En nuestra galaxia faltan planetas. Concretamente faltan planetas de tamaño medio, más grandes que la Tierra pero menos que Neptuno. Para algunos astrónomos la explicación para este fenómeno está en la hipótesis de los “planetas menguantes”: planetas que encojen hasta convertirse en poco más grandes que el nuestro. Pero, por qué y cómo encojen era un misterio. Hasta ahora.
El núcleo. La respuesta a estas preguntas podría estar en el interior mismo de losplanetas, en su núcleo. Más concretamente en la radiación que emiten. Según la nueva hipótesis planteada por un equipo de investigadores, la radiación procedente del núcleo planetario empujaría y expulsaría los gases de la superficie del planeta. Esto haría que, efectivamente, el volumen del planeta se redujera y éste menguara.
El valle sin planetas. El problema que en última instancia trata de resolver esta hipótesis es el que se ha conocido como el problema del valle del radio. En nuestra galaxia existen numerosos planetas con un radio algo mayor al de la Tierra (1,4 veces más), las llamadas supertierras. También existen planetas con un radio notablemente mayor que el de la Tierra (2,5 veces mayor), los mini-Neptunos.
Pero entre estos dos tamaños existe un vacío. Uno que ha intentado ser explicado en base a diversas hipótesis. Una de ellas propone que los planetas de ese tamaño no siempre son capaces de mantener su atmósfera y que esta tiende a desaparecer dejando a un planeta gaseoso de tamaño sub-neptuniano convertido en un planeta rocoso de menor tamaño. Es decir, un planeta menguante.
Pérdida de masa impulsada por el núcleo. Un planeta puede perder su atmósfera por distintos motivos, generalmente unidos al hecho de que un planeta necesita masa para poder “retener” estas moléculas: el viento solar, los propios movimientos de las moléculas de gas… Los investigadores responsables del último estudio sin embargo creen que la llamada viene de dentro.
O, más bien, que la energía que “expulsa” estas moléculas del área de influencia gravitatoria del planeta procede del núcleo de este. Esta energía emanaría del núcleo planetario en forma de radiación “y esta radiación empuja a la atmósfera desde abajo”, explica en una nota de prensa la coautora del estudio Jessie Christiansen.
Kepler al rescate. La hipótesis de la pérdida impulsada por el núcleo es una de las dos posibles explicaciones dadas al fenómeno de la pérdida de la atmósfera. La segunda es la de la fotoevaporación, la hipótesis que postula que son los vientos solares los que arrastran consigo a la atmósfera.
El reciente estudio utiliza los datos compilados por el telescopio espacial Kepler para compilar pruebas en favor de una u otra hipótesis. El telescopio tomó como referencia dos grupos de estrellas, las Híades y el cúmulo de El Pesebre.
Los investigadores tuvieron en cuenta que, si bien la fotoevaporación es un proceso rápido, la expulsión “nuclear” no lo es tanto. Es por ello y por la relativa juventud de las estrellas analizadas que concluyeron que la abundancia de sub-Neptunos en estos grupos estelares era prueba de que el responsable de la desaparición de los sub-Neptunos de pequeño tamaño debía estar en su propio núcleo.
Un misterio aún por resolver. Las pruebas parecen sustentar la hipótesis, pero el misterio que rodea a estos exoplanetas aún pervive. Quizá tengamos que esperar a contar con instrumentos más potentes para estudiar mejor los planetas que nos acompañan en la Vía Láctea.
Entretanto, quizás el James Webb, el telescopio espacial diseñado para observar el universo más distante pueda echarnos una mano. En las últimas semanas este observatorio nos dio información importante sobre la atmósfera de un exoplaneta, WASP-107b.
Observaciones semejantes de algunos de los más de 5.000 planetas descubiertos hasta la fecha podrían ayudarnos a validar esta teoría o, incluso, a postular otras hipótesis que ayuden a explicar por qué algunos planetas menguan en tamaño o el por qué de este misterioso vacío estadístico del diámetro planetario.
Hace ya un par de años me dejé embaucar por las modas y me hice con una freidora de aire. En mi caso, la elegida fue la Cosori CP158-AF que ya era la referencia y con el tiempo ha seguido siendo toda una superventas… Ya se sabe: tanta gente no puede estar equivocada.
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Y así fue, la compra, al menos para mí, fue todo un acierto. Un acierto porque me ha ayudado a comer con menos grasas (además de a consumir menos aceite), y a tener la cocina más limpia que cuando usaba la freidora tradicional entre otras muchas ventajas.
Pero precisamente, no es eso lo que he venido a contar en este artículo, que para eso ya hay cientos posts y vídeos por la red a estas alturas. Más bien he venido a hablar de los accesorios que nadie te dijo que necesitarías al estrenar una freidora de aire.
Pulverizador de aceite
Posiblemente el accesorio más necesario cuando compramos una freidora de aire sea el pulverizador de aceite. Los tenemos de todo tipo, unos más recomendables que otros, unos más fáciles de limpiar, otros que se ensucian menos al usarlos… pero lo que es cierto es que, en las freidoras de aire, necesitaremos casi siempre rociar con aceite nuestros platos, por lo que son un verdadero imprescindible.
