorno. Y no se han quedado en la retórica. Para demostrarlo han desarrollado propuestas concretas o incluso levantado edificaciones. Habitualmente se emplea como hempcrete, un “hormigón” especial que combina el cáñamo con cal y agua para emplearlo como material de construcción y aislante. Otros usos son como lana y aislamiento.

A lo largo de los años se ha usado para dar forma a construcciones que van más allá de simples cabañas, como Flat House, en Cambridgeshire (Reino Unido), o Highland Hemp House, en Bellingham (EEUU). En 2022 se presentó también en Baja Sajonia la primera casa adosada construida con ladrillos de cáñamo.

e

Pero… ¿Por qué utilizarlo? Por sus ventajas. Eso sostienen al menos sus defensores, quienes destacan que el hempcrete es un biocompuesto que ayuda a prevenir humedades, transpirable, actúa como un eficaz aislante térmico y acústico y es resistente al fuego. “Su alta masa térmica significa que se calienta y libera calor lentamente, regulando la temperatura interior a lo largo del día”, explica a la BBC Summer Islam, de Material Cultures, el estudio que construyó Flat House.

“El cáñamo es un aislante extremadamente bueno. Se ha reconocido que controla la humedad y proporciona un entorno de vida acogedor. Es ignífugo, por lo que es ideal para las condiciones australianas y otros lugares cálidos y secos, como California”, explica Rachel Burton, de la Universidad de Adelaida.

¿Son sus únicas virtudes? No. De hecho sus defensores ponen igual o incluso mayor acento en otra de sus ventajas: su capacidad para reducir las emisiones de CO2, el gas de efecto invernadero que más contribuye al cambio climático. Shane Chandran, de la empresa OzHemp, explicaba a comienzos de año a The Property Tribune que el hempcrete permite secuestrar carbono y calculaba que a lo largo de su vida útil puede eliminar alrededor de 20 toneladas de la atmósfera.

Los cálculos de la Comisión Europea (CE) apuntan que una sola hectárea de cáñamo secuestra entre nueve y 15 toneladas de CO2, cantidad similar a la de un bosque joven. Teniendo en cuenta que el cultivo tarda algo menos de medio año en desarrollarse, es un balance que supera al de la silvicultura comercial tradicional. “El hormigón de cáñamo es un secuestrador de carbono, ya que la cantidad de CO2 almacenada en el material es superior a las emisiones durante su producción y sigue almacenando carbono durante la vida útil del edificio”, abunda la CE.

¿Importan esas cifras? Desde luego. Y mucho. Como recuerda la propia Comisión Europea el sector de la construcción es responsable del 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sus cálculos concuerdan con los del Programa de Medioambiente de la ONU, que estima que en 2021 las emisiones de CO2 procedentes de “las operaciones de edificios” alcanzaron un nivel máximo nunca visto, con alrededor de de 10 Gt CO2. Si se le añaden los gases emitidos durante la fabricación de materiales como el hormigón, acero, aluminio, vidrio o ladrillos, los edificios representan cerca del 37% de las emisiones globales.

“La mejora de la eficiencia energética en el sector de la construcción jugará un papel clave para logar la neutralidad de carbono para 2050, un objetivo establecido en el Pacto Verde Europeo. El cáñamo puede desempeñar un papel importante para alcanzar ese objetivo”, recalcan las autoridades comunitarias.

Pero… ¿Son todo ventajas? No. Como material de construcción el cáñamo presenta también algunas debilidades y desafíos. El hempcrete por ejemplo es liviano, pero no suele tener un uso estructural. En la práctica eso sígnica que los constructores deben combinarlo en sus proyectos con otros materiales de carga, como la madera o la piedra. El propio “hormigón” incorpora compuestos menos respetuosos que el cáñamo. “Resulta estupendo, pero la cal sigue siendo algo que debería cuestionarse”, recuerda Thibaut Barrault, de Practice. Al fin y al cabo durante su proceso de producción se emite también dióxido de carbono.

Los responsables del proyecto Hemp Tiny House apuntan también otros hándicaps: un mayor coste por la mano de obra, los materiales y aprendizaje, la disponibilidad el tiempo de secado. Uno de los mayores retos es sin embargo de naturaleza bien distinta: legal. Como recuerda la cadena BBC, en EEUU el cultivo de cáñamo industrial estuvo restringido hasta 2018 por la consideración que tiene la planta y su hormigón no se aprobó para el código de construcción residencial del país hasta 2022. Para su aparición en el Código Internacional de Construcción (IBC), fundamental en las edificaciones comerciales, habrá que esperar aún.

