Las presas son colosales obras de ingeniería que aportan numerosos beneficios a las urbes circundantes, como energía y protección ante inundaciones. Sin embargo, suelen ir acompañadas a menudo de controversias nacionales e internacionales, normalmente por una ambición humana desenfrenada. Y ninguna presa ha adquirido tanto renombre (y polémica) como la presa china de Las Tres Gargantas, uno de los proyectos de construcción más titánicos del planeta y la presa hidroeléctrica más grande del mundo.
Su embalse conectado es capaz de contener un volumen de agua tan grande que ha cambiado la rotación de la Tierra, extendiendo la duración del día en 0,06 microsegundos. Te explicamos cómo.
Las tres gargantas. Construida a lo largo del río Yangtze en la provincia de Hubei, fue planeada en 1919 por el primer presidente de la República de China, Sun Yat-sen, como medida para controlar las inundaciones del río y generar energía. Pero, sobre todo, para convertirse en un símbolo del poder de China. Aunque su construcción no comenzaría hasta diciembre de 1994 y se pondría en funcionamiento en 2009.
La presa es enorme. Tiene más de 2 kilómetros de largo y 182 metros de alto. Cuando está en su punto máximo, puede contener 42.000 millones de toneladas de agua. Basta decir que se necesitaron 510.000 toneladas de acero para construirla, lo que se necesitaría para erigir 60 torres Eiffel.
¿Para qué sirve? Tiene tres objetivos: control de inundaciones, producción de energía hidroeléctrica y mejorar la navegación. Hay que tener en cuenta que Las Tres Gargantas genera hoy 11 veces más energía que la gigantesca presa Hoover, la central eléctrica más grande del mundo con 22.500 MW. Y mediante 34 enormes generadores, sustenta a gran parte de la nación china. Además, ayuda a mantener a raya al río Yangtze, el tercero más largo del mundo, durante la temporada de inundaciones protegiendo ciudades adyacentes como Wuhan, Nanjing y Shanghai.
Ha ralentizado la rotación de la Tierra. Sin embargo, hay un precio a pagar por almacenar tanta cantidad de agua. Una vez lleno el embalse de la presa, el peso de la masa, que es de más de 39 billones de kilos, es suficiente para cambiar ligeramente la rotación de la Tierra. ¿Cómo? La clave está en la inercia. La inercia de la Tierra depende de su masa (agua) y de la distribución de esa masa con respecto al eje de rotación. El eje de la Tierra es un polo imaginario que atraviesa el centro de la Tierra de “arriba” a “abajo”. La Tierra gira alrededor de este polo y realiza una rotación completa cada día.
Pero a medida que la masa se redistribuye en el planeta, este cambio altera ligeramente la rotación. Y cuanto mayor sea la distancia de una masa (reubicación del agua de otras zonas hacia el embalse chino) a su eje de rotación, más lento girará, por lo tanto afecta a la duración de los días de la Tierra. Para entender el fenómeno sólo hace falta visualizar el movimiento de giro de un patinador sobre hielo: si su masa está distribuida uniformemente (por ejemplo recogiendo sus brazos hacia el cuerpo), girará mejor y más rápido después de unas cuantas vueltas. Si la masa cambia, la rotación y el giro también cambian.
El resultado. Eso quiere decir que elevar 39 billones de kilogramos de agua a 175 metros sobre el nivel del mar aumenta la inercia de la Tierra y, por tanto, ralentiza su rotación. Sin embargo, según la NASA, el impacto es mínimo. Sus científicos calcularon que el cambio de tal masa aumenta la duración del día en sólo 0,06 microsegundos y hace que la Tierra sea sólo un poco más redonda en el centro y más plana en la parte superior.
Ha pasado otras veces. De hecho, cada año se producen cientos de fenómenos que alteran ese movimiento. El tsunami que azotó el sureste asiático en 2004 o el terremoto de Chile de 2010 también afectaron a la rotación del planeta. La NASA confirmó entonces que el terremoto de Indonesia de 2004 había disminuido la duración del día en 2,68 microsegundos.
¿En qué nos afecta a nosotros? En nada. Aunque suene muy impactante, la realidad es que no vamos a notar cambio alguno. Miguel Sevilla, vicedirector del Instituto de Astronomía y Geodesia, defendía hace años en este artículo de La Información que estos fenómenos “no tienen mayor trascendencia, aparte de los cuantiosos daños materiales y humanos que provocan”. Aunque sirven para avisarnos de “los efectos que tienen en las personas, edificios y en la naturaleza”.
Otras polémicas que sí importan. De hecho, más allá de cómo afecta esta presa china a la rotación de la Tierra, el proyecto ha estado plagado de otras controversias que sí afectan significativamente a la vida de los humanos y los ecosistemas. Una de ellas es la cantidad de daño que causa al medio ambiente. Se estima que el 70% del agua dulce de China está contaminada y la presa podría estar empeorando la situación, ya que se asienta sobre antiguas instalaciones de residuos y operaciones mineras. Cada año se depositan 265 millones de galones de aguas residuales sin tratar en el río Yangtze.
Por otro lado, cuando se construyó el proyecto, 1,2 millones de personas se vieron obligadas a reubicarse en nuevos hogares. Y actualmente, el gobierno chino todavía está migrando gente fuera de la zona.
Imagen: Flickr (beyondhue)
En Xataka | La demolición del mayor complejo de presas del mundo ha comenzado. Su polémico objetivo: resucitar a un río
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La noticia La presa de las Tres Gargantas es tan descomunal que ha provocado algo inesperado: alargar los días de la Tierra fue publicada originalmente en Xataka por Albert Sanchis .