Podría recomendar varios, pero me quedo con este, genérico y con “gatillo”, que me parece más limpio que otros que he usado y además es bastante económico. Lo podemos comprar por sólo 11,90 euros en Amazon.
Spray Pulverizador para cocinar. Vaporizador, Dosificador de Aceite de Oliva, Vinagre y Limon.
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Pincel de cocina
Otro clásico es el pincel de cocina que podemos ver en la mayoría de vídeos de recetas y pruebas de freidoras de aire. Suele estar hecho de silicona adecuada para cocinar íntegramente, o en dos piezas, con el mango en madera o plástico y el propio pincel silicona y es un accesorio de lo más económico.
El uso está claro: sirve bien para mojarlo en aceite y “pintar” con él el plato que vamos a preparar, o bien para rociar de aceite y extender con él para que quede todo bien cubierto. Su precio suele ser bajo, y si aprovechamos packs como este, podemos hacernos con dos unidades por sólo 5,99 euros.
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Rejilla de “segundo nivel”
Otra de las compras más recomendables es una rejilla que nos sirva para cocinar a dos niveles. Por ejemplo, con ellas podremos poner unas patatas a freír en el fondo del cestillo y uno o dos filetes sobre ellas. También las hay que incluyen brochetas, para los que gustan de cocinar carne o vegetales de dicha manera.
Tampoco suele ser un accesorio caro, aunque hay que tener en cuenta el tamaño de la rejilla y la altura de esta para que encaje con el de nuestra freidora. Este pack con dos de ellas para freidoras de entre 3,5 y 4,1 litros, puede ser buena compra por sólo 13,99 euros
Pack de 2 rejillas para freidora de Aire para freidoras de aire de más de 3,5 L
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Base de silicona
Otro accesorio que agradecerán sobre todo aquellos que no tengan o no usen el lavavajillas para limpiar el cestillo de sus freidoras es la base de silicona. No aportan más beneficio que el de no tener que frotar demasiado a la hora de limpiarlo, pero trasladan la tarea de la limpieza a la propia base de silicona, claro.
Tampoco son un accesorio demasiado costoso. Por ejemplo, este pack con dos unidades para freidoras de 5,5 litros como la Cosori, nos sale por sólo 7,50 euros.
Base de silicona para de freidora de aire de 5.5L, dos unidades
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Bases de papel
Otra opción para mantener más limpio el cestillo de la freidora es usar las bases de papel. No soy muy partidario de ellas, porque no permiten la circulación del aire por las rejillas laterales y el fondo como deberían.
De cualquier forma, hay usuarios que se encuentran más cómodos usándolas y tampoco cuestan demasiado, Por ejemplo, este pack con 100 unidades se puede comprar en varios tamaños a un precio de entre 15 y 23 euros aproximadamente.
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Moldes de silicona
Una versión intermedia entre las dos soluciones anteriores la tenemos en los moldes de silicona, que como ventaja, tienen asideros para poder extraerlos cómodamente del cestillo de la freidora y son reutillizables, no como los de papel.
Estos moldes tampoco permiten la circulación del aire como es debido, e igualmente, sirven sobre todo para ahorrar tiempo en la limpieza del cestillo, pero no aportan demasiado a nuestros platos en general, aunque pueden servir, por ejemplo, para asar pollo en su propio jugo, sin que este se pierda bajo la rejilla.
Podemos encontrarlos a precios económicos, como por ejemplo, este pack de dos unidades, que en Amazon nos sale ahora mismo por 18,99 euros.
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Pack de accesorios para freidora de 5,5 litros
Para el final dejo este pack con varios accesorios de la propia Cosori. Uno de tantos, porque Amazon está lleno de packs similares, con más o menos componentes a precios similares, en torno a los 30 euros, y es sólo cuestión de elegir el que más se adapte a lo que vamos buscando y a nuestra freidora.
Este por ejemplo, incluye las rejillas para cocinar a dos niveles o con brochetas, una base plana para pizzas, un molde para huevos o cupcakes, una base de silicona y otro molde para bizcochos y repostería, todo por 34,99 euros.
Pack de accesorios Cosori para Freidora sin aceite 5.5L,
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En los últimos días, los rumores no han hecho sino crecer: varias provincias del norte de China han detectado una “neumonía infantil de origen desconocido” que ha abarrotado hospitales y tiene las escuelas al borde de la suspensión. Con el fantasma del COVID aún fresco en la memoria, las reacciones se dividen entre la alarma y la suspicacia.
Sobre todo, porque las noticias son parciales (y muchas veces contradictorias). ¿Qué está pasando realmente en el norte de China ¿Qué sabemos realmente? ¿Qué podemos esperar en los próximos días?
