Galactic Starcruiser fue el pomposo nombre que recibió el primer hotel temático basado en ‘Star Wars‘ del mundo. Su inauguración estaba prevista para primavera de 2022 dentro de Disney World en Orlando, Florida, y era un auténtico lujo destinado solo a los fans más pudientes y entregados. 4.809 dólares era el precio que podía llegar a costar la experiencia de dos noches para una sola persona
Había precios más económicos, eso sí, pero todos pueden ser calificados de astronómicos: una única noche, 1.209 dólares por huésped, 5.299 dólares por dos noches para una pareja con niño en una habitación especial que imitaba la cabina del Halcón Milenario. Cien habitaciones, el hotel más caro de Disneyland. Y también uno de los negocios más ruinosos que jamás ha puesto en pie Disney.
El motivo de ese precio: estamos, más que ante un hotel, ante un pequeño parque de atracciones temático para niños grandes y ricos. Un salto hiperespacial nos lleva al crucero espacial Halcyon, donde nos encontraremos desde estancias especiales como el casino o la cantina a actores encarnando a personajes como Rey, Chewbacca o Kylo Ren. Hasta hay algo de juego de rol en la visita: se podría ser parte de la Primera Orden o de la Resistencia, y eso condicionaría la estancia en el hotel con pequeñas misiones y entretenimientos.
Y una vez dentro, una serie de actividades que entroncan más con el espíritu de un crucero y sus entretenimientos multidisciplinares que con un hotel al uso: tutoriales de combate con sables láser, paseos virtuales en X-Wing e incluso una excursión al planeta Batuu. Por supuesto, hay multitud de contenido adicional que se puede sumar a la experiencia por módicos precios, como vestir túnicas jedi o alquilar vestidos de gala de la alta sociedad de Coruscant.
Al filo de la galaxia
Este proyecto iba a ser el núcleo y punto más atractivo (y envidiable) de Galaxy’s Edge, el rincón de Disneyland ambientado en el universo ‘Star Wars’ que la compañía había inaugurado en 2019 con un coste de mil millones de dólares y que incluía dos atracciones, cinco restaurantes y nueve tiendas. Antes de la inauguración de Galactic Starcruiser en marzo de 2022, Galaxy’s Edge ya daba signos de que no estaba funcionando del todo bien, con cifras de asistencia menores de lo esperado. El déficit de ingresos se disparó, finalmente, con la llegada del COVID en 2020.
Disney pensó, entre toda la incertidumbre, que debía apostar por lugares seguros y cerrados donde los clientes no temieran contagiarse. Así apostó por este edificio colosal que, sin embargo, un año y medio después de su apertura, en primavera de este año, tuvo que anunciar que cerraría las puertas, ya que de la sequía inicial se pasó a una situación de apenas reservas. El pasado 30 de septiembre, un año y unos pocos meses después de su inauguración, el Halcyon hizo su último viaje, y las reservas que había para fechas posteriores fueron reembolsadas a los clientes.
Historia de un accidente
La debacle del proyecto comenzó desde el principio, cuando Disney se topó de bruces con la realidad: solo un año después de su inauguración, en marzo de 2023, anunció que a partir de octubre solo aceptarían dos reservas semanales, en vez de las tres o cuatro que aceptaban al principio. No les dio tiempo ni de hacer efectivo ese cambio con el reciente cierre en septiembre. Y no es la única bofetada que ha recibido recientemente el negocio de los parques de atracciones.
Junto al anuncio del adiós a Galactic Starcruiser, el CEO de Disney Bob Iger anunció que abandonaban los planes de construir en Lake Nona, Florida, un campus donde iban a reubicar a nada menos que dos mil empleados desde California. Era un plan que llevaba en pie desde julio de 2021, propuesto por el anterior CEO de la compañía, Bob Chapek. La fecha inicial de traslado era 2022-2023, pero pronto se retrasó a 2026, antes de anunciar que el proyecto quedaba cancelado.
En realidad, este último retraso está relacionado con el largo conflicto que Disney mantiene con el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y que tiene que ver entre otras cosas con la oposición de la compañía a la infame ley ‘Don’t Say Gay’ del gobernador. Y que lleva, por cierto, otra polémica de la mano: animadores de Pixar afirmando que la compañía apoya al colectivo gay de cara a la galería y luego hace lo contrario internamente.
Han sido 350 millones de dólares que Disney se deja por el camino en solo el año y medio de vida que ha tenido el Galactic Starcruiser, después de invertir 400 en la construcción. Tal y como contaba a Forbes el consultor especializado en el sector Dennis Spiegel, “en el sector de los parques temáticos, vivimos de las visitas repetidas”, pero el elevado precio del Galactic Starcruiser hacía prohibitiva esta práctica.
Pese a este fiasco momentáneo, cabe recordar que a Disney no le va mal con sus parques: de hecho, es el núcleo de su negocio. Mientras que Disney+ es una sangría de dinero y suscriptores que aún no está muy claro cómo se va a rentabilizar, los parques dan beneficios consistentes: el año pasado, por ejemplo, de cerca de 8.000 millones de dólares.
El desastroso fallo de cálculo del Galactic Starcruiser parece venir de una suma de factores: Spiegel habla de que solo 100 habitaciones no permitían recuperar muy por los pelos el monstruoso gasto de un hotel de alta tecnología y donde casi todo el personal son actores. A eso se añadía el cambio de CEO, la crisis generalizada y el mal momento post-COVID para los parques. Un pequeño desastre que no debe hacernos olvidar, en cualquier caso, que si Disney sigue siendo un gigante del entretenimiento, lo es gracias a proyectos en parques como este.
Cabecera: Disney
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La noticia La catástrofe del hotel de ‘Star Wars’: 3.000 euros por noche en una película interactiva de 350 millones de dólares fue publicada originalmente en Xataka por John Tones .