¿Queda trabajo pendiente? Sí. Y no solo a nivel técnico. En 2022 la ONU reconocía que, si bien el cáñamo industrial no tiene propiedades tóxicas, sigue siendo “una planta controvertida”: “A menudo se asocia erróneamente con su uso como intoxicante. Aún prevalece una connotación negativa, que se debe en parte a la confusión sobre las características botánicas y el quimiotipo de la planta”.

El organismo incluso va más allá e insiste: si queremos “aprovechar plenamente el potencial del cáñamo industrial” los países deberán ponerse manos a la obra. “Una clarificación del estatus legal del cáñamo, diferenciando de la sustancias tóxicas del cannabis, podría ser el primer paso dado por los gobiernos”, subraya.

¿Y qué es exactamente el cáñamo? Un cultivo que ha ganado superficie en la UE a lo largo de los últimos años hasta alcanzar las 34.960 hectáreas en 2019 y que tiene aplicaciones industriales que van más allá de la construcción, como en el sector textil, la alimentación y elaboración de piensos o producción de papel.

El cáñamo es una especie de la familia Cannabaceae con un muy bajo nivel de tetrahidrocannabinol (THC), el principal constituyente psicoactivo del cannabis. En el catálogo de la UE hay registradas 75 variedades diferentes y su cultivo se dirige sobre todo a usos industriales. Dado su reducido nivel de THC el cáñamo que cumple lo dispuesto en la PAC no se usa para elaborar estupefacientes.

Imágenes: Wikipedia y

En Xataka: EEUU ya sabe cómo reducir los atascos y emisiones de CO2 en sus carreteras: utilizando un hormigón que habla


La noticia El secreto para construir casas más eficientes y sostenibles estaba en el cannabis: el cáñamo fue publicada originalmente en Xataka por Carlos Prego .

Technology
Adriana P

Ciudad de México afronta un acontecimiento inusual: el posible surgimiento de un nuevo volcán

Ciudad de México afronta un acontecimiento inusual: el posible surgimiento de un nuevo volcán

México podría ampliar su ya extensa lista de volcanes. Y con un “fichaje” importante, situado en su corazón mismo, en plena capital. El anuncio lo han lanzado desde la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y dada la autoridad de la voz y el calibre de la información no ha tardado, claro está, en generar un profundo revuelo. Tanto de hecho que la UNAM ya ha tenido que salir al paso y aportar más información para completar una previsión que nos recuerda, a fin de cuentas, que este nuestro planeta está vivo y coleando. Sobre la superficie de su extensa corteza. Pero también bajo nuestros pies, a nivel geológico.

El anuncio bien merece un análisis en detalle.

¿Un nuevo volcán en CdMX? El anuncio parte de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que hace unas semanas avanzaban su previsión de que México verá surgir un nuevo volcán al sur de su capital, CdMX. La noticia la avanzó Milenio, uno de los diarios más relevantes del país, que recogía los comentarios de Ana Lillian Martín, del área de Vulcanología, sobre la Sierra de Chichinautzin, en la parte sur del collar montañoso que rodea Ciudad México. Allí, en la Sierra de Ajausco-Chichinautzin, se localiza el volcán Xitle. “Si hay magma, nacerá un nuevo volcán”, explicaba la experta.

¿Y dónde se centran los focos? Las condiciones tectónicas del Campo Volcánico Chichinautzin, en el sur de la capital, ya han favorecido de hecho la aparición de un número elevado de volcanes monogenéticos, como se conoce a aquellos que —a diferencia de los de tipo poligenético— erupcionan un sola vez y suelen tener una existencia corta y también presentar una altura menor.

“En el sur de la ciudad hay un campo monogenético que conocemos como Chichinautzin —explica a El País Hugo Delgado, del Instituto de Geofísica de la UNAM—. Si vemos imágenes de satélite notaremos que en la zona hay muchos volcanes pequeños y el origen de cada uno respondió a eventos independientes de ascenso de magma que los formó”. El conocido como campo volcánico de la Sierra del Chichinautzin lo conforman centenares de volcanes monogenéticos

¿Pero cuándo… y dónde surgirá? Días después y a la vista del revuelo generado la propia universidad lanzaba por redes un breve comunicado en el que aclaraba parte de esa información. “La UNAM aclara que esto podría ocurrir en 800 a 1.200 años”, señalaba. Como referencia manejan el nacimiento del Xitle, hace aproximadamente 2.000 años. Responder al dónde y precisar el lugar más o menos exacto en el que podría nacer el nuevo volcán no resulta sencillo.