El primer indicio. El 13 de noviembre, la Comisión Nacional de Salud de China convocó una rueda de prensa en la que comentaron que estaba aumentando la incidencia de las enfermedades respiratorias en el país. Según la versión gubernamental, había un boom de patógenos infecciosos (gripe, Mycoplasma pneumoniae, virus sincitial respiratorio o SARS-CoV-2) y, según sus modelos, parecía deberse al levantamiento de las restricciones de la pandemia. Es el primer invierno desde 2019 que China no tiene medidas epidemiológicas.
Esto entra dentro de lo previsto. Especialmente con niños. Las medidas de aislamiento social hicieron que varias generaciones de recién nacidos no estuvieran expuestos a numerosas enfermedades infecciosas. Al levantarse estas restricciones, las enfermedades empiezan a circular y, como hay dos, tres o cuatro veces más de niños sin inmunidad, se producen brotes epidémicos más grandes de lo normal.
Los informes hablaban de un aumento de la presión asistencia y de alarma de las autoridades locales; pero eran algo inespecíficos y no estaba claro si se trataba de la consecuencia de lo que habían informado las autoridades chinas o de algo nuevo (y potencialmente más peligroso).
La OMS mueve ficha. Al día siguiente, la Organización Mundial de Salud pidió a China que aclarara el asunto. Es decir, solicitó datos epidemiológicos, informes clínicos, análisis de laboratorio y, a mayores, toda la información posible sobre la circulación del resto de enfermedades respiratorias.
Como se vio durante la pandemia de COVID, China tiene medios más que suficientes para identificar nuevas enfermedades emergentes e informar a la comunidad internacional. Pero, con la idea de tener una visión más global, la OMS inició una serie de consultas con médicos, hospitales y asociaciones científicas del país.
¿Qué ha respondido China China aún no ha respondido. No es extraño, hablamos de algo que ha estallado en los últimos dos días y hace menos de 24 horas que la OMS hizo su requerimiento. Se espera que en las próximas horas, Pekín haga una actualización de la situación y salgamos de dudas.
No obstante, a estas horas todos los sistemas epidemiológicos del mundos miran a China, a sus respuestas y, sobre todo, a sus movimientos. Hasta ahora, toda la alarma podría tener una explicación sencilla y esperable. De hecho, durante los últimos años hemos vivido amagos de epidemias que se han deshecho a los pocos días o semanas.
Pero si algo hemos aprendido es que confiarnos es muy mala idea. Estaremos atentos a las novedades.
En 2020, Amazon y Mediaset llegaron a un acuerdo mediante el cual muchas de las nuevas series de la productora se verían antes y en exclusiva en Prime Video, gracias a una ventana de explotación exclusiva de seis meses. La punta de lanza eran series que luego se convertirían en éxitos, como ‘Señoras del hampa’ o, curiosamente, ‘El pueblo’, una producción nacida para continuar el estilo de ‘La que se avecina’.
Estos primeros pasos de confluencia cuajaron, pocos meses después, en la llegada a Prime Video de una avalancha de series españolas, unas más clásicas y otras menos. Por ejemplo, ‘El internado’ aterrizaba en la plataforma como aperitivo para la continuación ya exclusiva de Prime Video, ‘El internado: Las cumbres’. También iban goteando series como ‘Cuéntame’, ‘Al salir de clase’, ‘Compañeros’, ‘Un paso adelante’, ‘Física o química’ o ‘7 vidas’. La mayoría de ellas siguen disponibles en Prime Video. Muchas de ellas también están en Netflix, la otra gran adalid de las ficciones españolas. Y casi todas están disponibles solo en streaming.
Había una razón para ello, más allá de las audiencias: la legislación del mercado digital único en 2020 obligaba a que las plataformas de streaming de la Unión Europea contuvieran un mínimo de un 30% de contenido europeo. Plataformas como Netflix o HBO Max satisfacían ese requerimiento con producción propia, pero Prime Video optaba por convertirse en un contenedor de series españolas muy largas y con muchos episodios.
Sin embargo, quienes salían perjudicados eran las televisiones tradicionales. Hablábamos en 2020 que ese mismo año, cuando se inició el experimento, la temporada 12 de ‘La que se avecina’ había registrado las audiencias más bajas de su historia:, 1.580.000, un 13,7% de share. Antes de la entrada de Prime Video en la trayectoria de la serie, solo un año antes, la serie había tenido 2.263.000 espectadores.
Soluciones de urgencia
Por eso la estrategia cambió para la temporada 13, en 2022: se arrancó a finales de noviembre con los tres primeros en Prime Video, y tres días después Tele 5 emitiría el primero. El resto no los tendría, como era habitual, hasta seis meses después. Las audiencias, no obstante, siguieron cayendo en picado, ya por debajo del millón de espectadores.
Este año el proceso se ha invertido: estreno de la temporada 14 en Tele 5, un solo episodio, el pasado 8 de noviembre, y el 10 de noviembre a Prime Video. El resto de la serie se emitirá íntegra en Prime Video antes de que acabe 2023, y hasta 2024 no llegará a Telecinco. Con esta primicia Telecinco tuvo que vérselas con la última temporada de ‘Cuéntame cómo pasó’ en TVE, y en Antena 3, la serie ‘Cristo y Rey’, con Jaime Lorente y Belén Cuesta.
