Los retretes son una pieza clave en nuestra higiene cotidiana. Por poca atención que les prestemos estos elementos de nuestro baño mejoran notablemente nuestra calidad de vida y nos protegen de tener que exponernos a numerosas bacterias. Sin embargo, siempre hay espacio para la mejora.
Proteger y exponer. Los váteres convencionales utilizan chorros de agua para llevarse consigo nuestras deposiciones, orina u otros objetos que echamos en ellos. Pero tienen un problema: los chorros de agua causan salpicaduras.
Diversos estudios han comprobado que estas salpicaduras suelen portar consigo virus y bacterias. Normalmente éstas salpicaduras no implican tanta carga microbiana como para causar infecciones, pero pueden contribuir a ellas, al menos cuando el baño es utilizado por personas que puedan padecer determinadas infecciones por patógenos como los norovirus, o los poliomavirus humanos.
Es por eso que existen investigadores dedicados a entender cómo se propagan este tipo de patógenos en ambientes como los baños, para poder reducir en la medida de lo posible su impacto.
“Baños secos”. Si el problema viene de las salpicaduras de agua, la solución propuesta por algunos expertos son los baños secos. Esta categoría puede abarcar un gran número de mecanismos con el único rasgo común de no utilizar agua como forma de arrastrar consigo todo aquello que arrojemos al inodoro.
Habitualmente este tipo de baños son de utilidad en entornos con escasez de agua. La materia orgánica vertida por estos inodoros simplemente se composta, aunque el proceso de compostaje es un tanto distinto al que podríamos imaginar y se centra simplemente en un cambio químico entre la materia orgánica expulsada y una materia con menor cantidad de patógenos y más semejante en estructura a la tierra.
Los baños secos no tienen por que basarse en mecanismos simples anteriores a la adopción de los retretes convencionales por lo que a menudo se plantean como una alternativa más ecológica si no más higiénica. Una de las técnicas utilizadas por este tipo de sanitarios secos es la de los biocidas, como por ejemplo los baños secos con polímeros biocidas integrados.
Divide y vencerás. Los baños secos no son el único mecanismo que los ingenieros han propuesto para hacer más higiénicos los inodoros. Los inodoros con separación de orina tienen un nombre que explica bien su función: cuentan con una zona diferenciada por la que se desaguan las heces y otra para la orina.
Un estudio reciente comparó este tipo de inodoros con los tradicionales para descubrir que proyectaban hasta 10 veces menos virus. Para comparar ambos mecanismos utilizaron dos tipos de bacteriófagos, MS2 y T3, y analizaron su proyección en un plástico colocado sobre el inodoro.
Tecnologías complementarias. La combinación de ambos mecanismos (baños secos y con separación de orina) aprovecha las ventajas de cada mecanismo. La ventaja está en el hecho de que la orina hace el proceso de compostaje de las heces más difícil.
La urea presente en la orina se convierte en amoniaco, lo cual tiene dos efectos nocivos: por una parte genera un olor desagradable; y por otro mata a los microorganismos encargados de compostar las heces y convertirlas en “tierra”. Y a pesar de ello el amoniaco no aparece en cantidades suficientes como para matar a posibles parásitos.
Historia de un invento que salva vidas. El retrete es uno de esos inventos que no solo forman parte esencial de nuestro día a día, también mejora mucho nuestra calidad de vida; a pesar de lo cual no le concedemos gran atención. Los inodoros fueron incorporándose poco a poco conforme los sistemas de alcantarillado fueron desarrollándose en las ciudades, pero con el uso de fosas sépticas su uso se ha extendido mucho más allá de estas.
Sin embargo este modelo presenta problemas además de los potenciales efectos nocivos de sus salpicaduras. El más evidente es su consumo de agua, difícilmente sostenible en muchos lugares. “Creo que deberías hacer entender a la gente lo estúpido que es poner caca en el agua limpia”, explicaba en una entrevista Cecilia Lalander, ingeniera de la Universidad de Ciencias Agrónomas de Uppsala.
Además, pese a la existencia de infraestructuras para la gestión y tratamiento de estos residuos, no son raras las ocasiones en las que acaban vertidos en ríos o en el mar antes de su adecuado tratamiento. Esto es especialmente cierto cuando las inundaciones saturan los canales. Puesto que el problema de las inundaciones parece cada vez más prevalente, nuevas soluciones van a ser necesarias a la hora de gestionar todo lo que desaguamos por nuestros retretes.
Imagen | Kerttu
– La noticia El futuro de la higiene son los “baños secos”: cada vez tenemos más claro que tienen menos bacterias fue publicada originalmente en Xataka por Pablo Martínez-Juarez .