Expertos como Delgado investigan precisamente para concretarlo teniendo en cuenta por ejemplo los niveles de dióxido de carbono en el subsuelo e identificando las zonas por las que podría ascender el magma. El foco de los expertos está puesto en el sur de Ciudad México por su posición en el Campo Volcánico, al sur del Xitle. “Los campos volcánicos monogenéticos son áreas en las que un evento magmático tiene lugar mediante el ascenso del magma, pero en vez de salir por el mismo cráter en cada evento hay la creación de un nuevo volcán”, señala a Milenio.

¿Es un fenómeno nuevo? No. Hace menos de un siglo, en 1943, los geólogos del Estado de Michoacán ya asistieron al nacimiento de otro volcán monogenético, el Paricutín, que se localiza entre Nuevo San Juan Parangaricutiro y Angahuam.

Los temblores se dejaron sentir con casi un mes de antelación y durante sus primeras 24 horas se levantó hasta unos 30 metros. “La actividad continuó con explosiones de bombas y depósitos piroclásticos hasta 1949 con una inactividad interrumpida por una reactivación intensa que se extendió hasta marzo de 1952, cuando cesó  de forma repentina”, aclaran las autoridades mexicanas, que precisan que los flujos de lava cubrieron 18,5 kilómetros cuadrados y el volcán alcanzó 424 metros de desnivel con respecto al Valle de Quitzocho-Cuiyusuru.

¿Hay motivos para la alarma El comunicado divulgado por la UNAM en Twitter es claro. Primero, en el uso del condicional. Segundo, en aclarar que a priori el fenómeno no se daría hasta dentro de ocho siglos. Y eso como pronto.

“Es un hecho que algún día nacerá un nuevo volcán en el sur de la Ciudad de México, pero depende de cómo lo digamos generamos incertidumbre, miedo o tranquilidad”, zanja Delgado. Es más, a día de hoy señala que no hay evidencias de que el proceso esté sucediendo. “Lo que sabemos es que en el sur de la ciudad hay un campo volcánico monogenético activo y que existe la probabilidad de que en el futuro, que no sabemos cuándo, pueda generarse un nuevo volcán”, aclara.

¿Y cómo fue la erupción del Xitle? El Xitle es fundamental para entender el Campo Volcánico, ya que es el último que nació en Chichinautzin. El fenómeno se registró hace alrededor de 2.000 años, sepultando la ciudad de Cuicuilco con un extenso manto de lava se extendió a lo largo de 300 kilómetros cuadrados.

“Generó mucha lava. Si esto se repitiera, la incandescencia expulsada no causaría muertes, pues la población sería desalojada oportunamente, pero sí enterraría lo que encontrara a su paso”, explica Marie Noëlle Guilbauld, de la universidad. En 2019 Martín del Pozzo y Amiel Nieto-Torres publicaron un estudio que evalúa el riesgo de una erupción en el campo del Chichinautzin para la populosa CdMX.

Imagen de portada: Otello Barrios (Unsplash)

En Xataka: Algunas regiones de México ya se plantean “sembrar nubes” para que llueva. Sabemos que no es muy efectivo


La noticia Ciudad de México afronta un acontecimiento inusual: el posible surgimiento de un nuevo volcán fue publicada originalmente en Xataka por Carlos Prego .

Technology
Adriana P

El Puente de la Paz, el megaproyecto inacabado que quiere unir a Estados Unidos y Rusia desde el siglo XIX

El Puente de la Paz, el megaproyecto inacabado que quiere unir a Estados Unidos y Rusia desde el siglo XIX

¿Te imaginas llegar a Nueva York en tren desde Europa, directamente desde París o Londres? Suena descabellado, pero desde finales del siglo XIX tenemos sobre la mesa un megaproyecto que, con tiras y aflojas, períodos en los que parece que toma fuerza seguidos de otros de parón absoluto, permitiría eso mismo: una conexión terrestre revolucionaria entre Eurasia y América.

