A pesar de ser una enfermedad peligrosa para las aves, los contagios de gripe aviar en humanos son extremadamente raros. Tanto que los dos casos registrados en España en otoño del año pasado han resultado ser fruto de la contaminación ambiental y no de infecciones reales. El caso supone un toque de atención ante una enfermedad que cada vez preocupa más.
Casos asintomáticos. Los dos casos ahora revisados fueron detectados en una granja avícola de la provincia de Guadalajara en otoño de 2022. Se trataba de dos operarios que habían estado trabajando en las instalaciones de una granja que sufrió un brote del virus en los días.
Ninguno de los trabajadores mostró síntomas pero ambos obtuvieron resultados positivos en sus PCRs. En unos días los segundos tests a los que se sometieron fueron negativos, al igual que otras pruebas a los que fueron sometidos.
Ahora, cinco meses después del diagnóstico, las investigaciones han revelado que los positivos pudieron deberse no a una infección real, sino a un caso de contaminación ambiental. Los resultados de estas investigaciones (que han confirmado lo que ya adelantaban las autoridades sanitarias) han sido recientemente publicadas en un artículo en Eurosurveillance.
¿Cómo es posible? Conviene recordar de cuando en cuando que todo test médico siempre implica un margen de error, mayor o menor. Las pruebas pueden fallar por un número enorme de motivos como defectos de fabricación, errores humanos a la hora de realizarlos o, simplemente, puesto que la biología humana es caprichosa y existe cierta variabilidad natural en nuestros cuerpos que puede afectar a los resultados de un test médico.
A veces Los tests fallan porque hay una pequeña discrepancia entre lo que miden y la enfermedad en sí misma. Este es uno de esos casos, y esta pequeña discrepancia fue causada por las circunstancias ambientales.
Los test PCR, explica Ursula Hölfe, de la Universidad de Castilla-La Mancha, quien no tomó parte en el estudio, detectan la presencia de material genético (en este caso del virus H5N1) en la superficie (la mucosa analizada. Este material genético puede llegar ahí simplemente por estar presente en el ambiente. Cosa de esperar en una explotación avícola que ha sufrido un brote del virus.
Sin infección. La presencia de información genética del virus, o del virus en sí mismo, en la mucosa de una persona no implica necesariamente una infección (que es lo que realmente queremos averiguar). Los virus pueden llegar a nuestro cuerpo y no lograr reproducirse con éxito, y esto sería de hecho lo habitual en la gripe aviar, una gripe que muy raras veces infecta a humanos.
La ausencia de otras pruebas diagnósticas positivas junto al hecho de que se tratara de casos asintomáticos ya había hecho sospechar a algunos expertos y autoridades sanitarias. A pesar de ello no ha sido posible la confirmación de esta sospecha hasta ahora.
Cambiar los protocolos. Estos falsos positivos podrían haberse evitado, consideran algunos expertos. En declaraciones a Science Media Centre, Elisa Pérez, del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC) aboga por cambios en los protocolos, por ejemplo realizando las pruebas en centros médicos en lugar de in situ.
“Me parece muy apropiado cambiar el protocolo (…): que se tomen las muestras en un centro médico y no las instalaciones de la granja y que hayan pasado unos días desde el último contacto con el área contaminada. Todo esto, por supuesto, si hablamos de personas totalmente asintomáticas, como ocurrió en este caso.”
Un problema creciente. La gripe aviar es un problema que parece ir en aumento. En parte por la naturaleza de la enfermedad y en parte por el cambio en el modelo de explotación agraria, la enfermedad no solo preocupa a los expertos por su impacto económico, también por su potencial para afectar a los humanos.
Este doble negativo es una buena noticia por lo que nos dice de la capacidad del virus para afectarnos pero también por poner de manifiesto que los protocolos de vigilancia de la enfermedad han funcionado. A pesar de ello es también una llamada de atención por un simple motivo: podrían haber funcionado mejor.
Y es que el hecho de que este virus no tenga por ahora la capacidad de causar mayores problemas en humanos no implica que debamos relajarnos. Hace unos meses, un brote en una explotación en una granja de visones en Galicia preocupó en algunos. No es para menos, si las mutaciones permiten al virus afectar a otros mamíferos no es posible descartar su salto a humanos.
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La noticia Llevamos años preparándonos para la siguiente pandemia, dos falsos positivos de gripe aviar nos dicen que tenemos mucho que mejorar fue publicada originalmente en Xataka por Pablo Martínez-Juarez .