Comprar una vivienda se ha convertido en una misión casi imposible en España. El mercado inmobiliario no parece tener techo y alquilar un piso o pagar la mensualidad de una hipoteca se ha convertido en una alternativa (y una pesadilla) que empeora cada año. En Barcelona, los alquileres han vuelto a marcar un récord histórico por enésima vez desde la pandemia y ya cuestan 1.123 euros de media al mes. Algo que supone el 40% de los ingresos medios de sus habitantes.
Ante esta situación, ávidos de sacar rédito económico, algunos propietarios de embarcaciones en los puertos de Barcelona están alquilando sus barcos para que la gente viva en ellos. El problema es que es una práctica ilegal.
Vivir en un velero: 900 euros. “Alquiler de piso en Paseo Marítim del Port Olímpic. Treinta metros cuadrados, tres habitaciones, bajo exterior sin ascensor. Incluye una terraza que tiene orientación norte, sur, este y oeste. ¡El barco es sólo para ser utilizado como alojamiento y no se puede sacar!”. Se trata de un anuncio publicado en el portal de alquiler y compraventa de viviendas Idealista, en el que se ofrece en alquiler un velero para uso habitacional durante un par de meses.
Para vivir esta “experiencia diferente”, hay que tener en cuenta que los baños y la lavandería “son compartidos en el puerto deportivo, accesible solo para los propietarios de las embarcaciones”. El internet son 20 euros y se busca “un perfil tranquilo de pareja o de dos amigos que tengan más de 30 años. El anuncio, como es evidente, fue retirado a los pocos días ya que la política de empresa de la plataforma impide anunciar todo lo que no sean viviendas (tiendas de campaña, furgonetas o barcos).
La tendencia. Durante los últimos años, la masificación y la crisis habitacional de Barcelona se ha cebado con el último enclave al que le faltaba desgastar: los puertos de la capital catalana. La gente ha encontrado sobre el mar una forma singular (y muy barata) de alojarse en Barcelona. O al menos más barata que pernoctar en el centro de la ciudad. Sin embargo, el uso de embarcaciones destinadas al alojamiento y no a la navegación ha creado un polémico debate desde hace tiempo.
¿Es legal? En este caso, no. Tal y como se menciona en este artículo de El País, el anunciante no lo oferta como un piso turístico, sino como un piso en alquiler de temporada, hasta febrero. Además, el velero anunciado está en el Port Olímpic, un club náutico dependiente de los Serveis Municipals donde, según su página web, “queda prohibido el uso de la embarcación autorizada para usos habitacionales, residenciales, hoteleros u otros tipos de usos y actividades turísticas, salvo autorización expresa”.
Además, la ley catalana de puertos de 2019 es tajante en ese aspecto:
“Por lo que respecta al régimen de uso, la ley da cobertura expresa a la estancia de las tripulaciones en la embarcación, como complemento a la actividad principal, que es la navegación, siempre que se comunique a la dirección del puerto. Se prohíbe expresamente el uso de artefactos para usos habitacionales, residenciales, hoteleros o para otros tipos de usos y actividades turísticas”.
¿Por qué? Las autoridades portuarias han alertado durante años de los peligros de seguridad que implican estas prácticas. Desde el organismo señalan que el hecho que las personas que acceden a un barco para dormir o vivir no tengan nociones náuticas es un “peligro para el resto de habitantes de un puerto”. Según comentaba una responsable en este artículo de eldiario.es, los turistas que acceden a los barcos desconocen normas tan mínimas como la prohibición de fumar en la popa del yate: “Un día tendremos un disgusto”.
Además, el alquiler de una de estas embarcaciones supone disponer de un título válido para su uso o la contratación de un patrón. Es lo que exige el Puerto Olímpico, además de la lista de tripulantes, con tal de evitar que los yates no se muevan de sus amarres y funcionen como hoteles flotantes.
En la plataforma Airbnb. A pesar de lo que dice la ley en Cataluña, encontrar ofertas para dormir en puertos de Barcelona era relativamente fácil. Los precios van desde los 20 hasta los 300 euros e incluyen diferentes servicios: televisión, desayuno, facilidades para cocinar o incluso acceso a los lavabos y duchas mantenidos por el Port Olímpic.
El precio de la vivienda, disparado. En Magnet hemos contado a través de varios artículos cómo el gran grueso de la población se ha visto abocado a la única alternativa posible: alquilar. Un alquiler ya absorbe más de la mitad del Salario Mínimo Interprofesional. Y sucede en toda España, incluso en las ciudades menos demandadas como pueden ser Lugo, Jaén o Huelva. Según el portal inmobiliario Idealista, el precio medio del alquiler se ha incrementado un 9,3% este año. Y en el caso de las zonas más caras, como Madrid o Barcelona, los precios se disparan hasta tal punto que se necesitan casi tres salarios mínimos para costear un mes de alquiler.
Imagen: Idealista
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La noticia La vivienda en Barcelona está tan cara que la gente ha empezado a alquilar barcos. El problema es que es ilegal fue publicada originalmente en Xataka por Albert Sanchis .