La clave para conseguirlo está en realidad en un “pequeño” tramo —pequeño dadas las escalas, entiéndase— que no llega a los 90 kilómetros: el Estrecho de Bering, la franja que separa Rusia y la costa de Alaska, en EEUU. Si se lograse salvar esa distancia sus implicaciones serían tan grandes a nivel internacional que hay quien se refiere ya a él como “El Puente Intercontinental de la Paz”.

Un gran paso de apenas 90 kilómetros. El Estrecho de Bering es una franja de mar de escasa profundidad —entre 30 y 50 metros— que en su punto más angosto no llega a los 90 kilómetros y separa las penínsulas de Chukotka, en Rusia, y Seward, localizada en la costa occidental de Alaska. Sus aguas sirven de puerta entre los mares de Chukotka y Bering y en el centro acogen un diminuto archipiélago, las islas Diómedes. Visto en el mapa parece un pequeño corte en mitad del Círculo Polar Ártico, pero si consiguiésemos “suturarlo” estaríamos uniendo dos continentes.

Su enorme potencial estratégico se vio con claridad ya a finales del siglo XIX. Hacia 1890 el gobernador de Colorado, William Gilpin, planteó una propuesta tan ambiciosa como avanzada para su tiempo: trazar un Ferrocarril Cosmopolita, un sistema ferroviario que rodeara gran parte del mundo y tuviese su centro en Denver. Para lograrlo, proponía salvar el Estrecho de Bering.

Gilpin no tuvo demasiada fortuna en su empeño, pero la idea fue lo suficientemente atractiva como para que otros le cogiesen el relevo. Poco después teorizaba sobre la infraestructura Joseph Strauss, el “padre” del Golden Gate de San Francisco; y hacia 1904 una organización ferroviaria de EEUU proponía construir un túnel entre ambos continentes, desde los cabos de Gales a Dezhnev.

Boiffils Bering Rendering 04

Una infraestructura con el respaldo del zar. En 1905 el mismísimo zar Nicolás II llegó a dar su visto bueno al proyecto de un puente en el estrecho. Su objetivo: una ruta ferroviaria transiberiana que conectase el Imperio ruso y EEUU a través de Alaska y Chukotka. Para impulsar la iniciativa —precisa Russia Beyond— se preveía la asignación de entre 250 y 300 millones de dólares.

El convulso devenir del siglo XX complicó sin embargo que aquel proyecto saltase del papel a la realidad: las revoluciones rusas, el estallido de la Primera Guerra Mundial, el surgimiento de la Unión Soviética… dificultaron las posibilidades con las que podía partir el proyecto en 1905.

Si bien el escenario no era el más favorable y desde luego la Guerra Fría tampoco le favoreció, la realidad es que el proyecto nunca llegó a morir. No del todo, al menos. En la segunda mitad del XX Tung Yen Lin presentó los planos para un “Puente de la paz intercontinental” de 80 km y durante las dos primeras décadas del XXI el proyecto ha ido sacándose cada cierto tiempo del baúl, azuzando el debate y —lo más importante— impidiendo que llegue a desvanecerse del todo. Incluso se organizó un certamen con ideas para unir las islas del estrecho, una rusa y la otra americana.

Los últimos movimientos. No hay que remontarse demasiado en la hemeroteca para encontrar noticias sobre el proyecto de Bering. En 2007 el magazine alemán Der Spiegel se hacía eco de la ambiciosa propuesta respaldado por Moscú de un túnel bajo el estrecho, de Siberia a Alaska, para llevar petróleo y gas a los mercados de América del Norte. El plan, promovido por un consorcio de compañías rusas, contemplaba abrir un túnel de unos 102 kilómetros, que, además de oleoductos, gasoductos y una red de cable de fibra óptica, incorporaría una línea de tren de alta velocidad.

La idea final de sus impulsores y el Kremlin era que un viajero pudiese desplazarse en tren abarcando las tres cuartas partes del mundo, desde Nueva York hasta Londres pasando por Canadá y Rusia. Ese era al menos el planteamiento oficial. Ya por entonces algunos escépticos interpretaban aquel movimiento sin embargo como una estrategia para presionar a Europa y mostrarle la posibilidad de que su valioso suministro energético pueda dirigirse a nuevos mercados.

