Otro sábado más. Es decir, otro día con el Hoy No Circula sabatino. ¿Qué es esto? Que para mejorar la calidad del aire y limitar las emisiones contaminantes de la atmósfera se ha puesto en marcha definido por la Secretaría del Medio Ambiente de la CDMX (SEDEMA).
Este proyecto se activa en las áreas definidas por la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) y prohíbe la circulación de algunos vehículos durante las horas puntas del día, aquellas en las que hay más tráfico en las calles.
Para conseguir que la calidad del aire mejora, el programa Hoy No Circula promueve que todos los autos tienen que descansar, al menos, un día a la semana. Sin embargo, otros tendrán que hacerlo también todos los sábados y algunos sólo lo harán los sábados alternos. Es decir, hay vehículos que tienen que quedarse en casa unos sábados sí y otros no.
Todo esto se aplica en 16 alcaldías en la Ciudad de México en los siguientes municipios del Estados de México:
Atizapán de Zaragoza
Coacalco de Berriozábal
Cuautitlán
Cuautitlán Izcalli
Chalco
Chicoloapan
Chimalhuacán
Ecatepec de Morelos
Huixquilucan
Ixtapaluca
La Paz
Naucalpan de Juárez
Nezahualcóyotl
Nicolás Romero
Tecámac
Tlalnepantla de Baz
Tultitlán
Valle de Chalco
A qué autos y placas afecta el Hoy No Circula sabatino
Para tener una idea clara de qué es el Hoy No Circula, la intención final es que la calidad del aire que respiramos mejore. Para conseguirlo, se trata de reducir el volumen de particular contaminantes en la atmósfera y eso pasa por limitar la circulación.
Para que estas restricciones sean lo menos lesivas posibles para los ciudadanos, se establecen turnos rotatorios en los que se tienen en cuenta todos los días de la semana, en función del holograma del auto y su número de placa (en la imagen superior puedes comprobar cuándo está afectado cada coches).
Las restricciones se tienen que aplicar entre las 05:00 y las 22:00 horas. Todos los autos tienen que descansar, al menos, una vez a la semana y otros sólo tienen que hacerlo dos sábados al mes, ya que los turnos son alternos. Otros, sin embargo, sí están obligados a descansar todos los sábados.
En cuanto a las restricciones, ¿quienes tienen que quedarse en casa los sábados? En primer lugar, los autos con holograma dos lo hacen todos los sábados del mes. Los que tienen holograma uno son los que rotan. En este caso, como estamos ante el tercer fin de semana del mes de noviembre, son los autos con holograma uno y número impar los que tienen que descansar.
Pese a todo, si tienes alguna duda, arriba tienes todas las restricciones, con las limitaciones día por día y coche a coche. Pese a ello, existen algunas excepciones que debemos tener en cuenta. Los siguientes coches no están afectados por el Hoy No Circula sabatino:
Aquellos con holograma 0 y 00
Aquellos que funcionan a electricidad, gas natural o sean híbridos
Los que poseen placa para discapacitados
Todos aquellos dedicados a servicios de transporte urbano (incluye los funerarios)
Los que ofrezcan transporte escolar o de pasajeros
Aquellos destinados a la seguridad pública y/o protección civil
En caso de incumplir estas restricciones, la multa será de 20 a 30 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA), lo que equivale a 1,924.40 pesos y hasta 2,886.60 pesos.
Te traemos una serie de consejos para hacer que tu móvil recupere velocidad si estás notando que va demasiado lento. Y vamos a intentar darte consejos que te van a servir independientemente de que tengas un móvil Android o un iPhone, aunque puede haber algunos que sean para un sistema operativo concreto.
Con el paso del tiempo, lo normal es que tu móvil vaya perdiendo velocidad por varios motivos. Es inevitable, porque se acumulan apps y servicios en funcionamiento y los componentes internos del dispositivo se degradan. Sin embargo, hay algunas acciones de mantenimiento que puedes hacer para recuperar una gran parte de esa velocidad.
En esta guía, vamos a dar consejos desde los más básicos hasta otros un poco más avanzados, explicados para usuarios sin tanta experiencia en móviles. Pero si crees que nos hemos dejado algún consejo importante, puedes dejárnoslo en la sección de comentarios. Así, el resto de lectores sin experiencia podrá beneficiarse de los conocimientos de nuestra comunidad de xatakeros.
