La semana pasada llegaba la confirmación: Comisión, Parlamento y Consejo Europeo llegaban a un acuerdo para prohibir la venta de coches nuevos con motores de combustión a partir de 2035. Una decisión que, sin embargo, cuenta con algunas pequeñas excepciones. La más llamativa, la que hacer referencia a los “coches neutros”.
2035. “Querría un coche de gasolina”. “No tenemos. Ni gasolina, ni diésel, ni híbridos de ningún tipo“. Esta es la conversación que deberíamos escuchar en cualquier concesionario a partir del 1 de enero de 2035. Si es que, por entonces, seguimos comprando los coches en los concesionarios.
Es la decisión que ha tomado la Unión Europea. Después de muchas conversaciones, se ha llegado al primer gran acuerdo de Fit 55, el proyecto con el que se aspira a reducir las emisiones contaminantes en el Viejo Continente en un 55% de aquí a 2030. En las conversiones, sin embargo, países como Alemania o Italia han conseguido colar algunas excepciones.
1.000 unidades. Es el límite máximo de unidades que puede vender una marca para que de sus fábricas sigan saliendo motores de combustión. La Unión Europea entiende que una tirada tan escueta de automóviles no tiene un impacto significativo en el medio ambiente y, por tanto, que podrán seguir vendiéndose a pesar de los planes iniciales.
O coches neutros. Es la otra excepción. En el acuerdo al que se ha llegado en el seno de las instituciones europeas se plantea que se podrán seguir vendiendo aquellos automóviles que funcionen con “combustibles neutros en CO2”. Una definición vaga pero que aún nos da algunas pistas sobre su uso.
Cuando hablamos de vehículos que funcionan con combustibles neutros, todas las miradas se fijan en los combustibles sintéticos. Éstos no dependen de los restos fósiles y aprovechan CO2 de la atmósfera durante su proceso de producción, por lo que, en la suma y resta de emisiones, deberían ser completamente neutros.
Para unos pocos. El problema de los combustibles sintéticos es que, de momento, siguen sin ser neutros en emisiones de CO2. Audi, que había hecho una gran inversión la década pasada, ha decidido dejarlos a un lado, como a sus motores de combustión. Porsche, sin embargo, insisten con la idea. Y BMW también confía en su uso para seguir desarrollando motores de combustión de seis y ocho cilindros.
Esto nos da una idea del camino que están tomando los combustibles sintéticos. De conseguir convertirse en “combustibles neutros”, todo indica que estarán destinados a unos pocos que puedan pagar a aquellas marcas que sigan desarrollando propulsores de ventas muy bajas y, además, puedan mantener el depósito de unos combustibles de muy baja producción. Los costes, por tanto se esperan altísimos.
Retos complicados. Si la dificultad de hacer viable un combustible de baja producción con pocos vehículos en el parque automovilístico, más allá de la competición, no fuera suficiente, éste no es el único problema de los “combustibles neutros”. También tendrán que mejorar su alta ineficiencia frente a un coche eléctrico (gráfico superior) y enfrentarse a Euro 7.
Para que los combustibles sintéticos sobrevivan, no servirá algo tan sencillo como “ser neutros en CO2”. Con la nueva normativa Euro 7 no sólo se prevén duras limitaciones para estas emisiones, también en PMx (partículas en suspensión) y en NOx. Dos de los problemas más importantes en las ciudades. De hecho, ya se ha planteado estudiar qué emisiones pueden expulsar los frenos de disco de nuestros futuros coches.
Tampoco es la solución. Igual que quemar combustibles sintéticos se ha planteado y tienen en la competición uno de sus principales valedores, también se ha puesto a prueba al hidrógeno como combustible para hacer funcionar los motores de combustión. Pero sus resultados no están siendo demasiado buenos.
Lo cierto es que no sólo Toyota trabaja con esta alternativa, Porsche también ha simulado esta posibilidad, aunque solo digitalmente. El problema, una vez más, es el mismo que antes: se sigue expulsando NOx durante su empleo. Una vez más, debemos esperar a conocer qué reglas definirán Euro 7, pero no pinta nada bien para nada que no sea un coche eléctrico.
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La noticia Los “coches neutros” podrán seguir circulando a partir de 2035. El único problema es que no existen fue publicada originalmente en Xataka por Alberto de la Torre .