Años después, en 2015, Russian Railways planteaba una enorme carretera transiberiana que enlazaría la frontera oriental de Rusia con Alaska a través de… —¡Sorpresa!— el Estrecho de Bering. El proyecto se bautizó Trans-Eurasian Belt Development (TEPR) y recogía en cierto modo el testigo lanzado años atrás por las autoridades rusas. “Este es un proyecto interestatal, entre civilizaciones”, señalaba Vladimir Yakunin, presidente de Russian Railways. Su nuevo vial conectaría Rusia con América del Norte a través de la región de Chukotka y se adentraría en Alaska.

Bupptod

¿Cómo se salvaría el Estrecho de Bering? Desde que la idea se puso por primera vez sobre la mesa, a finales del siglo XIX, se ha apuntado tanto a la construcción de un puente como de un vial subterráneo, similar al que salva desde los años 90 el Canal de la Mancha. En cuanto a distancias, si bien el punto más angosto del Estrecho sería de alrededor de 88 kilómetros, el proyecto planteado en 2007 por Rusia hablaba de un túnel de 102 kilómetros construido en tres tramos distintos.

Según se precisaba entonces, las obras del túnel llevarían unos 15 años, tiempo al que habría que añadir la adaptación del sistema ferroviario. En total, el horizonte que se manejaba en 2011 era 2045. El South China Morning Post señala que de las dos opciones posibles —el puente o el túnel—, la que tiene más posibilidades es la soterrada. La razón: el estrecho se encuentra en el Círculo Polar Ártico y cualquier estructura de acero debería enfrentarse al reto de soportar temperaturas bajo cero.

¿Cuánto costaría En el caso del TEPR la CNN hablaba de un desembolso de “miles de millones de dólares”, sin precisar. Tiempo atrás, en 2011, llegó a apuntarse que la infraestructura subterránea con carretera, vías férreas, red de fibra óptica, conductos para gas y petróleo respaldada por Moscú y que incluía instalaciones maremotrices manejaba un presupuesto de 65.000 millones de dólares.

Mucho más que un túnel (o un puente). Si algo deja claro la historia del túnel —o puente— de Bering es que se plantea como mucho más que una simple infraestructura para enlazar dos países. Su carácter estratégico e impacto internacional lo dejaba claro ya el propio Gilpin en el título del libro en el que desgranaba sus ideas, ‘The Cosmpolitan Railway: compacting adn Fusing Together All the World´s Continents‘. El nuevo vial enlazaría América y Asia y abriría una ruta terrestre directa entre EEUU y Rusia. Como reconoce al South China Morning Post Fyodor Soloview, de InterBering, una de las más favorecidas sería China, que disfrutaría así de una nueva vía para sus exportaciones.

Los defensores de la infraestructura aseguran que el enlace de Bering podría canalizar cerca del 8% del comercio mundial de mercancías y fomentar el desarrollo de áreas ahora desiertas. Hay incluso quien ve beneficios en clave geopolítica. “Garantizar el tránsito fluido del tráfico ferroviario, el control aduanero, la seguridad en todas las partes del ferrocarril, puentes y túneles y otra cooperación regular mejoraría significativamente las posibilidades de paz”, reflexiona Soloview.

Un proyecto ambicioso… y plagado de retos. El proyecto, por supuesto, también afronta retos importantes. El primero y evidente a todas luces es su tremenda complejidad técnica. Se opte por una u otra solución, se aproveche o no el archipiélago que se abre en mitad del estrecho, el desafío es mayúsculo: salvar una distancia de más de 80 kilómetros —y eso en su punto más estrecho— en pleno Círculo Polar Ártico, con unas condiciones que ya de entrada limitan enormemente los meses del año durante los que se pueden desarrollar la obras, con un coste además milmillonario.

Más allá de los aspectos estrictamente técnicos y financieros, habría otras cuestiones igual de peliagudas. ¿Cuál sería el impacto medioambiental de la infraestructura ¿Compensa afrontar una obra así cuando existen otras opciones de transporte, como el avión? ¿En qué medida le afecta el convulso escenario geopolítico actual, marcado por la Guerra de Ucrania, las tensas relaciones con Moscú a raíz del conflicto y los roces frecuentes entre China y EEUU? ¿Es este el mejor contexto para un proyecto que no logró desatascarse ni tras la Guerra Fría y la caída de la URSS?