Primero reinicia tu móvil
Igual que con el ordenador, si notas que tu móvil va un poco lento empieza por reiniciarlo. A veces, cometemos el error de mantener el móvil encendido sin descanso durante días o semanas, y como cualquier ordenador, es muy aconsejable reiniciarlo de vez en cuando.
Cuando hagas esto, todos los procesos también se reinician y vuelven a empezar a funcionar desde cero. Así, cualquier error puntual que puedas estar teniendo generalmente se solucionará, y si este error de un proceso o una aplicación provocaba que el móvil fuera lento, también se solucionará.
Actualiza tus aplicaciones
Las aplicaciones de tu móvil se están actualizando constantemente. Con estas actualizaciones no solo se añaden y cambian funciones, sino que también se corrigen errores de funcionamiento de una app o de compatibilidad con nuevas versiones del sistema operativo.
Por eso, es muy importante actualizar las apps que tienes instaladas. Para hacerlo, solo tienes que ir a la tienda de aplicaciones de tu dispositivo, y en ella buscar tu lista de apps instaladas. En ella también te aparecerán las aplicaciones pendientes de actualizar, y podrás actualizarlas todas de una vez.
Mantén actualizado tu sistema operativo
A nivel de sistema operativo, también pueden surgir errores o descubrirse vulnerabilidades. Es por eso que no solo hay actualizaciones en el número de la versión de Android o iOS, sino también otras actualizaciones puntuales que pueden llegarte de vez en cuando para corregir problemas que surgen o se descubren.
Por eso, es importante comprobar que tu móvil está actualizado a la última versión del sistema operativo que hay disponible para él, y actualizar el sistema operativo cuando tengas alguna. Pasado cierto tiempo, el fabricante dejará de enviarte nuevas versiones del sistema operativo, pero todavía te llegarán actualizaciones de seguridad.
Más allá de actualizaciones, la mayoría de las veces que un móvil se ralentiza de repente es porque hay alguna aplicación que está funcionando mal en segundo plano. Vamos, que no la estás usando activamente, pero que está en el fondo de tu móvil funcionando más de lo que debería estar haciéndolo. En estos casos, esto afecta tanto a la velocidad del móvil como a la autonomía.
Una de las mejores maneras de comprobar si hay una app dándote problemas es entrar en la configuración de la batería de tu móvil, en el apartado Batería de la configuración des tu Android o iPhone. Si una app se ha quedado enganchada ralentizando el móvil, también estará consumiendo mucha batería.
Cuando entres en el apartado de Batería, podrás ver la lista de aplicaciones que más porcentaje están consumiendo. Si en esta lista aparece una app que no estás usando, es porque está funcionando incorrectamente en segundo plano. Una vez las hayas detectado, solo te queda forzar su cierre o, en el caso de que con esto o reiniciando el móvil no se solucione, limitar su actualización en segundo plano.
En Android, tienes que entrar en la sección Aplicaciones de la configuración. Aquí, verás una lista de apps, y al entrar en una de ellas verás varias opciones, incluyendo la de forzar su cierre. También podrás desactivar su funcionamiento en segundo plano.
En iOS, lo que puedes hacer es primero forzar el cierre de la aplicación, y luego limitar que las apps puedan funcionar en segundo plano. Para eso ve a los ajustes, baja hasta la lista de apps y pulsa en el nombre de la que estaba dando problemas. Allí, desactiva la opción de Actualizar en 2º plano, y listo.
Desinstala todas las aplicaciones que puedas
Cuantas más aplicaciones tengas, más de ellas habrá funcionando en segundo plano, más recursos consumirán, y más lento irá tu teléfono. Por eso, uno de los principales consejos para cualquier móvil u ordenador independientemente del sistema operativo es desinstalar todas las apps que no utilices y todas las que no necesites.
Muchos de nosotros solemos acabar acumulando apps, algunas de las cuales usamos sólo un par de veces al año. Pues si te preocupa la velocidad de tu móvil, entonces mejor que las desinstales, y luego si las vas a necesitar más adelante siempre podrás volver a instalarlas.
Restaura tu teléfono
Si ninguno de estos trucos te ha funcionado, el último recurso es restaurar tu teléfono y devolverlo a su estado de fábrica. Esto es como formatear el ordenador y reinstalar el sistema operativo, de forma que cuando lo restaures todo irá lo más rápido que se pueda.
