Euro 7 aspiraba a ser el futuro del coche europeo. Ahora ocho países le han declarado la guerra

Euro 7 aspiraba a ser el futuro del coche europeo. Ahora ocho países le han declarado la guerra

Quedan 763 días para que entre en vigor la nueva normativa europea de emisiones para vehículos de pasajeros. Sí, quedan dos años, un mes y dos días para empezar a aplicar los nuevos criterios que se impongan con Euro 7. De momento, hay ocho países en Europa que no están por la labor de sacar la nueva norma adelante.

En el aire. Con apenas dos años por delante por adaptarse, el futuro de la normativa europea Euro 7 de emisiones está en el aire. Sus límites de emisiones marcarán las partículas máximas que podrán expulsar los vehículos de combustión hasta su prohibición más allá de 2035.

Pero en estos momentos, Europa se encuentra dividida. Francia, Italia, República Checa, Rumanía, Hungría, Polonia, Bulgaria y Eslovaquia se oponen a una nuevo texto que complicará mucho los planes de combustión de los fabricantes. Especialmente con un margen de tiempo tan corto desde su posible aprobación hasta el inicio de su implantación. El 1 de julio de 2025, los vehículos que se homologuen en Europa ya deberían cumplir con Euro 7.

Una pequeña rebelión. Hasta hace unos meses parecía que el rodillo europeo aprobaría sin problemas la prohibición de vender vehículos con motores de combustión más allá de 2035. A este proceso le queda un último trámite, después de que Alemania consiguiera forzar la permisividad ante el uso de combustibles sintéticos.

Antes de su rechazo, ya se contemplaba la posibilidad de vender motores de combustión capaces de funcionar con los efuel. Siempre y cuando estos combustibles sintéticos no expulsaran emisiones contaminantes, algo imposible hoy en día. Finalmente, se decidirá que sean neutros en carbono, lo que no impedirá que puedan lanzar a la atmósfera emisiones NOx, algo imposible en la redacción anterior.

Más presiones. La oposición política alemana tenía mucho sentido de cara a sus propios ciudadanos y, sobre todo, fabricantes. Porsche está construyendo una planta para la producción de combustibles sintéticos y BMW ya aseguró que seguirá desarrollando motores de combustión. Sin embargo, es de esperar que este tipo de automóviles queden reservados a una minoría.

Pero el rechazo alemán ha demostrado que es posible frenar las medidas europeas. Italia, que ya se posicionó con Alemania ante los efuel, ha mantenido su oposición ante la llegada de Euro 7. Francia es el otro gran país que se muestra contrario a esta nueva normativa siguiendo, como sucedió en el caso alemán, la corriente de pensamiento que promueven los grandes fabricantes de su país.

Euro 7. Con Euro 7, la Unión Europea quiere reducir drásticamente el volumen de emisiones máximas a expulsar a la atmósfera. De momento, no se ha decidido de qué cifras estamos hablando pero sí hay una fecha que está a punto de ser aprobada: 2030. En este año, los coches con motores de combustión tendrán que ser obligatoriamente híbridos enchufables si quieren cumplir con los límites contaminantes impuestos.

El objetivo que busca la Unión Europea es articular una nueva normativa de emisiones que dé cobertura a los pasos que se irán dando en los próximos12 años, con la meta en 2035 y para asegurar que en 2030 se cumpla la reducción del 55% de las emisiones en los vehículos de pasajeros. O, en otras palabras, forzar con un nuevo reglamento a los fabricantes para que éstos cumplan los objetivos.

El grito en el cielo. La respuestas de las firmas ha sido, una y otra vez, contraria a esta nueva reglamentación, especialmente entre fabricantes tradicionales que ven cómo sus coches tendrán que electrificarse sensiblemente para poder cumplir con las obligaciones europeas.

En su campaña, hemos visto cómo ACEA anticipa un número ínfimo de vehículos cumplidores con Euro 7, el aviso de un aumento sensible de los precios, la desaparición de los utilitarios (como el Volkswagen Polo) o las exigencias de saltar, directamente, a 2035 y su prohibición.

Tirando del carro político. Algunos de los directivos más beligerantes con Euro 7 están siendo Carlos Tavares, CEO de Stellantis, y Luca de Meo, CEO de Renault. Ambos consideran que el coche eléctrico chino tiene una oportunidad de oro para entrar en Europa y comerse gran parte de su mercado y que la Unión Europea no los está protegiendo. Además, consideran que Euro 7 sólo servirá para ponerles más trabas.

Sus voces ya han sido escuchadas en Francia. El país se posiciona, de momento, contrario a la aprobación de Euro 7 y Emmanuel Macron, su presidente, ultima los detalles para aplicar medidas proteccionistas en la venta de coches eléctricos, impidiendo que obtengan subvenciones aquellos automóviles fabricados en China.

De momento, mañana quedarán 762 días para que, supuestamente, empiece a aplicarse Euro 7. Y las posiciones parecen más enconadas que nunca hasta ahora.

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Foto | Renault


La noticia Euro 7 aspiraba a ser el futuro del coche europeo. Ahora ocho países le han declarado la guerra fue publicada originalmente en Xataka por Alberto de la Torre .

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