Imágenes: NASA, Reddit y Boiffils

En Xataka: 2.023 metros sobre el mar sin un solo punto de apoyo: el puente récord que conecta Asia y Europa


La noticia El Puente de la Paz, el megaproyecto inacabado que quiere unir a Estados Unidos y Rusia desde el siglo XIX fue publicada originalmente en Xataka por Carlos Prego .

Technology
Adriana P

Cambio de paradigma en la declaración de criptomonedas: la próxima Renta será la gran prueba de fuego para Hacienda

Cambio de paradigma en la declaración de criptomonedas: la próxima Renta será la gran prueba de fuego para Hacienda

La Agencia Tributaria ha anunciado cambios con la declaración de las criptomonedas. Su intención era ponerlas en marcha para la campaña de la Renta de este mismo año, pero finalmente será a partir del 1 de enero de 2024 cuando entren en vigor las nuevas obligaciones relativas a las monedas virtuales.

Como describen desde Expansión, esto supone un verdadero cambio de paradigma. Unas nuevas obligaciones que supondrán cambios a tener muy en cuenta por todos aquellos que dispongan de criptomonedas.

Nuevas casillas para la Renta. Si con la campaña de este año se han añadido las casillas 1800, para la Renta 2023 se incorporan tres declaraciones obligatorias relacionadas con las criptomonedas. Las nuevas casillas 172 para comunicar el saldo de monedas virtuales, la 173 para las operaciones y el esperado Modelo 721, que reemplazará el anterior Modelo 720.

Tras años avisando, tocará informar sobre el saldo de monedas virtuales. Enmarcado en la lucha contra el fraude fiscal, Hacienda explica que a partir del año que viene habrá que “presentar una declaración informativa anual referente a la totalidad de las monedas virtuales situadas en el extranjero de las que se sea titular, o respecto de las cuales se tenga la condición de beneficiario, autorizado o de alguna otra forma se ostente poder de disposición, o de las que se sea titular real, custodiadas por personas o entidades que proporcionan servicios para salvaguardar claves criptográficas privadas en nombre de terceros”.

Refuerzo del control de la economía digital. Así lo confirman desde la propia Agencia Tributaria. Se reforzarán especialmente las actuaciones en relación a los ‘pagos virtuales’ y las “actuaciones de localización de criptoactivos susceptibles de embargo”.

Entre las nuevas potestades está la posibilidad de congelar claves de custodia y embargar monederos. Una serie de medidas que ya este año han entrado en acción y se espera que para el año que viene estén funcionando de manera más fluida.

La Agencia Tributaria se encuentra en un proceso de entrenamiento y educación de sus inspectores para prepararse ante este tipo de activos y movimientos.

Llega finalmente el Modelo 721. Se esperaba para este año, pero finalmente llegará en 2024. Y hablaremos de él largo y tendido. Dentro del sector digital, el Modelo 721 será previsiblemente uno de los más comentados.

Y los expertos avisan, aunque a finales de año no se tengan cripto dará igual, porque habrá que informar del saldo que se haya tenido durante el año. Entre los datos a incluir está el nombre y la entidad de quién está custodiando las claves, la identificación de cada criptomoneda y el saldo correspondiente.

Solo si tienes el equivalente a más de 50.000 euros en cripto. ¿Significa esto que si tengo algunas cripto sueltas en los típicos exchange tengo que declararlas? No exactamente. Según se describe en el Real Decreto 249/2023, la obligación será para quienes superen, conjuntamente, una valoración de 50.000 euros, a 31 de diciembre.

Los avisos relacionados con cripto crecen exponencialmente. Si en 2021 fueron avisados menos de 15.000 ciudadanos por asuntos relacionados con las criptomonedas, en 2023 se espera que se envíen unos 328.000 avisos a contribuyentes. Esto supone un 40% más que el año pasado.

Este aumento de los avisos permitió el año pasado que se incorporen un total de 1.275 declarantes nuevos del impuesto sobre el patrimonio, lo que representa 911,9 millones de euros como saldo en criptomonedas. Veremos cuánto se declara este año y sobre todo cuánto saldo en cripto aparece en 2024, el año en que Hacienda se pondrá verdaderamente seria con este asunto.

Imagen | Art Rachen

En Xataka | Cómo declarar a Hacienda las inversiones en bitcoin y criptomonedas con beneficios


La noticia Cambio de paradigma en la declaración de criptomonedas: la próxima Renta será la gran prueba de fuego para Hacienda fue publicada originalmente en Xataka por Enrique Pérez .