Aquí recuerda hacer una copia de seguridad de tu móvil para que tras restaurar vuelvas a recuperar tus fotos y tus vídeos, además de otros datos importantes. Tras restaurarse la copia de seguridad posiblemente recuperes también las apps instaladas, y lo mejor será también que vuelvas a borrar todas las que no necesites.
Además de los procedimientos que te hemos propuesto, también tienes otras cosas que puedes hacer específicas para el sistema operativo que tengas en tu móvil. Los procedimientos son distintos para Android y para iOS, y por eso los vamos a separar.
Acelera tu móvil Android un poco más:
Acelera (o elimina) animaciones: En la sección sobre tu móvil con información sobre él, pulsa varias veces en tu versión de Android hasta activar los ajustes para desarrolladores. Luego ve a ellos, y acelera o desactiva las animaciones del sistema operativo. El móvil irá más rápido en sí, pero al tener animaciones más rápidas o directamente no tenerlas, todas las transiciones serán más rápidas y parecerá que va más rápido.
Usa webapps o versiones lite: Algunas aplicaciones tienen versiones Lite o ligeras con menos opciones y que son más rápidas, y son una alternativa que ayuda a aligerar el móvil. También puedes recurrir a aplicaciones web progresivas que puedas utilizar en lugar de las apps instalables.
Cambia el lanzador de Android: Los Launcher de Android son los que determinan el aspecto y las opciones del escritorio, su estética y cómo funciona. A menudo, recurrir a una lanzador de terceros como Nova Launcher puede no solo darte más opciones y flexibilidad, sino también un mejor rendimiento, sobre todo cuando tu fabricante no tiene bien optimizado el suyo.
Cambia la batería del móvil: Si tu móvil ya tiene tres o cuatro años, su batería posiblemente se haya degradado y pueda provocar que se gaste demasiado pronto. Por lo tanto, puedes llevarlo a alguna tienda especializada para que te la cambien.
Acelera tu móvil Android un poco más:
Reduce las animaciones: Entra a los ajustes de tu iPhone, ve a Accesibilidad, y pulsa en Movimiento. Aquí, activa la opción de Reducir movimiento
. Esto reducirá las animaciones, por lo que aunque el móvil vaya igual de rápido parecerá que sí que ha ganado velocidad al tener transiciones más rápidas.
Activa el modo de bajo consumo: Dentro de los ajustes de Batería de tu móvil, podrás activar el modo de Bajo consumo. Esto desactivará muchos procesos de segundo plano acelerando el móvil, pero solo es un parche puntual ya que perderás muchas funciones. Pero vale para momentos concretos.
Cambia la batería del móvil: Si tu móvil ya tiene tres o cuatro años, su batería posiblemente se haya degradado y pueda provocar que se gaste demasiado pronto. Por lo tanto, puedes llevarlo a alguna tienda especializada para que te la cambien.
Los bosques se llenan de color y de repente hasta el más recóndito y apartado parque urbano parece sacado de un lienzo de Claude Monet, cierto, pero el otoño tiene también sus hándicaps. El peor, probablemente: los días cortos, las noches largas y las jornadas pasadas por agua, con borrascas que en las regiones de clima atlántico pueden encadenarse hasta dejar semanas enteras en las que salir de casa sin un paraguas colgado del brazo supone casi una temeridad.
Cuando eso ocurre secar la colada puede ser un suplicio.
Un suplicio molesto, insalubre e incluso caro.
O al menos así es en los hogares de la mayor parte del mundo, donde para salir del paso se suele echar mano de secadoras que ocupan espacio y engordan la factura eléctrica, radiadores y estufas que no acaban de ofrecer una solución eficiente o tendederos de interior en los que las prendas cuelgan durante días sin que lleguen a secarse del todo mientras rebosa el cesto de la ropa sucia.
Salvo en Tokio.
Aprendiendo de Japón
Allí han dado con la forma de secar la ropa en otoño e invierno de forma eficiente, rápida y sin malos olores. En la capital japonesa, una ciudad de clima subtropical húmedo, generosa en lluvias y donde abundan además los pequeños apartamentos —tanto y tan pequeños que en ocasiones es necesario hablar de “microviviendas”— han desarrollado una técnica para mantener sus prendas limpias y bien aireadas todo el año. Y sin ayuda de secadoras.
