El modelo de suscripción ha venido para quedarse. Antes nos suscribíamos al Canal+ o a algún periódico (¡en papel!), pero el éxito de los Netflix y Spotify del mundo ha hecho que ahora lo de pagar una vez y olvidarse sea casi imposible.

Suscripciones por doquier. Fabricantes de coches o de bicis de spinning se han sumado a una tendencia que ya habían aplicado en masa las empresas de tecnología. El resultado siempre ha sido el mismo: transformar productos que comprábamos y eran nuestros en servicios de los que nunca somos dueños. Y si no, que se lo digan a Adobe.

No vas a poder rotar ese PDF. Un usuario se quejaba recientemente de un descubrimiento reciente en Adobe Reader. Al intentar ir a rotar un PDF en la aplicación, le apareció un mensaje que le instaba a suscribirse a un paquete de opciones extra entre las que estaba a la de rotar el documento.

Exprimiendo el software. Adobe lleva ya tiempo adoptando el modelo de suscripción, y aunque ofrece parte de su catálogo en versión tradicional (licencia eterna, pagas una vez y listo), ha migrado buena parte de sus esfuerzos a su Creative Cloud.

No es la única, desde luego, y la suite ofimática de Microsoft también lleva años centrada en la nube aunque siga siendo posible adquirir el producto tradicional —que no puedes usar en la nube—. Si lo hacen es por algo: las suscripciones de Adobe han hecho de oro a la compañía.

Las suscripciones tienen su punto. Hay que admitir que en algunos casos las suscripciones plantean una opción extremadamente cómoda para los usuarios. Spotify, Netflix, Game Pass Ultimate, o Amazon Prime son ejemplos claros de éxitos rotundos en el segmento de las suscripciones, aunque algunas de ellas ya están comenzando a perder usuarios. La fatiga de la suscripción es muy real.

Basta ya. Sin embargo, que todo esté acabando por ser una suscripción está generando cierta fobia a ese modelo. La situación está llegando al absurdo, y que una aplicación para leer códigos QR te pida siete euros al mes para funcionar es un síntoma más de que igual esto está descontrolado. Lo de la rotación de PDFs de Adobe es desde luego otra gota que colma un vaso desbordado.

Por cierto, puedes rotar PDFs gratis. Puede que en otros casos encontrar alternativas gratuitas sea más difícil, pero por lo que respecta a la gestión de PDFs, hay opciones muy directas y muy potentes. En Windows tenemos opciones como Sumatra, Okular o Xodo. En macOS la herramienta Vista Previa (Preview) es un potente lector de PDFs, pero hay opciones específicas como Skim o Foxit Reader, que es multiplataforma.

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La noticia Adobe te obliga a pagar una suscripción para rotar un PDF porque las suscripciones lo han arrasado todo fue publicada originalmente en Xataka por Javier Pastor .