Es una pequeña estrategia que se salta levemente el pacto de estrenos en Prime Video -y llegada meses después a Telecinco- que hasta ahora había gobernado la difusión de la serie, pero estamos en tiempos en los que Telecinco necesita balones de oxígeno como esos. El resultado de audiencia ha mejorado parcialmente el dato de la temporada 13, pero la serie sigue sin llegar al millón de espectadores, quedando por detrás de sus dos competidores con un 10’6% de share.
La tendencia está clara, y evidencia la pérdida de poder de la televisión tradicional con respecto al streaming, que poco a poco se apodera de una de las últimas armas que le quedaban a los canales de siempre: las producciones de ficción de alcance masivo. Con el estreno de ‘Operación Triunfo‘ en Prime Video, que se apodera de los formatos típicos de la tele de siempre, y el éxito de ‘Sálvese quien pueda‘, que roba la mitología de la televisión en abierto más allá de los mundos de ficción, el streaming va camino de convertirse en el nuevo mainstream. Solo quedan los deportes y el telediario.
El 31 de agosto de 1955 cuatro investigadores firmaban una propuesta singular. Querían organizar un seminario en el verano de 1956 para hablar de una nueva disciplina. Aquellos investigadores eran Jon McCarthy, Marvin Minsky, Nathaniel Rochester y Claude Shannon. Lo interesante, por supuesto, era cuál sería el tema central del seminario, una disciplina con un nuevo nombre que precisamente McCarthy había acuñado pocos meses antes.
Aquel seminario, que duró entre seis y ocho semanas, fue considerado como gran detonante del nacimiento de ese nuevo campo de investigación. Durante las siguientes décadas el campo se desarrolló de forma notable, pero se vivieron varios “inviernos de la IA” —fracaso de la traducción automática en 1966, recortes a la investigación en los años 70, debacle de los sistemas expertos en los 90—.
A pesar de todo ello, el campo acabó resurgiendo con fuerza, primero en la década de 2010, y recientemente con el lanzamiento de ChatGPT y DALL-E en 2022. Los modelos de inteligencia artificial generativa han sido un verdadero fenómeno, pero estos sistemas tienen limitaciones, y hace años que empresas e investigadores trabajan en un campo aún más ambicioso: el de la inteligencia artificial general (AGI, por sus siglas en inglés). Veamos qué es y en qué se diferencia del concepto que manejamos tradicionalmente.
Qué es la inteligencia artificial general (AGI)
La inteligencia artificial general es un tipo de sistema automático que puede realizar con éxito cualquier tarea intelectual que los seres humanos realicen. No solo eso: la inteligencia artificial general o AGI sería capaz de realizar juicios y razonar ante una situación de incertidumbre —a partir del aprendizaje y el entrenamiento—, además de comunicarse en lenguaje natural, planificar o aprender.
Otra potencial definición —utilizada por OpenAI— es la de que la inteligencia artificial general es la de un sistema autónomo que supera la capacidad humana a la hora de realizar la mayor parte de tareas con valor económico.
Aunque algunos utilizan también el término “inteligencia artificial fuerte” para designar a estos sistemas, otros expertos reservan el calificativo “fuerte” para sistemas automáticos que van incluso más allá y son conscientes de sí mismos. Dichas máquinas podrían por tanto desarrollar sus propios sentimientos y contar con una experiencia subjetiva propia, una capacidad que abre un gran debate ético y que ha sido explorada ampliamente en las novelas, las series o el cine de ciencia ficción.
También hay otro concepto que se maneja en este ámbito: se trata de la llamada “superinteligencia”. Lo desarrolló Ray Kurzweil, director de ingeniería de Google, impulsor del término “singularidad” y conocida personalidad de este ámbito. Según su opinión, las máquinas superarán el test de Turing en 2029, pero sus predicciones van más allá. Explica que una vez que creemos una AGI, dicho sistema se mejorará a sí mismo a un ritmo exponencial hasta llegar a un punto en el que su inteligencia opere a un nivel incomprensible para la comprensiónhumana. En ese punto se alcanzará la singularidad, y tiene fecha para la llegada de esa hipotética superinteligencia: 2045.
Como explican en MIT Technology Review, el término AGI fue acuñado hace unos años por Shane Legg, que ahora es Chief Scientist en DeepMind. A Thore Graepel, colega suyo en esa empresa, le gusta citar un párrafo de la novela de ciencia ficción ‘Tiempo para amar’ de Robert A. Heinlein de 1973. En ese párrafo se describe de forma premonitoria lo que perseguiría un ser humano inmortal, y quizás también lo que lograría una AGI:
“El ser humano debe ser capaz de cambiar pañales, planear una invasión, sacrificar un cerdo, gobernar un barco, diseñar un edificio, escribir un soneto, reducir una fractura, consolar a los moribundos, recibir órdenes, dar órdenes, resolver ecuaciones, abonar la tierra con estiércol, programar una computadora, cocinar una comida sabrosa, combatir con eficacia, morir con gallardía. La especialización es para los insectos”.