El sistema se llama “arcoíris colgante”, y si bien suena un poco poético es en realidad una descripción gráfica de cómo debe disponerse la ropa.
El primer paso es buscar una estancia de la vivienda bien aireada, por la que circule el aire y que a ser posible se caldee con el sol durante parte del día. Allí instalaremos nuestro tendedero, barra o cuerda, en la que —y esta es una parte clave de la técnica— dispondremos las prendas en forma de arcoíris.
¿Cómo? Intentando que la ropa dibuje una “U” invertida, con lo que las prendas más largas quedarían en los extremos y las más cortas se irían distribuyendo de forma escalonada hacia el interior. En el portal inmobiliario nipón Apts, orientado precisamente al arrendamiento en Tokio, incluyen incluso un gráfico sobre cómo debería disponerse la ropa para lograr un secado eficiente y rápido.
“Cuando cuelgues la ropa, deja espacio suficiente para que el aire circule. La humedad de Japón puede hacer que el aire parezca más pesado, lo que indica que la ropa tardará más en secarse —abunda la plataforma—. Un buen truco es colgar las prendas en forma de arcoíris, enganchando las más largas en los extremos y las más crotas a medida que se avanza hacia el interior. En el caso de las toallas, cuelga un lado más largo que el otro para que circule mejor el aire”.
Según sus cálculos, la técnica permite un ahorro considerable de tiempo. Si secar una colada disponiendo la ropa en forma de “V” puede llevar cuatro horas y media, clocarla como una “U” invertida permite reducir ese tiempo a solo cuatro horas.
No es lo único que deberás tener en cuenta. Si quieres un buen secado y evitar que tus prendas cojan olor a humedad, Apts aconseja también no dejarlas más tiempo del estrictamente necesario dentro de la lavadora. Y eso pasa por retirar la ropa de forma “inmediata”, sin esperas, una vez ha concluido el ciclo de lavado.
“Incluso dejar la ropa en la máquina durante 10 minutos puede provocar olor”, advierte. Otros trucos pasan por situar la ropa en perpendicular a la circulación del aire y en dirección opuesta a la entrada de la habitación o recurrir a perchas para evitar que, una vez distribuidos en el tendedero, los tejidos queden cerca unos de otros. Lo ideal es que estén lo más espaciados posibles entre sí. Para los calcetines o ropa interior, de menor tamaño, puede recurrirse directamente a un pulpo.
El objetivo: que secar ropa en otoño e invierno sea menos suplicio…
…sin necesidad de dedicar espacio y dinero a una secadora.
“Allí donde vayas, te encontrarás a un gallego”: eso dice un famoso dicho español, que hace referencia al pasado emigrante de sus gentes y a su espíritu aventurero para abrirse camino donde sea. La frase, aunque sólo sea un tópico como muchos otros, podría aplicarse al explorador Alfonso Graña, un gallego al que encontraron en la selva amazónica convertido en nada menos que en el rey de los Jíbaros.
Lo de “encontrarse a un gallego en cualquier parte del mundo” le sucedió a los vecinos de Iquitos, Perú, cuando un día, a finales de los años veinte, vieron aparecer en el río Amazonas a un grupo de indios wampis que llegaban de la selva y se acercaban a la ciudad en varias canoas repletas de pescado para comerciar.
Lo que más les sorprendió fue percatarse de que la persona que los lideraba no era un indígena, sino que se trataba de un hombre blanco, con gafas, alto y muy delgado, que respondía al nombre de Alfonso Graña. Conocido como Alfonso I de la Amazonia, este vecino de Ourense reinó durante 12 años en un territorio de tamaño equivalente a la mitad de España. Esta es su historia.
Allá por 1890, la pobreza y las enfermedades castigaban a las comarcas de Galicia, lo que impulsó una emigración masiva a América a finales del siglo XIX. Entre los que se marcharon se encontraba Alfonso Graña, que vivía en un pueblo de la provincia llamado Avión y que, al igual que muchos otros jóvenes de la zona, embarcó con destino a Brasil. Al poco tiempo de llegar a Latinoamerica se trasladó a Iquitos, Perú, donde se dedicó a la recolección del caucho, en auge en aquella época.
Tenía sólo 18 años de edad y un sueño: encontrar fortuna.
