La posibilidad de que China y Taiwán lleguen a las manos es muy real. Tan real, de hecho, que a principios del pasado mes de agosto Mark Liu, el director general de la compañía taiwanesa TSMC, que es el mayor fabricante de chips del planeta, aseguró durante una entrevista emitida por la cadena estadounidense CNN que si la tensión se sigue incrementando y finalmente se desencadenase un conflicto bélico su empresa se vería obligada a paralizar sus fábricas de semiconductores.
No obstante, esto no sería lo más preocupante. Las vidas de miles de personas se verían gravemente afectadas de una forma directa; otros países, entre los que estaría Estados Unidos, se involucrarían en el conflicto; la economía global se vería seriamente vapuleada y el orden mundial quedaría alterado. Confiemos en que el clima de tensión actual se relaje y no suceda nada de esto, pero los indicios que tenemos delante no son tranquilizadores. No lo son en absoluto.
Y es que el Gobierno de Taiwán ya está tomando precauciones con las que pretende anticiparse al peor de los escenarios y proteger, en la medida de lo posible, su actividad económica. Su principal fuente de riqueza es, precisamente, la industria de los semiconductores, y un conflicto bélico con China podría aislar completamente esta isla de su entorno, dañando de una manera irreparable un sector que en gran medida depende de su relación con el exterior. Los mensajes que emite la CIA desde Estados Unidos no son precisamente tranquilizadores.
Taiwán prepara una red de satélites similar a Starlink de SpaceX
Durante los últimos cinco años los cables submarinos que conectan a internet las islas Matsu, un pequeño archipiélago administrado por el Gobierno de Taiwán, han sido cortados 25 veces. Y en todas estas ocasiones las personas que viven en estas islas se han quedado sin conexión a la red. Son demasiadas veces para atribuir estos cortes a una desafortunada cadena de incidentes fortuitos. Y, además, las aguas del estrecho de Taiwán son transitadas constantemente por innumerables buques chinos que podrían llevar a cabo con relativa facilidad maniobras para dañar esta infraestructura de comunicaciones.
Taiwán no se puede permitir que suceda algo similar en su isla principal, que no es otra que la que aglutina a la mayor parte de sus más de 23 millones de habitantes. Y es que la Isla de Taiwán no acoge únicamente a la capital de la República de China, Taipéi; en ella está centralizada también la mayor parte de su actividad económica. De hecho, las principales plantas de semiconductores de TSMC y UMC, y las instalaciones más relevantes de MediaTek, que es el segundo mejor cliente de TSMC después de Apple y una de las mayores empresas de diseño de circuitos integrados del planeta, están alojadas en esta isla.
Si los cables submarinos que la conectan a internet dejasen de cumplir su cometido la actividad de estas y otras empresas se vería seriamente perjudicada. De hecho, en gran medida Taiwán quedaría aislada del resto del planeta. En la coyuntura actual no resulta en absoluto descabellado prever que lo primero que haría China si finalmente entrase en guerra con Taiwán sería intentar aislarla completamente cercenando su infraestructura de comunicaciones. La Administración taiwanesa es plenamente consciente de esta posibilidad, y, por esta razón, ha elaborado un plan: pretende poner a punto su propia red de satélites de comunicaciones con la capacidad de proporcionarle, entre otras cosas, conexión a internet.
La Comisión Nacional de las Comunicaciones de Taiwán acusó formalmente el mes pasado a los buque chinos que transitan las aguas del Estrecho de ser los responsables de la interrupción de la conexión a internet de las islas Matsu. De hecho, todavía no se han recuperado del último corte, que tuvo lugar hace pocas semanas. Además, esta acusación formal ha acelerado algo que lleva en marcha varios meses: la creación de una red de satélites que tendrá un rol similar al de Starlink, la red de SpaceX que ha proporcionado conexión a internet a Ucrania durante buena parte de su guerra con Rusia.
Audrey Tang, la ministra de Desarrollo Digital de Taiwán, declaró la semana pasada que el Gobierno dará la máxima prioridad a este proyecto con el propósito de restaurar la conexión a internet de las islas Matsu. No obstante, es evidente que en última instancia lo que pretende la Administración taiwanesa es poner a prueba esta infraestructura con el propósito de garantizar que la Isla de Taiwán no se quedará aislada si se produce una injerencia de China. El eco de esta agresión, si finalmente se produjese, se escucharía también más allá de las fronteras de Taiwán porque algunas empresas extranjeras, como Google, tienen grandes centros de datos en la isla principal de la República de China.
Imagen de portada: Pixabay | NASA
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– La noticia Taiwán tiene un plan para no quedarse aislado si entra en guerra con China. Y pasa por el espacio fue publicada originalmente en Xataka por Juan Carlos López .