Los defensores del teletrabajo llevan tiempo argumentando que, entre otros beneficios, ahorra tiempo y dinero a trabajadores y empresas. Una afirmación que parece cierta a tenor de los datos de diferentes estudios, como uno publicado por el grupo de investigación WFH Research, que afirma que las personas que trabajan en remoto ahorran hasta seis horas a la semana en desplazamientos y en arreglarse (afeitado, maquillaje, ducha).
Un beneficio para estos empleados que, sin embargo, queda cercenado por las dificultades para desconectar que presentan muchos trabajadores en remoto, según los datos de ese mismo estudio. Un problema que hacen que los teletrabajadores aumenten su semana laboral unas tres horas, de media, con respecto a cuando iban a la oficina.
La investigación señala que los teletrabajadores ahorran, aproximadamente, unos 60 minutos al día en desplazamientos y alrededor de 10 minutos diarios al dedicar menos tiempo a acicalarse. Así, de media, los encuestados tardaban una media hora en ducharse, vestirse, afeitarse o maquillarse para ir a la oficina, mientras que para trabajar desde casa emplean menos de 20 minutos.
Sin embargo, tener el ordenador en la habitación de al lado o, en el peor de los casos, en el mismo cuarto donde se come, se ve la televisión o se duerme, provoca que los teletrabajadores tarden más en desconectar, o que realicen alguna tarea puntual fuera del horario laboral que alguien les haya pedido por algún dispositivo móvil.
El estudio que nos ocupa se ha realizado en Estados Unidos a través de 4.000 encuestas a otros tantos teletrabajadores de entre 20 y 64 años que ganaron 20.000 dólares o más, pero se puede aplicar perfectamente a nuestro país. Son muchas las voces que han argumentado que, efectivamente, el trabajo en remoto supone un ahorro de tiempo y dinero para el empleado. En una en investigación similar realizada en 2020, la Cámara de Comercio de España señalaba que teletrabajar podía suponer para el empleado un ahorro de entre 264 y 660 euros en transporte y hasta 616 euros en comida.
No obstante, ese mismo estudio de la Cámara de Comercio también subrayaba que trabajar desde casa podía provocar confusiones entre el horario laboral y la vida personal, que conllevaría una sobrecarga de trabajo.
No desconectamos
Otro estudio del mercado laboral español, en este caso de Infojobs, también señala que el teletrabajo ha empeorado nuestra capacidad para desconectar de nuestro empleo desde que comenzó la pandemia. Así, el 82% de los encuestados por el portal de empleo reconocía que atendía llamadas o respondía emails fuera del horario laboral, por el 63% que decía lo mismo antes de la llegada de la Covid.
Y de todos esos empleados que responden llamadas y correos electrónicos fuera de su jornada laboral, casi el 60% afirmaba que trabajar desde casa había contribuido a que tuviesen más dificultades para desconectar.
Varios estudios subrayan que esto sucede porque tenemos la necesidad psicológica de separar los espacios en los que realizamos diferentes actividades, en este caso nuestro trabajo de nuestra vida personal.
En este sentido, una investigación publicada en 2001 señalaba que los desplazamientos para ir al trabajo son una suerte de ritual que ayuda a separar, psicológicamente, la vida doméstica de la vida laboral, desconectando a la persona de las preocupaciones personales por las mañanas y de las laborales por la tarde. Un gran número de estudios realizados durante las últimas cuatro décadas muestran que este “distanciamiento psicológico” es crucial para el bienestar.
Las distintas investigaciones también apuntan que cambiar la identidad de casa a trabajo conlleva un esfuerzo cognitivo que una zona neutra de transición, como el transporte público o, simplemente, la calle, puede facilitar.
No obstante, el estudio de 2001 también especificaba que los beneficios psicológicos del desplazamiento a un lugar de trabajo sólo se daban cuando la oficina no distaba de casa más de 30 minutos, y alcanzaba todo su potencial si la distancia era de en torno a 16 minutos. En traslados de más de 35 minutos tenía efectos psicológicos negativos como mayor estrés o irritabilidad.
Estemos más o menos de acuerdo con que los desplazamientos ayudan a nuestra mente a diferenciar el espacio de trabajo del doméstico, lo que parece claro es que resulta beneficioso para nuestro bienestar mental separar de alguna forma el lugar en el que desarrollamos nuestro empleo del de nuestra vida cotidiana, ya sea yendo a la oficina, a un coworking o creando un despacho en casa en una habitación separada del resto de estancias. Aunque esto último no siempre es posible.
Imagen | Olia Danilevich (Pexels)
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La noticia La paradoja del teletrabajo: seis horas menos de desplazamientos a cambio de tres horas más de jornada fue publicada originalmente en Xataka por Pablo Rodríguez .