Sin embargo, a mediados de 1920, en pleno desplome mundial de los precios del caucho debido a la crisis de este material por la competencia de Malasia, se quedó sin empleo y decidió adentrarse en las profundidades de la selva junto con otro amigo gallego para descender por el Amazonas en búsqueda de un futuro mejor, como buscador de oro.
La suerte no quiso que llegaran muy lejos, pues al poco de adentrarse en la espesa jungla fueron capturados por una tribu indígena de jíbaros. Se sabe de esta tribu que eran hábiles guerreros, cazadores, reductores de cabezas, algunos incluso caníbales y crueles asesinos de hombres blancos. Sobre lo que le sucedió a su compañero no hay mucha información, aunque se sospecha que fue ejecutado.
Grana fue más afortunado. Estando cautivo, la hija del jefe de la tribu se enamoró de él. Y el gallego fue obligado a casarse con ella. Cuando este falleció, se convirtió en el primer apu (líder) blanco de los shuar. Fue coronado Rey de los Jíbaros y de la Amazonia Occidental, con el nombre de Alfonso I, cargo que ostentó durante 12 años y que lo convierte en el último monarca que ha dado Galicia en mil años.
En las manos de Graña quedó una extensión de terreno enorme que gobernar. Y eso se le dio mejor de lo esperado. Durante los primeros años se ganó el respeto de los indígenas, que lo veían como una deidad por no enfermar y por su audacia e inteligencia. Aunque llegó a América siendo analfabeto, aprendió a leer y pronto estaba enseñando a los miembros de la tribu como construir molinos de agua y otros artilugios para desecar la carne, extraer la sal, etc.
Otra cosa que le granjeó respeto entre los indígenas y los habitantes de la región fue su dedicación a establecer una relación mercantil con la ciudad peruana de Iquitos, que se prolongaría durante años. Dos veces al año y en grandes canoas, aparecía él y su tribu en las orillas del río con productos de la selva con los que comerciar.
En el libro Mosquera y Graña, capitanes de la selva, Víctor de la Serna cuenta lo siguiente: “Se supo por unos indios jíbaros, de la tribu de los huambisas (wampis), que allá por la gigantesca grieta que el Amazonas abre en el Ande, hacia el Pongo de Manseriche, vivía y mandaba un hombre blanco. Graña era el rey de la Amazonia. Y entonces un día, hacia Iquitos, avanzó por el río una jangada con indios jíbaros, muchas mercancías y Graña”.
Conforme esta relación con la civilización prosperaba, sus hombres quedaron maravillados con los placeres de la vida moderna que se vivía al otro lado del río. Graña les llevaba a la ciudad a que les curaran las úlceras, les cortaran el pelo, les compraba helados y los llevaba al cine. A veces, incluso se ponían traje y sombrero de copa y paseaban por la ciudad en un Ford descapotable.
También organizó expediciones a la selva. En 1933 el piloto español, también gallego, Francisco Iglesias Brage, se embarcó con nuestro protagonista en un proyecto expedicionario para recorrer todo el Amazonas junto a 5.000 indios sobre los que reinaba, para grabar una película.
También ayudó a recuperar un hidroavión estrellado de las fuerzas aéreas peruanas y a uno de sus tripulantes. Eso le sirvió para que su soberanía de la Amazonia fuera reconocida por el gobernante de Perú. Prueba de su autoridad en aquel terreno es que la petrolera norteamericana Standard Oil, propiedad de John D. Rockefeller, tuvo que negociar con Graña para poder realizar un sondeo de petróleo en el Alto Amazonas.
Sus días terminaron en diciembre de 1934. Un español residente en Iquitos envió una carta a Iglesias Brage, el piloto del que hablábamos antes, informando de la muerte de Graña. La carta decía: “Le supongo enterado de que el pobre Graña murió el mes pasado, cuando se dirigía a su fundo del Marañón. El pobre padecía cáncer de estómago y no tuvo remedio”.
Nadie sabe qué pasó con sus restos o cómo despidieron los jíbaros a su líder. Su nieto, Kefren Graña, lleva la Federación Wampis del Rio Santiago, que controlan la los recursos naturales del Reino que una vez gobernó su abuelo. De él ya no queda nada más que su legado y, de vuelta en Galicia, una placa en su casa de Avión que dice: “Casa natal de Alfonso Graña, Rey de los jíbaros. 1878 – 1934”.
