Si eres un aficionado de la movilidad eléctrica probablemente sepas que el Tesla Roadster original está basado en el Lotus Elise. La primera unidad de este icónico coche, como posiblemente te imaginas, fue entregada en 2008 al líder de la compañía, Elon Musk. Pero hay al menos otro vestigio de Lotus en la vida del empresario, un capricho que le costó casi un millón de dólares, aunque el propietario anterior lo había conseguido por una ganga.
Para sumergirnos en esta historia debemos mirar hacia atrás. En septiembre de 2013, como recoge la BBC, Musk desembolsó 998.000 dólares por el vehículo utilizado en la película ‘The Spy Who Loved Me’ de James Bond. Se trataba del Lotus Esprit del filme de 1977 conducido por el agente 007 (Roger Moore) que salta desde un muelle, se convierte en un submarino y dispara un misil que destruye al helicóptero que le perseguía.
El “coche” que no funciona en carretera (y tampoco bajo el mar)
Aquel Lotus Esprit realmente tenía poco de coche. Si tenemos en cuenta el año en el que se rodó la película, descubriremos que por aquellos tiempos los recursos cinematográficos eran limitados. Hoy contamos con técnicas avanzadas de CGI que nos permiten obtener escenas fantásticas (no tan fantásticas en algunos casos de Marvel). Así que, si querías mostrar un coche submarino, básicamente debías construirlo, y eso es lo que hicieron.
Como señala Auto Evolution, la producción de ‘The Spy Who Loved Me’ encargó a Perry Oceanographic la construcción de un submarino no presurizado basado en la carrocería del Lotus Esprit. Este artilugio, que costo poco más 100.000 dólares, contaba con un sistema de propulsión conformado por cuatro motores eléctricos y un sistema de dirección de cuatro aletas. Era operado por dos buzos con sus correspondientes equipos.
“Wet Nellie”, que es como se conocía el vehículo en el set, era muy diferente a lo visto en las escenas de la película. En realidad, no tenía interior de coche, sino que contaba con la plataforma de operación para los buzos y elementos del sistema de propulsión visibles. Lo cierto es que el Lotus de James Bond fue más allá del ámbito de rodaje, con sus cristales recubiertos para ocultar su interior, fue llevado a la gira promocional.
Después del mencionado tour de marketing, la productora cinematográfica llevó el vehículo hasta un depósito en Long Island, Nueva York, y pagó por adelantado los gastos relacionados a su almacenamiento por una década. Los años pasaron y, como nadie reclamó el contenido del contenedor en el que había sido guardado, este se preparó para una subasta. Y aquí es donde aparece uno de los elementos más curiosos de esta historia.
En 1989 alguien pagó 100 dólares por el contenedor sin saber qué había en su interior. Al abrirlo descubrió un vehículo de aspecto extraño, sin ruedas y cubierto por mantas. Tras descubrir que se trataba de una de las piezas de rodaje de ‘The Spy Who Loved Me’, este hombre se dio a la tarea de restaurar “coche”. Después de décadas exhibiéndolo en diferentes museos, el nuevo propietario decidió subastarlo y acabó en manos de Musk en 2013.
Si bien en la subasta Wet Nellie se presentaba como un vehículo con la capacidad de navegar bajo el agua, el paso de los años pareció comprometer aquella funcionalidad, por lo que ya no podía sumergirse. “Fue increíble ver cuando era niño en Sudáfrica a James Bond en The Spy Who Loved Me conducir su Lotus Esprit”, dijo el empresario en comentarios a The Guardian. Bromeando, añadió que le añadiría un motor de Tesla para transformarlo en un coche-submarino real.
Imágenes: Karen Roe (Wikimedia Commons) | Eon Productions
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La noticia Cuando alguien pagó 100 dólares por el Lotus de James Bond y se lo vendió a Elon Musk por casi un millón de dólares fue publicada originalmente en Xataka por Javier Marquez .