Esa última frase de hecho serviría para describir los modelos de inteligencia artificial (“débil”) con los que contamos ahora mismo: según dicha descripción, serían algo así como insectos.
En cualquier caso, una inteligencia artificial general sería capaz de realizar todas las tareas que realizan los seres humanos e incluso otras de las que no son capaces. Con el tiempo se estima que este tipo de sistemas AGI podrían reemplazar al ser humano en virtualmente cualquier ámbito y podrían hacer que la mano de obra humana quedara obsoleta, algo que tendría unas implicaciones sociales y económicas gigantescas.
Diferencias con la IA “débil” (o “estrecha”)
A diferencia de la AGI, los sistemas de inteligencia artificial con los que contamos en la actualidad entran dentro de la categoría de inteligencia artificial sin más apelativos, aunque cuando se desea especificar también solemos referirnos a ella como “inteligencia artificial débil” o “inteligencia artificial estrecha”.
Estos sistemas de IA débil son por ejemplo los que se centran en resolver problemas específicos gracias al uso de disciplinas como el aprendizaje máquina (machine learning) o el aprendizaje profundo (deep learning).
Gracias al uso de esas y otras técnicas, estos sistemas han sido capaces de superar a los seres humanos en ciertas tareas específicas: Deep Blue en ajedrez o AlphaGo en Go son dos ejemplos de modelos de IA con una aplicación práctica y visible: en ambos casos se ha superado la capacidad de los seres humanos, pero hay muchos más ejemplos.
Entre ellos destacan en los últimos meses tanto ChatGPT como DALL-E, que entran dentro de la categoría de los modelos de IA generativa. Este tos sistemas son capaces de aprender los patrones y estructuras de los datos de entrada con los que son entrenados, y a partir de ellos generar nuevos datos que tienen características similares.
Los resultados en este caso no superan necesariamente al logrado por los seres humanos —pueden cometer errores, indiscreciones e incluso “alucinar”, lo que hace muy recomendable la supervisión de sus salidas—, pero su capacidad para realizar las tareas de forma sobresaliente y en tiempos mínimos ha convertido a estos modelos en una verdadera revolución en todo tipo de entornos industriales y creativos.
Posibles beneficios de la AGI
La capacidad de la inteligencia artificial general de superar a los seres humanos en la resolución de cualquier tarea posibilitaría avances asombrosos en todas las disciplinas del conocimiento.
Por ejemplo, en el ámbito de la salud y la atención médica: la AGI podría usarse para desarrollar nuevos medicamentos y tratamientos médicos, diagnosticar enfermedades de manera más precisa y proporcionar atención personalizada a los pacientes.
Los avances en ciencia y tecnología también se podrían ver acelerados y la AGI podría contribuir de forma dramática a la resolución de problemas muy complejos como el cambio climático o el desarrollo definitivo de fuentes de energía renovables.
Los sistemas AGI tienen además aplicaciones evidentes en muchos otros campos como el de la educación, pudiendo ayudar a los estudiantes a aprender a su propio ritmo y de forma absolutamente personalizada en las disciplinas que cada uno considerasen necesarias y más interesantes.
Las implicaciones para resolver también otros muchos problemas en escenarios industriales, pero la aplicación de estos sistemas en el ámbito social y económico podría tener resultados igualmente espectaculares. La AGI permitiría teóricamente ayudar a resolver de forma definitiva tanto el hambre como la pobreza.
Desafíos éticos y de seguridad
A pesar de las ventajas que plantea la aparición de una inteligencia artificial general, hay también evidentes riesgos y desafíos éticos y existenciales a la hora de trabajar en este campo y lograr éxito en el objetivo de crear una AGI.
Los propios responsables de OpenAI destacaban hace meses cómo la AGI es “quizás el proyecto más importante de la historia de la humanidad“. En un artículo en el blog oficial de la empresa sus responsables reflexionaban sobre cómo desarrollar sistemas que son “generalmente más inteligentes que los humanos” pero hacerlo de una forma segura.
El desarrollo de modelos de inteligencia artificial se ha convertido para muchos en un riesgo existencial para la humanidad. Personalidades dentro y fuera de este campo advierten del peligro —una AGI “nos matará a todos”, explicaba un experto en IA en abril de 2023— y a principios de 2023 varios expertos y personalidades con Elon Musk a la cabeza firmaron una carta abierta para solicitar “pausar” el desarrollo y entrenamiento de modelos de IA para debatir cómo continuar ese trabajo de la forma más segura posible.
Tanto empresas como expertos y organismos oficiales han reconocido a lo largo de todo 2023 la necesidad de regular el desarrollo de la inteligencia artificial para evitar tanto malos usos como amenazas derivadas de la creación de nuevos modelos. Las posturas de los distintos gobiernos son aquí muy distintas y el consenso parece difícil de alcanzar, y mientras que unos defienden un control estricto de estos desarrollos, otros prefieren una regulación permisiva y que no ponga trabas al desarrollo de esta tecnología disruptiva.