Cuando se construyó, a mediados de los 70, la chimenea de la central eléctrica de carbón de Trbovlje, en Eslovenia, era simplemente eso: un colosal conducto de 360 metros diseñado para expulsar humo y hollín a suficiente altura como para que se alejase del valle. Hoy las cosas son bastante distintas y aquella enorme estructura ha pasado a convertirse en una atracción para turistas, un icono industrial… y la protagonista de una de las hazañas más delirantes de la escalada extrema.
Al fin y al cabo hablamos de la mayor chimenea de Europa.
Una chimenea XXL. Eso es lo que despunta desde hace varias décadas en el valle de Trbovlje, un territorio de la Baja Estiria, en pleno corazón de Eslovenia. Allí se construyó en su día una enorme chimenea de 360 metros de alto para alejar lo máximo posible los humos y el hollín generados por la central eléctrica a la que prestaba servicio. Que los ingenieros la construyeran tan alta no es casualidad, ni tampoco fruto de un capricho arquitectónico. El conducto relevó a otro que a pesar de medir alrededor de 70 metros demostró ser insuficiente para su propósito.
…Y digna de un récord. Al menos de un récord europeo. La compañía eslovena IBE explica que en su día la chimenea de 360 m, levantada a mediados de los años 70, se convirtió en una de las más altas del mundo. Hoy las hay más altas, como la de Ekibastuz GRES-2, un titán de 420 m y 60.000 toneladas situado en Kazajstán, pero se sigue señalando la torre de Trbovlje como la más elevada de Europa.
Así la presenta la propia ciudad de Trbovlje, que presume de acoger “la chimenea más alta” del viejo continente y la promociona como un atractivo turístico. “Sigue en pie a día de hoy y representa uno de los monumentos más impresionantes de la era industrial de la región”, destaca en su web junto a las pautas que deben seguir aquellos visitantes que quieran conocerla. Lo cierto es que desde los 70 la central ha experimentado cambios importantes, como detalla la compañía HSE-edT.
Algo más que fotos bonitas. Hay quien ha visto en la enorme torre eslovena algo más que un alarde de ingeniería o una gran estructura para tomar fotos con las que ganar “likes” en Instagram. Para Janja Garnbret y Domen Škofic es todo un reto deportivo, así que en 2020 reunieron una buena dosis de valor y se lanzaron a trepar por sus más de 350 metros de altura con ayuda de una cuerda.
A pesar de ser escaladores con experiencia, tardaron más de siete horas y media en llegar lo más alto. “Es lo más especial que he hecho en mi carrera, una mezcla de casi todo lo que he experimentado antes”, confiesa Škofic a la cadena CNN.
Un desafío de altura. Esas horas no fueron las únicas que Garnbret y Škofic dedicaron a coronar la chimenea. Antes la pareja había realizado un primer intento en el que invirtieron casi 12, aunque sin éxito. Pasados cuatro días de esa primera intentona volvieron al valle de Trbovlje. “Cuando pienso en retrospectiva, recuerdo lo incómodo que me sentí, cómo hacía calor, frío, viento… todo”, añade Garnbret. Curiosamente lo que más les imponía era mirar hacia arriba, no hacia abajo.
La revista Wogu va más allá y señala que el recorrido, de 360 m, consta de 13 tramos y fue preparada por dos route setters con experiencia durante más de 20 días, período durante el que taladraron entre 4.000 y 5.000 huecos. La publicación señalaba en 2021 que aunque la central permanecía cerrada desde 2014, cuando Garnbret y Škofic terminaron su espectacular hazaña desmontaron la vía.
Una fama que crece. Aunque Garnbret y Škofic son expertos con experiencia reconocida, su hazaña, combinada con la espectacular estampa de la torre, no ha tardado en dar una fama sorprendente a Trbovlje. Su historia la ha compartido de hecho la web de RedBull, que la acompaña de textos, gráficos, fotos e incluso un documental fascinante sobre la chimenea y la escalada de Garnbret y Škofic. Incluso The Wall Street Journal ha escrito sobre su peculiar odisea.
El mundo de los récord de velocidad es fascinante. En Xataka, con el tiempo, hemos ido recopilando algunos hitos realmente curiosos e interesantes. Hace solo unos días, por ejemplo, os contamos cómo se está forjando un nuevo intento de romper la barrera de los 1.300 km/h.
Pero cualquiera de estos récords de velocidad tenían una parte muy sencilla: los vehículos, objetos y ciclistas se mueven hacia delante. ¿Qué pasa si ponemos a funcionar un coche marcha atrás y tratamos de alcanzar la máxima velocidad posible?
Que se rompe.
Esa es la respuesta corta, sencilla y simple. Que se rompe. Pero eso sólo sucede si hablamos de un coche de combustión. Un eléctrico lo tiene más sencillo.
Así que el Rimac Nevera ha establecido un nuevo récord de velocidad… sí, marcha atrás. Y es de 275, 74 km/h.
Elemental, querido amigo: es eléctrico
El Rimac Nevera es un coche eléctrico limitado a 150 unidades que se presentó oficialmente en 2021 con un evidente aliciente: 1.914 CV de potencia. Sus cifras asustaban:
Cuatro motores para sumar 1.914 CV de potencia.
Velocidad punta de 415 km/h.
Aceleración de 0 a 100 km/h en 1,85 segundos.
Cuatro de milla desde parado (tiempo que tarda en cubrir los primeros 400 metros) en 8,5 segundos.
Los resultados, no se han hecho esperar desde las primeras entregas. Hace un año se convirtió en el coche eléctrico más rápido del mundo, tras alcanzar 412 km/h en lo que denominaron resumieron como viajar “a un tercio de la velocidad del sonido”, desbancando al Tesla Model S Plaid.
Pero, sin duda, ha sido el de conseguir una velocidad de 275,74 km/h marcha atrás lo que ha llamado la atención. Y, evidentemente, lo ha conseguido porque es un coche eléctrico.
Hay que tener en cuenta que los vehículos de calle tienen limitada la velocidad a la que pueden circular marcha atrás. En el caso de los coches eléctricos es una cuestión de seguridad. Un Tesla Model S, por ejemplo, no pasa de 25 km/h marcha atrás.
En un coche de combustión es una cuestión de seguridad para los pasajeros… y para el propio vehículo. Hay que tener en cuenta que un automóvil de combustión cuenta con una caja de cambios donde cada marcha tiene diferentes relaciones. La primera, la más corta, entrega mucho par motor pero el coche no puede alcanzar una gran velocidad con ella. Al contrario, la última marcha entrega poco par motor pero con ella se alcanza la velocidad máxima.
En un coche eléctrico, no existe la transmisión y la inmensa mayoría de ellos sólo cuentan con una relación. Esto es porque el coche entrega el máximo par del que dispone desde el primer momento y como puede funcionar a revoluciones altísimas, no necesita compensaciones entre entrega de potencia (primera marcha) y alta velocidad (última marcha).
Para que el ejemplo sea más práctico. Para alcanzar la máxima velocidad en una bicicleta utilizaremos el plato grande y el piñón más pequeño para contar con el máximo desarrollo posible. Pero para llegar aquí tendremos que haber pedaleado con desarrollos más amables, desde parado no podremos mover la bicicleta.
En un coche de combustión es igual. Si sólo se contara con una relación en la caja de cambios pensando en alcanzar la velocidad más alta posible, el coche sería incapaz de moverse. En cambio, si sólo se pensara en la entrega de potencia, no alcanzaríamos mucha velocidad, igual que sucede si utilizamos el desarrollo más sencillo en una bicicleta. Damos muchísimos pedaladas pero, sin embargo, la velocidad que podemos conseguir está limitada por el tamaño del plato y los piñones.
La gran diferencia es que en una bicicleta, nada se rompe. Como mucho, se rompen nuestras piernas. Sin embargo, si un coche lo llevamos al máximo de revoluciones sin cambiar de marcha, acabaremos por romper el motor. Para entenderlo mejor, nada como echar un vistazo al vídeo de Garaje Hermético.
En un funcionamiento normal, no tendremos problemas, pues para alcanzar más velocidad lo mejor es cambiar a la segunda marcha e ir escalando progresivamente. Pero marcha atrás, podríamos alcanzar más velocidad si los coches no estuvieran limitados. Aquí, no podemos seguir escalando marchas y, por tanto, quemaríamos el motor por completo intentando alcanzar la máxima velocidad posible.