Hay otros muchos problemas y desafíos. Entre ellos están el de la transparencia de estos modelos que desarrollan las empresas y que por ejemplo no dejan claro cómo han sido entrenados —con potenciales violaciones del copyright— ni cómo funcionan por dentro, algo que ni sus propios creadores saben.
Precisamente ese desconocimiento introduce riesgos sobre sesgos algorítmicos —los modelos pueden discriminar—, pero también existe una amenaza a la privacidad si estos sistemas acaban revelando datos que fueron recolectados pero deberían mantener su confidencialidad tanto en el ámbito personal como en el industrial, económico o gubernamental.
Si una AGI acaba con la mayor parte del trabajo humano, el impacto social puede ser enorme, algo que ha hecho que se reactive el debate sobre una potencial renta básica universal (UBI por sus siglas en inglés). Algunos experimentos en este sentido han resultado ser un fracaso, y propuestas como la de Worldcoin —un proyecto liderado por Sam Altman, CEO de OpenAI— tampoco parecen ser la solución. Quizás sea esa hipotética AGI la que precisamente resuelva ese enorme conflicto.
Cuándo llegará la AGI
Andrew Ng, exdirectivo de Google Brain y cofundador de Coursera, ya destacó que la IA “es la nueva electricidad”, pero su opinión sobre la AGI es muy distinta. En 2018 indicó que deberíamos “atajar el sinsentido de la AGI e invertir más tiempo en los problemas urgentes: pérdida de trabajo, sueldos que no suben, debilitamiento de la democracias, discriminación, prejuicios, desigualdad de la riqueza”. Yann LeCun, máximo responsable de IA en Meta, también parece tener claro que ese camino no lleva a ninguna parte.
A pesar de ello, otros muchos expertos defienden el desarrollo de estos sistemas y creen, como Demis Hassabis —CEO de DeepMind— que estamos más cerca de lo que parece de llegar a la inteligencia artificial general. En OpenAI, empresa que ha dejado clara su intención de lograr alcanzar ese hito, están pensando ya de hecho en la superinteligencia.
Las aproximaciones para resolver el problema y crear una AGI se dividen en dos grandes campos. El primero, que defiende OpenAI, se basa en el desarrollo de un algoritmo perfecto, uno que además permita crear modelos de aprendizaje automático que acaben logrando una AGI por fuerza bruta.
El otro, que defiende DeepMind, trata de emular el funcionamiento del cerebro humano y crear uno artificial: si logras crear la arquitectura correcta, defienden sus ingenieros, crear el algoritmo para aprovecharla será trivial. Así resolvió DeepMind el problema de AlphaGo, combinando redes neuronales con árboles de búsqueda.
Puede que la respuesta sea una combinación de ambas aproximaciones, pero lo que está claro es que nadie en este campo se arriesga a dar una fecha exacta. Legg, que dio nombre al concepto, cree que “en pocas décadas tendremos sistemas muy, muy capaces“. Que esos futuros sistemas pueden ser considerados como AGI o no es otra cuestión.
En los últimos años nos ha tocado vivir tiempos convulsos en materia de rotación laboral, y si no que le pregunten a Sam Altman y su “nodespido” de OpenAI.
Contra todo pronóstico, durante la pandemia las empresas se lanzaron a contratar a miles de nuevos empleados para, solo dos años más tarde, despedir a otros tantos. Más allá de la excepcionalidad de ese momento, la rotación de las plantillas dice mucho de las políticas de retención de talento y del bienestar de sus empleados.
De hecho, la rotación de la plantilla puede ser un buen factor a tener en cuenta ahora que el talento tecnológico deja plazas vacantes sin cubrir durante meses y los empleados tienen mayor capacidad de decisión sobre en qué empresa quiere trabajar. Si los empleados de una empresa duran poco tiempo en su puesto, es que algo sucede dentro de esa compañía.
La empresa de recursos humanos Resume.io ha elaborado un análisis de las compañías con mayor capitalización de EE.UU, Reino Unido, Canadá y Australia, y ha cruzado ese listado con la antigüedad promedio de sus empleados basándose en los datos de LinkedIn. El resultado: las empresas en las que los empleados duran menos tiempo, y aquellas en las que los empleados no quieren abandonar su puesto de trabajo.
Uno de los datos más sorprendentes es que las grandes tecnológicas americanas muestran una gran rotación de personal bajando la media de antigüedad. Por ejemplo, Apple es la que menos fideliza a sus empleados con una media de 1,7 años de antigüedad, seguido por Amazon con 1,8 años y Meta que empata con 1,8 años.
Listado por tiempo medio de antigüedad (en años)
Compañías como Tesla o el fabricante de procesadores AMD tampoco consiguen retener a sus empleados durante mucho más tiempo, con medias de antigüedad de 2 y 2,3 años respectivamente. Mejor comportamiento se registra en los datos de Netflix, con 3,1 años de antigüedad de media para sus empleados, y en Alphabet, que cierra la lista con 3,7 años de media duplicando así la capacidad de retención de la compañía liderada por Tim Cook.
En el lado opuesto, Texas Instruments, con antigüedades medias superiores a los 8,4 años, Broadcom con 7,4 años, IBM con 6,9 años o Intel con una media de 6 años, ponen el contrapunto como empresas donde la rotación de las plantillas es menor y sus empleados encuentran la estabilidad y bienestar que necesitan.
Dicho esto, hay una casuística variada que podría explicar la escasa retención de talento en estas empresas y no tiene por qué estar relacionado con malas políticas de bienestar de los empleados.
En un momento de escasez de talento tan acusado como el actual, algunos empleados utilizan a las empresas a modo de trampolín para cambiar a otras con mejores puestos y condiciones económicas. Tener a empresas top como Apple en el currículum abre muchas más puertas y es más atractiva para el resto de compañías.
Por otro lado, las políticas de vuelta a la oficina de algunas de las grandes compañías tecnológicas han sido cuanto menos desafortunada, poniendo en pie de guerra a buena parte de la plantilla.
Todas esas circunstancias cuentan a la hora de retener talento o hacer que los empleados no duren mucho tiempo en la empresa y busquen otras opciones con mejores condiciones.
El móvil gaming más potente y espectacular del momento, esa es la carta de presentación del Red Magic 9 Pro. Una bestia con el Qualcomm Snapdragon 8 Gen 3, una trasera en la que el módulo de cámaras no sobresale lo más mínimo, y que llega con un sistema de carga rápida de 165W. Una barbaridad en hardware que llega por tan solo 570 euros al cambio. Así es el Red Magic 9 Pro, modelo que llega junto a una versión Pro.
Nubia red magic 9 pro
nubia red magic 9 pro+
dimensiones y peso
164 x 76.4 x 8.9 mm
229 g
164 x 76.4 x 8.9 mm
229 g
pantalla
AMOLED
6,8 pulgadas
Resolución 1116 x 2480
120 Hz
Brillo máximo de 1.600 nits
AMOLED
6,8 pulgadas
Resolución 1116 x 2480
120 Hz
Brillo máximo de 1.600 nits
procesador
Qualcomm Snapdragon 8 Gen 3
GPU Adreno 750
Qualcomm Snapdragon 8 Gen 3
GPU Adreno 750
memoria
256 GB + 8 GB
256 GB + 12 GB
512 GB + 12 GB
256 GB + 16 GB
512 GB + 16 GB
1 TB + 24 GB
cámara trasera
50 MP
50 MP ultra gran angular
2 MP macro
50 MP
50 MP ultra gran angular
2 MP macro
cámara delantera
16 MP bajo la pantalla
16 MP bajo la pantalla
batería
6.500mAh
80W carga rápida
5.500mAh
165W carga rápida
sistema operativo
Android 14
Android 14
conectividad
5G SA/NSA
WiFi 7
Bluetooth 5.4
USB Tipo C 3.2
5G SA/NSA
WiFi 7
Bluetooth 5.4
USB Tipo C 3.2
precio
Desde 570 euros al cambio
Desde 570 euros al cambio
Que se haga el hardware
Sencillamente espectacular. Pocas definiciones hay más rápidas para la propuesta de Nubia con su gama Red Magic. Ambos modelos son prácticamente idénticos, a excepción de la configuración de memorias y la batería. Pero empecemos por el diseño, porque es uno de los puntos más diferenciales en los Red Magic 9 Pro y 9 Pro+.
El módulo de cámaras está completamente a ras del cuerpo, por lo que no hay la menor protuberancia en ninguno de los sensores. Es, también, un móvil con cuerpo transparente, en el que se aprecia la curiosidad de que prácticamente todo el cuerpo es batería, llevándose el resto del hardware a la parte superior.
Esto se debe a que el Red Magic 9 Pro tiene una gigantesca batería de 6.500mAh con carga rápida de 80W, la cifra más alta que jamás hemos visto en gama alta. La versión Pro apuesta por 165W, y el sacrificio para introducir este sistema de carga rápida es que la capacidad de la batería baja hasta los 5.500mAh. Son 1.000mAh menos que en el modelo estándar, pero la cifra sigue siendo superior a los 5.000mAh de rigor que encontramos en la gama alta tradicional.
Como buen móvil pensado para juegos, encontramos las clásicas zonas táctiles de Nubia que hacen las veces de botones programables. El muestreo de las mismas es de 520 Hz, para garantizar una respuesta rápida y sin apenas latencia. Se apuesta también por una enorme cámara de vapor para lograr refrigerar el Qualcomm Snapdragon 8 Gen 3 de su interior. Llega acompañado del RedCore R2 Pro Game Chip, un coprocesador encargado de reconocer escenas dentro de los juegos para ajustar, entre otros, el motor háptico y efectos de sonido.
La memoria máxima para el modelo Pro+ es de 24 GB + 1 TB. La base es algo menos ambiciosa, encontrando una lógica combinación de 8 + 256 GB para el modelo Pro. Si hablamos de pantallas, comparten panel OLED de 6,8 pulgadas con resolución 2.480 x 1.116 y fabricada por BOE.
Versiones y precio de los Red Magic 9 Pro y 9 Pro+
Los Red Magic 9 y 9 Pro+ llegan primero a China. Lo hacen a un precio de 560 euros al cambio para el Red Magic 9 y de unos 705 euros para la versión base del Red Magic 9 Pro+. Quedamos atentos a su desembarco por tierras europeas, ya que la propuesta es más que interesante.
Elegir la película más aterradora del año siempre da pie a discusiones. Al fin y al cabo, si lo tuyo son las sagas míticas habrás disfrutado con ‘Evil Dead Rise’, y si hacemos caso a la puntuaciones de Rotten Tomatoes, tenemos en ‘Háblame’ una clara ganadora. Pero si queréis saber qué película me tuvo a mí inquieto durante toda la proyección, la respuesta es ‘No tengas miedo‘, que pasó de tapadillo por cines y ahora llega a Prime Video.
Se trata de una película que se desarrolla prácticamente en un solo decorado: el interior de una casa donde vive un chaval de ocho años, aterrorizado por unos misteriosos golpes que proceden de la pared de su dormitorio. Sus padres insisten en que se trata de una pesadilla, pero pronto iremos sabiendo más de la situación: quizás el monstruo sea real, y quizás sus propios padres escondan un secreto que podría volverse contra todos.
Y eso es básicamente todo: según avanza la película el niño va descubriendo detalles sobre su día a día que le hacen sospechar de lo que sucede a su alrededor. Los responsables de que la historia se sustente sobre una propuesta tan esquemática: unos fabulosos Lizzy Caplan (que sorprendió a todo el mundo con su encarnación de la joven Annie Wilkes de Misery en la segunda temporada de ‘Castle Rock’) y Antony Starr (Patriota en ‘The Boys’) rebosando ingenuidad y sonrisas siniestras al dar vida a los padres.
Cuanto menos te cuenten de ‘No tengas miedo’ (que tiene el mucho más sugestivo título original de ‘Cobweb’) mejor. Es una película modesta, directa y que entronca con hitos del terror de los ochenta como ‘El sótano del miedo’, y que además revolotea los mismos temas que el cine de género de hace unas décadas: la familia como entidad sistemáticamente enferma y los secretos cotidianos que nos convierten en monstruos sin garras ni colmillos.
Stratolaunch ya casi toca con los dedos el primer vuelo de prueba de su avión hipersónico. La empresa californiana lleva persiguiendo este mismo objetivo desde que fue fundada en 2011 por Paul Allen, el cofundador de Microsoft.
Allen nunca llegó a ver terminado el avión y la empresa ha cambiado de dueños desde su fallecimiento, pero está a las puertas de conseguirlo.
Después de una exitosa prueba de despliegue en vuelo el año pasado, Stratolaunch esperaba lanzar el avión en la primera mitad de 2023. No ha sido así, pero ahora por fin hemos visto un avance. El Roc está listo y el Talon ha empezado a moverse.
Primer lanzamiento del avión hipersónico Stratolaunch Talon-A
Stratolaunch es fundamentalmente conocida por el Stratolaunch Roc, un avión de 117 metros de envergadura que empequeñece a los pesos pesados de la industria, como el recientemente desaparecido Antonov An-225 Mriya o el fracasado hidroavión Hughes H-4 Hercules. Lleva casi una decena de vuelos y este año ha batido su récord de duración: seis horas en el aire.
Sin embargo, el Roc no es exactamente un avión de transporte, sino un lanzador. Su objetivo es desplegar en vuelo el Talon-A, un pequeño avión hipersónico capaz de transportar carga a velocidades de más de 6000 kilómetros por hora, o lo que es lo mismo: Mach 5+.
¿Para qué? Para ofrecer a potenciales clientes, como el Pentágono, un acceso rutinario al “entorno hipersónico”. O sea, para transportar cosas muy rápido.
Serán los herederos espirituales del avión más rápido de la historia: el X-15 de la NASA y la Fuerza Aérea de Estados Unidos, que con su motor cohete consiguió alcanzar los 6.587 km/h a una altitud de 30.968 metros. Por poner eso en contexto, el Concorde era un avión supersónico capaz de volar a una velocidad de Mach 2, lo que equivale a unos 2000 km/h.
El Talon-A de Stratolaunch será lanzado a 10.000 metros de altura. Con modelos futuros, como el Talon+ y el Space Plane, Stratolaunch aspira a ir más rápido y más alto, surcando la estratosfera y superando incluso la frontera del espacio (que era el plan original de Paul Allen).
Antes, claro, la empresa tendrá que demostrar que el Roc y el Talon-A son capaces de completar su primer lanzamiento hipersónico.